TENEMOS CRISIS PARA RATO
El gobierno, los
grandes grupos económicos y del sector bancario más fuerte, están preocupados
por los efectos que podría tener una catástrofe electoral de los dos partidos
mayoritarios en las próximas elecciones europeas
La devaluación salarial, el incremento
de la desigualdad y la agresión continua a los derechos sociales, van a
producir respuestas sociales que provocaran un deterioro del clima social en el
que va a ser difícil que se consolide una recuperación efectiva y prolongada de
la economía como intenta vendernos el gobierno. Tal vez por eso, a través de
los medios informativos de control, están anunciando que todo está cambiando,
que salimos de la crisis, que las empresas mejoran y que volverá a crearse
empleo. Tratan de generar convicción y suficiente confianza como para que el
dinero vuelva a circular, aumente el consumo privado, aflore algo de crédito y
se produzca inversión adicional a la que se viene dando en alguna zona
vinculada a la compra de activos inmobiliarios por parte de capitales y fondos
de inversión extranjeros.
Pero en realidad a clase media
tradicional española se la amputaron las alas con los continuos recortes,
subida de impuestos y el miedo escénico de un catastrofismo escénico que se
generó cuando el PP accedió al poder. Ahora desde que comenzó la operación
optimista se ha podido observar, incluso a simple vista, que ha tenido éxito y
que ha traído consigo cierta recuperación de la actividad, aunque no es posible
todavía confirmarla estadísticamente, ni globalmente ni tampoco través de
indicadores concretos sobre ventas o empleo.
El gobierno de Rajoy no ha conseguido
ningún tipo de consolidación fiscal, la deuda ha aumentado bajo su mandato
hasta batir récords históricos. Y va a seguir subiendo por muchos que sean los
recortes que continúe realizando su gobierno, puesto que lo que alimenta la
deuda son los intereses y la caída en la actividad que producen esos recortes.
El volumen que ha alcanzado nuestro endeudamiento público y privado es
materialmente impagable, de modo que no se va a poder evitar un colapso antes o
después, que obligue a algún tipo de reestructuración, lo que estará vinculado
a una perturbación bastante considerable en todos los sentidos.
El problema bancario sin solucionar,
tiene mal pronóstico debido a que la mayor parte de las entidades bancarias son
antiguas cajas de ahorros que se encuentran en situación de clara insolvencia,
y se trata de ocultar miles de millones en activos depreciados o créditos
incobrables, por tanto no se va a producir a corto ni a medio plazo las
necesaria recuperación del crédito. Y la ausencia de reformas financieras va a
provocar pronto nuevas oleadas de crisis bancarias y estallidos de burbujas
asociadas a un continuado y aumento de la deuda en todo el mundo. Tampoco se ha
puesto en marcha ningún tipo de medida que pueda proporcionar nuevos motores
para “tirar” de la economía española.
También es falso que se esté
recuperando el empleo, lo que ocurre en el mercado de trabajo es una creciente
pérdida de puestos de trabajo y la disminución de la población activa, bien por
salida de inmigrantes o por desánimo ante la falta de expectativas. Y la
consolidación de un modelo de empleo aún más precario y con salarios más
reducidos, lejos de ser la fórmula para salir de la crisis se va a convertir en
la fuente de una actividad global cada vez más deprimida.
No es casualidad que el gobierno y sus
aliados económicos traten de convencernos de que salimos de la crisis. Algo
lógico que ocurra cuando solo se establecen para facilitar la puesta en marcha
de las reformas que interesan a los grandes grupos de poder económico y
financiero como si fuesen los remedios efectivos contra la crisis.
La precariedad y los bajos salarios hacen que sólo un 35% de los españoles entre 18 y 59 años que logra un empleo consiga salir de la pobreza.
ResponderEliminarEn cualquier caso, la recuperación, no hay que ser un economista para saberlo, se produce primero en los datos macroeconómicos y después llega a la economía de la gente y al empleo.
ResponderEliminarLa recuperación es tan, tan modesta que es totalmente imperceptible. Al menos para una grandísima parte de la población, que solo vemos cada día los comedores sociales más llenos, los bancos de alimentos más saturados, las calles de nuestros barrios y municipios con más negocios chapados y la desesperación reflejada en la gente con que te cruzas.
La recuperación:
ResponderEliminarMás de 300.000 jóvenes emigrando en busca de futuro. Más de 450.000 dependientes abandonados a su suerte. Miles de desahuciados. Más de 2.000.000 de hogares con todos sus miembros en paro. 5,8 millones de parados según EPA. Salarios de 600 euros. Despido libre. Contratos temporales bäsura.
Y las veinte primeras fortunas de este país con más dinero que el 20% más pobre de la población. La recuperación...de los ricos.
Por sexto año consecutivo España ha vuelto a tener un mal año en su mercado laboral. 2013 ha acabado destruyendo empleo, como 2008, 2009, 2010... Han sido menos que en todos esos años precedentes. Pero la bajada de 198.900 puestos de trabajo en 12 meses se acumula a las caidas anteriores hasta acumular 3,75 millones, según según la Encuesta de Población Activa que ha publicado este jueves el INE. En cambio, descendió el paro. En el último trimestre del año pasado había 65.000 personas sin trabajo menos que en el mismo periodo del año anterior, quedó en 5.896.300.
ResponderEliminarRecorte de empleo público
ResponderEliminarEl empleo público no se salva de la quema y en el tercer trimestre del año ha caído en 12.600 personas. Para reducir el déficit, el Gobierno de Rajoy se comprometió con la Troika a reducir el empleo público respetando la regla sagrada que el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea imponen a los países con más problemas: el Estado sólo podrá sustituir a uno de cada 10 funcionarios que dejen su puesto.
Desde que se iniciara la legislatura, en noviembre de 2011, España cuenta con 305.500 empleados públicos menos. El peor trimestre fue el cuarto de 2012, en el que hubo un descenso de 74.500 asalariados públicos.