…Y LA CULTURA DEL "PELOTAZO"
Nos gusta “jactarnos” de
nuestro pasado y presente aunque apetecemos que no ocurra en el futuro, usurpamos
como referencia inconsciente a nuestros pillos, nuestros pícaros: Lazarillo de
Tormes, el Buscón, Rinconete, Cortadillo, Bárcenas, Blesa, Pujol, Urdangarín….poquitito,
poquitito a poco le estamos perdiendo el rastro, etc., etc., etc. como si
fuésemos los inventores de la picardía.
No es para estar orgullosos, aunque lo
parezca, pero dentro de lo malo que existe en el mundo quizá es lo menos malo.......,
¿o tal vez preferiríamos tener la mafia como tienen los italianos incluido
Berlusconi? Nosotros no exportamos la pillería porque es un producto poco útil
para escalas mayores. La mafia sí, esta se ha expandido como la pólvora, porque
los ibéricos no somos muy vivos a la hora de corrompernos, los ciudadanos de
otros países dejan a sus estados que sean ellos los que corrompan, la
corrupción la llevan al límite, no se andan con chiquitas, unos como Alemania
no hacen ascos a la hora de empobrecer a los países del sur de Europa para
“proteger” a los suyos. Otros como los suizos no viven en un país corrupto sino
una corrupción hecha país, como cualquier paraíso fiscal. Israel es el paraíso
de las bombas que no dudan en lanzar a sus oprimidos vecinos, y no digamos los USA
que cualquier “problemilla” lo resuelven con una guerra-masacre. Aquí podemos
estar orgullosos, no de ser más pillos que nadie, sino de ser pobres y por
tanto no llegar a los extremos de corrupción de otros países mucho más
avanzados.
Por sorprendente que parezca, la primera condena que
se cobra el caso Bankia no ha sido para ninguno de los 33 miembros del Consejo
de Administración de Bankia, sino paradójicamente, la del propio Magistrado que
encausó e investigó a Blesa por el crédito de 26 millones de euros concedido al
exjefe de la patronal Gerardo Díaz Ferrán y por la compra del City National
Bank de Florida, llevada a cabo en abril de 2008 por Caja Madrid. El Magistrado
Ilmo. Sr. D. Elpidio Silva, que a nuestro juicio tiene "un par”..., por
meterse con gente tan poderosa, acordó hasta en dos ocasiones el
encarcelamiento preventivo del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa.
Miguel Blesa, se llevó en caliente sacándolo de la
tarjeta BLACK, la bonita suma de 436.700 euros, que por cierto, sigue sin
devolver. De nada le ha servido al pobre Magistrado en su enfrentamiento contra
todo el "Establishment" o lobbies de poder de este país: no podemos
olvidar que Blesa no es banquero sino político, colocado a dedo en dicho puesto
por políticos, el que se creyera David contra Goliat. Tampoco le ha servido en
que en el juicio asegurara que cumplió con la legalidad para encarcelar a
Blesa. Al parecer, sus compañeros Magistrados de la Sala de lo Civil y Penal
del Tribunal Superior de Justicia de Madrid D. Arturo Beltrán Núñez, D. Eduardo
de Urbano Castillo y D. Jesús María Santos Vijande, no le han creído cuando
negó hasta 100 veces haber filtrado a la prensa los correos de Blesa.
¿Por qué tienen tanta importancia esos correos? Porque
ponen sobre el tapete el gran engaño y la gran estafa que supuso la
planificación y emisión de las preferentes. Los correos del Presidente de Caja
Madrid, con su directivo en el lanzamiento de las Preferentes son de total
burla y desprecio a la clientela y a los sindicatos. En el correo de 26/05/09
dirigido a su director general Matías Amat dice en tono de guasa: "qué
bárbaro y eso que habíamos engañado a los clientes", celebrando la
magnífica acogida que habían tenido las Preferentes. Como una fiesta
financiera, como un pelotazo "empresarial" como un nuevo record, así
vivió Miguel Blesa, entonces presidente de Caja Madrid, la millonaria emisión
de Preferentes 2009, un producto financiero que atrapó a miles de clientes de
la entidad y volatizó sus ahorros. Hoy el único juez que de verdad se ha
atrevido a meterse con él, se lo han cargado. Comprendemos el escepticismo
general que hay en la sociedad, que ve impotente cómo la cultura del
"pelotazo" sigue predominando en nuestro país y cómo quien se mete
con los verdaderamente poderosos, pagan un altísimo precio.