CUESTIONADO EL CONCEPTO MISMO DE DEMOCRACIA
La
justificación del poder político, según Max Weber, puede ser de tres tipos
distintos
El TRADICIONAL,
el que se basa en la fuerza de un pasado que no se cuestiona, como las
monarquías hereditarias;
El CARISMÁTICO,
que se fundamenta en los atributos personales de un líder al que el pueblo
entrega su confianza;
El LEGAL-RACIONAL,
hijo de la razón ilustrada y que se apoya en la ley. Los Estados modernos
surgen de este tercer criterio, que asume la democracia representativa como
forma de gobierno.
El frágil estado de bienestar por el que habíamos optado en Europa requiere financiación y si esa financiación depende de las decisiones de quienes no representan a los ciudadanos y ni siquiera pueden ser controlados por los poderes públicos, el concepto mismo de democracia se ve cuestionado. Si aceptamos que es necesario un cambio de paradigma político y económico a riesgo de poner en peligro el mismo sistema democrático y el estado de bienestar, estos débiles signos que aparecen en algunos países de América Latina son los únicos que se dirigen a cuestionar el poder de los mercados financieros y a recuperar al menos una parte del control democrático de la economía.
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