Pensamiento y responsabilidad

domingo, 2 de febrero de 2014

FEA REALIDAD, VERSUS VALDEMORILLO



RECLAMAR DESDE LA RAZÓN. RAZÓN PARA CAMBIAR.

Hay que pulsar la realidad social antes de embarcarse en decisiones de espaldas a los intereses del ciudadano. La política de primer nivel que dice no entender el comportamiento de los vecinos de Gamonal, debería de ser nuestro principio de exigencia para demandar un modelo de priorización de actividades y un compromiso de cumplimiento.

Resulta complicado conseguir algo positivo cuando el poder político nos traiciona para venderse al capital. Cuando el aparato del Estado defiende a quienes más tienen y acaba con derechos y libertades democráticas. Dificultosa tarea la del cambio, cuando los medios de comunicación son secuestrados por intereses privados. Aun así, hay victorias, que nos muestran el camino. La marcha atrás de la Comunidad de Madrid para privatizar seis hospitales públicos es una de ellas. Su ejecutivo se ha visto obligado a dejar sin efecto el proyecto, tras quince meses de protesta y el anuncio del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de suspender cautelarmente este proceso de privatización, ya que podría suponer “graves e irreparables daños”. Han sido meses de manifestaciones, huelgas, una consulta popular con cerca de un millón de votos contra dichas medidas, ocupación de hospitales, demandas judiciales. Un triunfo que se ha llevado por delante a su máximo promotor, el consejero de sanidad. La acción unitaria de protesta ha merecido la pena.
El pueblo burgalés consiguió otra gran victoria, tras poco más de una semana de intensas protestas contra la construcción de un bulevar en el barrio del Gamonal, su alcalde Javier Lacalle no tuvo otra opción que parar las obras El conflicto, sin embargo, venía de lejos. El conflicto “urbanístico” del Gamonal se convertía en la punta de lanza de la lucha contra la corrupción, la especulación inmobiliaria y la crisis. Manifestaciones en todo el Estado expresaron la solidaridad con sus vecinos. Y ni los intentos de criminalización ni desinformación pudieron con ellos.
La huelga y toneladas de escombros por todo Madrid fueron necesarias para conseguir evitar los despidos de la plantilla de la limpieza viaria, de parques y jardines del Ayuntamiento de Madrid, que puso contra las cuerdas a la patronal, que no sólo quería echar a cientos de trabajadores sino llevar a cabo reducciones salariales de hasta un 43%. Una victoria parcial, eso sí, ya que la plantilla tuvo que aceptar un expediente de regulación temporal de empleo de 45 días anuales por trabajador y la congelación del sueldo hasta 2017. También se comprobó que la acción unitaria de protesta ha merecido la pena.
Resulta claro que los gobernantes de turno, y muy fundamentalmente los representantes del poder en los municipios, deben fundamentar las decisiones que afectan a los intereses mayoritarios de la ciudadanía, en establecer cauces de dialogo con la representación social. Pulsar la realidad social antes de embarcarse en decisiones, de espaldas a los intereses del pueblo. Fundamentalmente en aquellos casos que el administrador percibe un conflicto frontal del administrado y cuando el poder pretende satisfacer los interese personales o del capital, persiguen resultados.
Desde el acontecimiento del 15M, hemos pasado del “No nos representan” al “Sí se puede”. Hemos recuperado la confianza en el nosotros. La ofensiva del capital va a más, pero la indignación, el hartazgo y la desobediencia aumentan. Las victorias son el aliento necesario para conseguir otras nuevas. Luchar es imprescindible para cambiar las cosas.



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