miércoles, 20 de agosto de 2014

La Teología de la Liberación,



ÓSCAR ROMERO. “LA VOZ DE LOS SIN VOZ”
Fue asesinado en los inicios de la guerra. Se distinguía por su sencillez, humildad, coraje y entrega al pueblo salvadoreño. Tres décadas después, su nombre está en la lista de los procesos de canonización del Vaticano. En su última homilía en la Catedral de San Salvador, el domingo 23 de marzo, el obispo exhortó a los soldados a que no obedecieran la orden de matar a sus hermanos campesinos. “En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno: Cese la represión”, exclamó. Al día siguiente, fue asesinado de un disparo al corazón cuando oficiaba una misa en la capilla del Hospital.
A Monseñor Romero se le conoce como la voz del pueblo, en una época de profunda represión donde los jóvenes, obreros y campesinos eran torturados y asesinados la voz del Arzobispo de San Salvador se alzaba para criticar a los ricos con frases como “…si estamos diciendo que la raíz no se toca, que esta fértil, tiene que seguir produciendo malestar una injusticia social a base de una aberración de la propiedad y de una absolutización de la riqueza, que, para colmo, se trata de defender con la represión. Y allí está la causa de todo: injusticia social y represión”. O aquella otra donde decía: “Creo en la verdadera necesidad de que el pueblo se organice”. La posición que asumió al final le costaría la vida.
El arzobispo constituye referencia clara de “La Teología de la Liberación, una expresión del fermento revolucionario en América Latina. Las órdenes más bajas del sacerdocio están horrorizadas por el sufrimiento de las masas oprimidas y han dado el paso de luchar por una vida mejor. La jerarquía eclesiástica, con sus cientos de años ha desarrollado una relación cómoda con los ricos terratenientes, los banqueros y los capitalistas, y combaten esta nueva tendencia o la toleran de mala gana. Así la lucha de clases ha penetrado en las filas de la propia Iglesia católica romana”.
Oscar Romero es una excepción de esa alta jerarquía católica que se impacta con el sufrimiento de los trabajadores. Monseñor terminó sirviendo no tanto a la causa de la iglesia oficial como a sus concepciones religiosas personales, pero sobre todo la acción que le llevó a figurar entre los mártires, no de la iglesia, si no del proletariado fue su destacada labor de ser la “voz de los sin voz” la voz de un proletariado que a Monseñor le recordaban a los esclavos romanos en su lucha contra el imperio esclavista, esclavos que fueron la base del cristianismo primitivo y hacia quienes se dirigían los apóstoles. A 28 años de su infame asesinato los marxistas del BPJ reclamamos su legado como un legado de lucha por una sociedad justa e igualitaria no en el cielo si no en la tierra.


lunes, 11 de agosto de 2014

Yo me quedé con esa copla




"TODO VA BIEN" "TODO ESTÁ EN PELIGRO"
Mi abuelo, me dijo una vez que a uno no le empiezan a hablar de lo bien que está de salud hasta que empieza a estar francamente “jodido”. Yo me quedé con esa copla y cada vez que sale alguien a hablarnos de la fortaleza de roble de nuestro aparato institucional intuyo que la cosa está muy malita.
Resulta que estas dos afirmaciones, "todo va bien" y "todo está en peligro" emanan de las mismas bocas, se imprimen con la misma tinta en la misma columna y se digitalizan en el mismo post del mismo blog. Hablar el mismo lenguaje es importante en un momento en que, como vemos, hay quien dice lo mismo y lo contrario e intenta llamar a eso ejercicio de coherencia. Pedro Sánchez, por ejemplo, dice que hay que situar al PSOE a la izquierda y a la vez dice que si fuera necesario pactaría con el PP. Artur Mas dice que España ens roba, pero si quien "ens roba" es Jordi Pujol, el asunto se convierte en privado por arte de magia al 3%, que es el porcentaje al que Sherlock Holmes se metía la heroína para olvidarse de que era demasiado listo para llamar a las cosas por su nombre y no por el nombre contrario.
Hubo un tiempo en que decir lo mismo y lo contrario era algo aceptable. Si no, no se entiende que expresiones como "guerra humanitaria" se dijeran con tantísima alegría y paz de espíritu. Hoy, sin embargo, decir que elegir a través de voto directo en clave presidencialista a los alcaldes en las próximas elecciones municipales es un ejercicio de regeneración democrática se ve raro. Si alguien llama a ese apaño, apaño, o pucherazo o jeta de cemento, corre el riesgo de caer del lado del populismo.
Regeneración democrática es la forma educada de llamar a la guerra humanitaria que vivimos aquí, en casa, desde que las constituciones intocables empezaron a tocarse para satisfacer a los mercados financieros en vez de a la gente a las que sirven. Es otra inversión de términos muy populista esa que dice que los instrumentos de la democracia (constituciones, partidos, asociaciones, medios de comunicación) deben servir a las personas y no al revés.
Así que el discurso se tambalea. Los datos, por desgracia, no terminar de mentir tan bien como solían mentir hasta ahora.
Max Aub decía en su biografía novelada sobre Buñuel que en España las revoluciones nunca se habían hecho por el talento de los revolucionarios, sino por la miserable estupidez de las oligarquías (oligarquías decía Max Aub, que casi seguro era populista también, populista culto, pero populista). Decía que si hubieran hecho tan solo una de las reformas agrarias que el campo español venía pidiendo a dolor, sudor y sangre (por este orden) desde finales del siglo XIX no habría existido jamás movimiento obrero tan potente en España, ni anarquismo para el caso, ni ismos en general.
Quizás si alguien hubiera escuchado lo que las calles, plazas y redes ponían encima de la mesa desde (al menos) mayo de 2011 ahora no estaría el bipartidismo esplendoroso de buenísima salud. Pero apenas tres meses después de esa "revuelta cívica", que es como el PSOE llamaba sin reírse a lo que sucedió el 15M, lo que Zapatero hizo fue reformar la Constitución.

sábado, 9 de agosto de 2014

Nos están metiendo el virus en el cuerpo



EL ÉBOLA QUE NOS VIENE
Ante tanta injusticia social, ante tremendo desbarajuste político y ante tanta hipocresía inculcada, hasta que el agua les llegue a las narices o el ébola a la sangre. 

Llevamos muchos años padeciendo ébolas. No voy a repetir todo lo que sucedió desde que infectaron a la Democracia de ébolas constantes y permanentes, pero de lo que sí estoy seguro es que la gente, mientras no tenga fiebre y no se vea con el agua al cuello, no le importará el resto de cosas que pasan en este país.
Nos están metiendo el virus en el cuerpo, nos están masacrando lentamente, despacio para que no nos demos cuenta al instante de que están haciendo con nosotros lo que les viene en gana. Los poderosísimos, sus hipócritas y cínicos cómplices, la industria farmacéutica y sus incontables tentáculos permiten que seamos conejillos de indias de sus experimentos, de sus sucios negocios y de sus consecuencias a futuro.
La Organización Mundial de la Salud acaba de declarar de Alarma Mundial el brote de ébola. Pero, ni la ONU ni el FMI,… ni nadie,  declara emergencia mundial ante los millones de niños que mueren o pasan hambre. Ningún partido declara que su primer punto programático irrenunciable y urgente que ningún niño pase hambre.  Auténtico ébola de la condición humana.
Tampoco nadie proclama que Gaza, Irak, Afganistán y lo que les venga en gana a los poderosos son emergencias mundiales y muestras supremas de crueldad, inhumanidad e intromisión en asuntos ajenos.
¿Por qué solo es contagioso y causa pánico y preocupación política y social el ébola que afecta a la salud física? ¿Por qué nadie proclama que la vida no consiste en estar metido en un tubo de plástico, como están metidos millones de españoles y no españoles?
Ha quedado demostrado que el Parlamento no es el hospital en el que se pueda tratar y curar el ébola que padecen los españoles. Ni los diputados sus médicos competentes.

Si saltaran cuatro o cinco casos de ébola en España, el caos, el terror y la desbandada se desatarían. Pero ante las demás clases de ébola permanecemos impasibles aunque el contagio sea aterrador.
Nuestra sociedad ha asumido como normal que mueran niños de hambre o que exista el trabajo infantil o que los jóvenes no estén escolarizados. Asume como normal la pobreza, la miseria, la exclusión, el sufrimiento, la violencia, la ignorancia, la falta de asistencia sanitaria, la falta de agua, etc.... Incluso viendo lo que está ocurriendo en Gaza, asume como normal un genocidio. 

Nuestra sociedad ya está asumiendo que todo eso también será normal y justificable en España, ya está ocurriendo. Nuestra sociedad está enferma y no de ébola precisamente. Su peor enfermedad es el egoísmo, la falta de solidaridad, de humanitarismo, de compasión, la falta de empatía, el clasismo, etc....

sábado, 2 de agosto de 2014

Feliz Vacaciones



BIENAVENTURADOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA, PORQUE ELLOS SERÁN SACIADOS
Nunca he estado en tal ocasión en la que esté teniendo hambre y sed me haga feliz. Regularmente, tener hambre y sed está asociado con el sentimiento de desesperación e inclusive tristeza, frustración, todo, menos ser feliz.

El mes de julio ha sido de consternación. El mundo ha descendido al exterminio hitleriano por culpa de los crímenes del Estado de Israel. España lleva su democracia al infierno por culpa de Jordi Pujol y de los tesoreros del Partido Popular: fraude, corrupción, dinero negro, mentiras emitidas sin pudor. … El infierno, entre otras cosas, es que un gobierno se parezca, en el ámbito internacional o en el nacional, a una organización de criminales asociados para el delito. Cuando el mundo estalle por fin, en su caja negra se encontrarán las huellas de la crueldad y la avaricia que han acompañado al desastre de este mes de julio.
Durante décadas, los judíos han merecido la solidaridad de la buena gente. Pero el Estado de Israel protagoniza desde hace años un nuevo Holocausto. Nos dijeron desde siempre que Hitler era un canalla por matar judíos, cuando en realidad era un canalla por matar seres humanos, fuese cual fuese su raza. La crueldad de Israel, su matanza de niños, sus ataques a escuelas y hospitales, su aniquilación programada de un pueblo. Malditos los grupos de presión millonaria que paralizan la diplomacia internacional para permitir y justificar esta matanza, merecen nuestro desprecio.
Bienaventurados sean los judíos que denuncian los crímenes de Israel, también sean Bienaventurados todos los gentiles que denuncian el horror sin caer en el antisemitismo. También sean Bienaventurados los españoles dispuestos a no vivir en un país corrupto y perciben la desfachatez de Pujol, la vergüenza de una confesión trucada para encubrir la corrupción sistemática de su familia, su partido y sus años de Gobierno, es la gota que colma el vaso. Lo que uno ve en historias como la suya, no es la corrupción de un insolente, sino un modo de entender la política como forma de corrupción. España está en peligro de diluir responsabilidades y de caer en la renuncia de sí misma, en la inercia de decir esto es así, todos somos iguales, qué más da…
No da igual ya que todos no nos consideramos iguales, no somos iguales a un o una sinvergüenza aislado o aislada, que una organización de sinvergüenzas. Y, por supuesto, no es igual un Gobierno corrupto aunque sea de un municipio que un país corrupto. La sociedad española debe hacer el esfuerzo de no confundirse ella misma con los corruptos que la han gobernado. No, es mentira, no tenemos los políticos que nos merecemos y es posible tener otros.
Bienaventurados sean los que desprecian el impudor salvaje de este frenesí corrupto que nos inunda, nos embriaga, nos cabrea incluso también nos adormece. Pero hay que empeñarse en vivir siendo dueños de nuestra misma ilusión, más allá de los ministerios de propaganda.
Hoy voy a finalizar con una frase de Miguel de Cervantes que dice así: Más vale el buen nombre que las muchas riquezas.

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...