2014. UN AÑO DE FRACTURA SOCIAL
Después
de los brotes verdes de Zapatero, ahora llevamos demasiados años hundidos en
una profunda crisis económica en la que hemos sacrificado todo lo que nos han
pedido por el bien de la economía. Sin embargo, el paro no ha hecho más que
aumentar y los colchones económicos con los que podíamos contar se han ido
desgastando estos años.
A esto hay que añadir otros factores
que no ayudan precisamente a enmendar la situación: la ausencia de soluciones
para la gente siga siendo desahuciada de sus casas sin tener una solución
habitacional. En 2014 los desahucios
hipotecarios aumentaron con respecto al anterior año, los recortes en sanidad
responsables, entre otras cosas, de que miles de personas no puedan acceder a
tratamiento, especial mención a los de hepatitis C. Los cortes en educación que
cada vez expulsan a más jóvenes a una vida precaria, etc.
Quizás 2014 ha sido el año en el que
esta fractura social se ha hecho más explícita. Los datos confirman lo que cada
día vemos en nuestras calles. No hay más que atender la encuesta de Condiciones
de Vida: uno de cada cinco españoles viven por debajo del nivel de la pobreza.
O los demoledores resultados del último Informe Foessa, donde se muestra que el
25,1% de los españoles viven en alguna situación de exclusión, mientras que
sólo el 34,3% vive en una situación de integración plena.
Estas
vacaciones de Navidad durante mí paseo
por una importante calle del mejor
Madrid, ví una enorme fila de personas esperando para recibir la comida que
reparte un comedor social. Esta imagen me pareció de una lucidez sobrecogedora:
dos realidades sociales que a simple vista se pueden confundir y que conviven. 2014 ha sido el año de la consolidación de la
fractura social.
Mientras no podamos echar
de sus poltronas a los que prometen tal y cual cosa y luego no lo cumplen,
mientras personas con hijos o sin ellos, más o menos enfermos graves no tengan
la sanidad cubierta, los estudios asegurados y que se tenga la certeza de no
tendrás que dormir al raso, entonces y solo entonces este país habrá cambiado.
Esperando turno de almuerzo en Caritas de Barcelona. |
No pedimos vivienda
gratis, ni comida gratis, ni estudios gratis, pedimos trabajo….., así de simple
y a la vez difícil que lo tengamos de inmediato. Hay que Poder sacar a la
oligarquía de sus templos e implantar una nueva norma de vida y de convivencia
dentro de una justicia social sin corrupción e igualdad de oportunidades. De
esa manero yo y muchísimos españoles igual que yo pagaremos nuestros impuestos
con la elegria y satisfacción de la solidaridad y el deber cumplido.
Empieza el 2015, ahora ya no son brotes
verdes estamos en campaña y para "ellos" estamos saliendo de esta profunda crisis,
y yo…. sigo sin creérmelo. Este año el trasvase puede seguir creciendo.... o puede
ser el comienzo de un cambio de rumbo.
A pesar de todo. Feliz 2015.