Pensamiento y responsabilidad

martes, 4 de febrero de 2014

El apocalipsis de la red


EL PARLAMENTO EUROPEO AMENAZA CON APROBAR UNA NUEVA REGULACIÓN DE INTERNET.
El 1% más rico del planeta podría controlar, para siempre, todo lo que se ve por Internet. Esto supondría el apocalipsis de la red y borraría del mapa la promesa democrática que idearon los fundadores de la web.
En el siglo XXI la prensa convencional ya no funciona como cuarto poder.  El fenómeno sobrevivirá como profesión y negocio ayudando a que emerja otro contrapoder, que incorpore y promueva las “prácticas y organizaciones tecnológicas” de la ciudadanía. La esfera pública, las formas y los centros de conocimiento, nuestras vidas sociales, privadas e íntimas están en plena mutación.
También debe efectuarse una llamada para participar en la esfera pública emergente: orientada al bien común, con código abierto, libre y colaborativo; es decir, radicalmente democrático. Pero también conocemos los riesgos neo-totalitarios de lo digital: más opacidad burocrática, más capitalismo cognitivo y más control social. Como por ejemplo que el 1% más rico del planeta podría controlar para siempre todo lo que cada uno de nosotros ve por Internet. Esto supondría el apocalipsis de la red tal y como la conocemos, y borraría del mapa la promesa democrática que idearon los fundadores de la web al construir una plataforma de información accesible a todo el mundo.

EE.UU y la UE están a punto de permitir que las corporaciones más ricas ofrezcan sus contenidos más rápido mientras imponen barreras o ralentizan los de todos aquéllos que no puedan pagar por obtener dichas ventajas. Las decisiones se están tomando ya a ambos lados del Atlántico. Pero pioneros de la tecnología, defensores de la libertad de expresión, y algunas de las más destacadas compañías web están contraatacando. Hay que crear un el mayor llamamiento de la historia a favor de un Internet libre y democrático.


Al parecer el Parlamento Europeo amenaza con aprobar una nueva regulación que daría a los proveedores de servicios de Internet (o ISPs) el derecho a repartirse la red y controlar lo que vemos, ralentizando las páginas o haciéndonos pagar por acceder a sitios web. Para evitarlo habría que establecer equipos de trabajo que puedan presionar a los grupos más populares del Parlamento Europeo, hasta lograr que sus comités escuchen a la opinión pública. Para ello se deben abrir canales de intercambio y diálogo con especialistas y activistas. Pero, sobre todo y ante todo establecer dialogo activo con un público conocedor de esta realidad emergente.

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