sábado, 9 de agosto de 2014

Nos están metiendo el virus en el cuerpo



EL ÉBOLA QUE NOS VIENE
Ante tanta injusticia social, ante tremendo desbarajuste político y ante tanta hipocresía inculcada, hasta que el agua les llegue a las narices o el ébola a la sangre. 

Llevamos muchos años padeciendo ébolas. No voy a repetir todo lo que sucedió desde que infectaron a la Democracia de ébolas constantes y permanentes, pero de lo que sí estoy seguro es que la gente, mientras no tenga fiebre y no se vea con el agua al cuello, no le importará el resto de cosas que pasan en este país.
Nos están metiendo el virus en el cuerpo, nos están masacrando lentamente, despacio para que no nos demos cuenta al instante de que están haciendo con nosotros lo que les viene en gana. Los poderosísimos, sus hipócritas y cínicos cómplices, la industria farmacéutica y sus incontables tentáculos permiten que seamos conejillos de indias de sus experimentos, de sus sucios negocios y de sus consecuencias a futuro.
La Organización Mundial de la Salud acaba de declarar de Alarma Mundial el brote de ébola. Pero, ni la ONU ni el FMI,… ni nadie,  declara emergencia mundial ante los millones de niños que mueren o pasan hambre. Ningún partido declara que su primer punto programático irrenunciable y urgente que ningún niño pase hambre.  Auténtico ébola de la condición humana.
Tampoco nadie proclama que Gaza, Irak, Afganistán y lo que les venga en gana a los poderosos son emergencias mundiales y muestras supremas de crueldad, inhumanidad e intromisión en asuntos ajenos.
¿Por qué solo es contagioso y causa pánico y preocupación política y social el ébola que afecta a la salud física? ¿Por qué nadie proclama que la vida no consiste en estar metido en un tubo de plástico, como están metidos millones de españoles y no españoles?
Ha quedado demostrado que el Parlamento no es el hospital en el que se pueda tratar y curar el ébola que padecen los españoles. Ni los diputados sus médicos competentes.

Si saltaran cuatro o cinco casos de ébola en España, el caos, el terror y la desbandada se desatarían. Pero ante las demás clases de ébola permanecemos impasibles aunque el contagio sea aterrador.
Nuestra sociedad ha asumido como normal que mueran niños de hambre o que exista el trabajo infantil o que los jóvenes no estén escolarizados. Asume como normal la pobreza, la miseria, la exclusión, el sufrimiento, la violencia, la ignorancia, la falta de asistencia sanitaria, la falta de agua, etc.... Incluso viendo lo que está ocurriendo en Gaza, asume como normal un genocidio. 

Nuestra sociedad ya está asumiendo que todo eso también será normal y justificable en España, ya está ocurriendo. Nuestra sociedad está enferma y no de ébola precisamente. Su peor enfermedad es el egoísmo, la falta de solidaridad, de humanitarismo, de compasión, la falta de empatía, el clasismo, etc....

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