miércoles, 7 de enero de 2015

25,1% de los españoles viven en alguna situación de exclusión




2014. UN AÑO DE FRACTURA SOCIAL
Después de los brotes verdes de Zapatero, ahora llevamos demasiados años hundidos en una profunda crisis económica en la que hemos sacrificado todo lo que nos han pedido por el bien de la economía. Sin embargo, el paro no ha hecho más que aumentar y los colchones económicos con los que podíamos contar se han ido desgastando estos años.
A esto hay que añadir otros factores que no ayudan precisamente a enmendar la situación: la ausencia de soluciones para la gente siga siendo desahuciada de sus casas sin tener una solución habitacional.  En 2014 los desahucios hipotecarios aumentaron con respecto al anterior año, los recortes en sanidad responsables, entre otras cosas, de que miles de personas no puedan acceder a tratamiento, especial mención a los de hepatitis C. Los cortes en educación que cada vez expulsan a más jóvenes a una vida precaria, etc.
Quizás 2014 ha sido el año en el que esta fractura social se ha hecho más explícita. Los datos confirman lo que cada día vemos en nuestras calles. No hay más que atender la encuesta de Condiciones de Vida: uno de cada cinco españoles viven por debajo del nivel de la pobreza. O los demoledores resultados del último Informe Foessa, donde se muestra que el 25,1% de los españoles viven en alguna situación de exclusión, mientras que sólo el 34,3% vive en una situación de integración plena. 
Estas vacaciones de Navidad  durante mí paseo por una importante  calle del mejor Madrid, ví una enorme fila de personas esperando para recibir la comida que reparte un comedor social. Esta imagen me pareció de una lucidez sobrecogedora: dos realidades sociales que a simple vista se pueden confundir y que conviven. 2014 ha sido el año de la consolidación de la fractura social.
Mientras no podamos echar de sus poltronas a los que prometen tal y cual cosa y luego no lo cumplen, mientras personas con hijos o sin ellos, más o menos enfermos graves no tengan la sanidad cubierta, los estudios asegurados y que se tenga la certeza de no tendrás que dormir al raso, entonces y solo entonces este país habrá cambiado.
Esperando turno de almuerzo en Caritas de Barcelona.
No pedimos vivienda gratis, ni comida gratis, ni estudios gratis, pedimos trabajo….., así de simple y a la vez difícil que lo tengamos de inmediato. Hay que Poder sacar a la oligarquía de sus templos e implantar una nueva norma de vida y de convivencia dentro de una justicia social sin corrupción e igualdad de oportunidades. De esa manero yo y muchísimos españoles igual que yo pagaremos nuestros impuestos con la elegria y satisfacción de la solidaridad y el deber cumplido.
Empieza el 2015, ahora ya no son brotes verdes estamos en campaña y para "ellos" estamos saliendo de esta profunda crisis, y yo…. sigo sin creérmelo. Este año el trasvase puede seguir creciendo.... o puede ser el comienzo de un cambio de rumbo.
A pesar de todo. Feliz 2015.


martes, 6 de enero de 2015

PREDICAR CON EL EJEMPLO



IMPOSIBLE ENSEÑAR LO QUE NO PRACTICAMOS

Un amigo, conocido de la infancia, que vive en Valdemorillo, me remitió por email una fotografía en la que mostraba, a un coche rojo de gama alta mal aparcado en la calle.

Solicitándome que de la misma manera que hacía con las fotos mudas de nuestro libro "Comienzos" del cole, escribiera sobre esta imagen  tomando como referencia todo aquello que podría encerrar aquella fotografía muda. Tan solo deberia conocer que la instantánea exacta, había sido tomada en el pueblo de Valdemorillo en  un día lluvioso cualquiera. Lluvioso, porque veo en la foto a un hombre encapuchado y a un fardo de materiales de construcción tapados con plásticos. 

Efectivamente, el vehículo de la fotografía está mal aparcado y haciendo peligrar el tráfico de los automóviles de la calle principal, además de estar invadiendo insolidariamente la plaza reservada y señalizada de un minusválido. El propietario o propietaria del auto rojo, deberia haber sido doblemente amonestada por la policía municipal. Con estos argumentos  tan simples di por concluido mi comentario para una imagen muda. Entonces por idéntico procedimiento solicite, de mi interlocutor,  que me diera alguna aclaración sobre el porqué de su interés por esa instantánea. Él me contestó que se trataba del automóvil de la alcaldesa de Valdemorillo del PP, que además de estar acusada de prevaricación, el partido popular por el momento no la eliminó de la lista electoral.

Con estos datos complementarios entiendo mucho más el trasfondo de la fotografía, el más allá de su imagen. Este documento deberia ser razón suficiente para que el concejal de seguridad ofreciera al pueblo un testimonio de elemental justicia democrática, sancionando a la propietaria del vehículo con una multa ejemplarizante. Y es que, no nos engañemos, dar ejemplo es la única forma  para influir en la conciencia de los demás. Tal vez por eso, cuando la autoridad no es capaz de manifestar en sus actos un testimonio de vida debe abandonar inmediatamente el poder. Predicar con el ejemplo es el mejor argumento, es una forma de decir que hemos de acomodar nuestra palabras a nuestros hechos; pero sobre todo que no hay mejor forma de enseñar que con el propio ejemplo. 

No podemos pretender enseñar lo contrario de lo que practicamos. En los países del primer mundo los gobernantes tienen mucho cuidado en dar testimonio en su comportamiento público, hasta el punto que cuando son cogidos en alguna irregularidad piden disculpas a sus conciudadanos o simplemente abandonan el poder.  

En una Web de Valdemorillo, un vecino del pueblo colgó con el apoyo de fotografía,  la forma de aparcar su coche en una vía publica por la alcaldesa de Valdemorillo. Cuando no existían razones para hacerlo incorrectamente. Es una infracción descarada que además de afectar a la seguridad de los ciudadanos que circulan en sus coches por la vía pública, está invadiendo el espacio destinado a un aparcamiento de minusválido y eso o es un abuso del poder o un motivo necesario y suficiente de sanción ejemplarizante precisa.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

HAY CONSEGUIR UNA ÉTICA



QUE PERMITA LLEGAR A LAS INSTITUCIONES

En donde se consienta debatir, discutir de manera crítica y sin demagogia. Eliminar salarios de privilegio, limitar los mandatos, evitar la duplicación de cargos eternos, acabar con las puertas giratorias y con la dependencia de bancos y grandes empresas.
Hay que introducir transparencia en las agendas, facilitar el control y la censura ciudadana de quienes no desempeñen sus funciones como es debido. Que permita no convertir la política en una actividad reservada exclusivamente a los ricos. Se trata de que un profesional comprometido, también puedan dedicarse a la gestión de lo público. Y de que para hacerlo puedan contar con un ingreso digno, similar a los de un profesor u otros trabajadores con responsabilidades similares. Y se trata, también, de que las formaciones que quieren transformar la realidad puedan contar con una financiación razonable. No para generar maquinarias burocratizadas o para embarcarse en campañas muy caras, sino para trabajar para la mayoría social sin depender de los grandes bancos o donantes poderosos que puedan condicionar los programas.
El triunfo de la derecha ha sido convencer a los trabajadores que deben ser dirigidos para su beneficio, al carecer de la formación adecuada,. Hay mucha gente que cree en la teoría de las élites en el sentido de que son personas genéticamente apropiadas para ocupar los cargos de dirección de la sociedad y todos sus sectores. Estas élites se han preocupado de que las clases bajas tengan un sentido del honor basado en el trabajo honrado, situando la honra en trabajar mejor y en no robar al amo, el cual, por su naturaleza desconfiada, siempre está vigilante. Los sufrimientos son un valor inapreciable para alcanzar el premio en "el más allá", ya que en esta no se puede esperar, dada la debilidad del ser humano. Hemos sido educados para ser gobernados por los de arriba que, dicho sea de paso, no conservan los principios éticos que intentan inculcar a los de abajo o por lo menos, no lo usan en sus relación con ellos.
Lo más importante es convencer a los de abajo que entre ellos también hay personas capaces que pueden tomar el timón del barco, participar en la policía y ser tenido en cuenta para aquellas decisiones que le afectan directamente. Debería ser la ciudadanía, que también está suficientemente preparada, la que participara en establecer las prioridades en el uso del presupuesto, cosa que por mucho que intenten convencernos, no sucede a partir de la representatividad democrática que se subordina totalmente a los intereses económicos, no del conjunto, sino de unos pocos.
La corrupción sistémica de los últimos años es el efecto perverso de una democracia muy pobre. Y que solo puede curarse con más y mejor democracia. Con más democracia política y económica. Con participación ciudadana, popular, real y no meramente retórica. Pero también con formas de producir y de distribuir los recursos más cooperativos, igualitarios y sostenibles. Una regeneración política en serio exige mujeres y hombres austeros que no puedan ser comprados por el poder del dinero. Pero eso no puede depender solo de la virtud personal. Son necesarios, además, garantías jurídicas y controles ciudadanos que recuerden que hasta el más ejemplar, cuando accede al poder, debe ser fiscalizado. Para gobernar obedeciendo y al servicio de las mayorías. Para no ser como ellos.

viernes, 26 de diciembre de 2014

DESPUÉS DEL ÚLTIMO BALANCE




HAGAMOS UN BRINDIS
Lo mejor ha sido que seguimos vivos. Y lo peor, que para muchos, muchísimos españoles, la vida ha sido durísima. Si tuviéramos que establecer la génesis de lo que ha podido resultar el año, diríamos que, hubo excesiva permisividad con los delincuentes de la caja común, dentro de un mal reparto de la riqueza.
Demasiadas cuentas en los paraísos fiscales y excesivas mentiras como modo de gobernar.  Rescate a los ricos, a la banca y a las grandes empresas con parte del crédito a cargo de lo que menos tienen. Este año 2014 ha prodigado un mayor abandono  de los más necesitados y enfermos. Se han producido demasiadas privatizaciones, tirándose a la papelera el estado del bienestar. Se ha establecido un control férreo con los medios de comunicación estatal. Nos hemos acostumbrado a la desigualdad enorme, por tópico repetido no menos aflictiva. Nos hemos acostumbrado a resignarnos, nos han apretado las tuercas de la libertad. Hay personas que llevan más de cuatro años sin trabajo y la desconfianza política penetro en nuestro estado de ánimo, despreciando a la "clase política" de una manera sin precedentes en democrácia.
Cada mañana no hemos despertado con un nuevo caso de corrupción como si todo estuviera infecto. Pero… a pesar de que dicen que la macroeconomía mejora como paso imprescindible la micro, que es la que interesa a las familias, ni se entera. La televisión es una mierda y los medios de comunicación no son de fiar. Pero no nos importa, estamos contentos ya que: esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, deme la bota María que me voy a emborrachar”
Ahora más que nunca están echando a la gente de sus casas, sin embargo no importa porque el Madrid  está siendo el mejor equipo y eso es guay. Todo está en orden. Lo importante es la estabilidad, amamos la vida y a pesar de todo, esperamos. Pero dentro de nuestra desdicha penetramos en un año de elecciones. Nuevamente nos van a llamar a las urnas y otra vez pretenderán “vendernos la moto” para engañarnos de nuevo… y como somos bastante idiotas, muchos volverán a comprarla  para después lamentarse de ello en grupo.
El mundo sobrevive… y “la Nochebuena se viene la Nochebuena se va y nosotros nos iremos y no volveremos más”. Seguiremos con la  misma televisión y  medios de comunicación, los mismos desahucios, idénticas mentiras, la misma desigualdad y voracidad, la misma impudicia. Los mismos soportes éticos, idénticos soportes políticos. Las mismas fricciones, las mismas discusiones, las mismas promesas.
Sin embargo tenemos la obligación de seguir caminando, con la esperanza puesta en los hombres y mujeres de este país y muy especialmente de los jóvenes que tienen en su mano su futuro. Levantemos nuestras copas de cava catalán para reclamar justicia social para todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...