RECLAMAR DESDE LA RAZÓN. RAZÓN PARA CAMBIAR.
Hay que
pulsar la realidad social antes de embarcarse en decisiones de espaldas a los
intereses del ciudadano.
La política de primer nivel que dice no entender el comportamiento de los
vecinos de Gamonal, debería de ser nuestro principio de exigencia para demandar
un modelo de priorización de actividades y un compromiso de cumplimiento.
Resulta complicado conseguir algo positivo cuando el
poder político nos traiciona para venderse al capital. Cuando el aparato del
Estado defiende a quienes más tienen y acaba con derechos y libertades
democráticas. Dificultosa tarea la del cambio, cuando los medios de
comunicación son secuestrados por intereses privados. Aun así, hay victorias,
que nos muestran el camino. La marcha atrás de la Comunidad de Madrid para
privatizar seis hospitales públicos es una de ellas. Su ejecutivo se ha visto
obligado a dejar sin efecto el proyecto, tras quince meses de protesta y el
anuncio del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de suspender cautelarmente
este proceso de privatización, ya que podría suponer “graves e irreparables
daños”. Han sido meses de manifestaciones, huelgas, una consulta popular con
cerca de un millón de votos contra dichas medidas, ocupación de hospitales,
demandas judiciales. Un triunfo que se ha llevado por delante a su máximo
promotor, el consejero de sanidad. La acción unitaria de protesta ha merecido
la pena.
El pueblo burgalés consiguió otra gran victoria, tras
poco más de una semana de intensas protestas contra la construcción de un
bulevar en el barrio del Gamonal, su alcalde Javier Lacalle no tuvo otra opción
que parar las obras El conflicto, sin embargo, venía de lejos. El conflicto
“urbanístico” del Gamonal se convertía en la punta de lanza de la lucha contra
la corrupción, la especulación inmobiliaria y la crisis. Manifestaciones en
todo el Estado expresaron la solidaridad con sus vecinos. Y ni los intentos de
criminalización ni desinformación pudieron con ellos.
La huelga y toneladas de escombros por todo Madrid fueron
necesarias para conseguir evitar los despidos de la plantilla de la limpieza
viaria, de parques y jardines del Ayuntamiento de Madrid, que puso contra las
cuerdas a la patronal, que no sólo quería echar a cientos de trabajadores sino
llevar a cabo reducciones salariales de hasta un 43%. Una victoria parcial, eso
sí, ya que la plantilla tuvo que aceptar un expediente de regulación temporal
de empleo de 45 días anuales por trabajador y la congelación del sueldo hasta
2017. También se comprobó que la acción unitaria de protesta ha merecido la
pena.
Resulta claro que los gobernantes de turno, y muy fundamentalmente los representantes
del poder en los municipios, deben fundamentar las decisiones que afectan a los
intereses mayoritarios de la ciudadanía, en establecer cauces de dialogo con la
representación social. Pulsar la realidad social antes de embarcarse en
decisiones, de espaldas a los intereses del pueblo. Fundamentalmente en
aquellos casos que el administrador percibe un conflicto frontal del
administrado y cuando el poder pretende satisfacer los interese personales o
del capital, persiguen resultados.
Desde el acontecimiento del 15M, hemos pasado del “No
nos representan” al “Sí se puede”. Hemos recuperado la confianza en el
nosotros. La ofensiva del capital va a más, pero la indignación, el hartazgo y
la desobediencia aumentan. Las victorias son el aliento necesario para
conseguir otras nuevas. Luchar es imprescindible para cambiar las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario