DESPUÉS DEL ÚLTIMO BALANCE
HAGAMOS UN BRINDIS
Lo mejor ha sido que seguimos
vivos. Y lo peor, que para muchos, muchísimos españoles, la vida ha sido
durísima. Si tuviéramos que establecer la génesis de lo que ha podido resultar
el año, diríamos que, hubo excesiva permisividad con los delincuentes de la caja
común, dentro de un mal reparto de la riqueza.
Demasiadas cuentas en los paraísos
fiscales y excesivas mentiras como modo de gobernar. Rescate a los ricos, a la banca y a las
grandes empresas con parte del crédito a cargo de lo que menos tienen. Este año
2014 ha prodigado un mayor abandono de
los más necesitados y enfermos. Se han producido demasiadas privatizaciones,
tirándose a la papelera el estado del bienestar. Se ha establecido un control férreo
con los medios de comunicación estatal. Nos hemos acostumbrado a la desigualdad
enorme, por tópico repetido no menos aflictiva. Nos hemos acostumbrado a
resignarnos, nos han apretado las tuercas de la libertad. Hay personas que
llevan más de cuatro años sin trabajo y la desconfianza política penetro en
nuestro estado de ánimo, despreciando a la "clase política" de una manera sin precedentes
en democrácia.
Cada mañana no hemos despertado con un
nuevo caso de corrupción como si todo estuviera infecto. Pero… a pesar de que
dicen que la macroeconomía mejora como paso imprescindible la micro, que es la
que interesa a las familias, ni se entera. La televisión
es una mierda y los medios de comunicación no son de fiar. Pero no nos importa,
estamos contentos ya que: “esta noche es
Nochebuena y mañana Navidad, deme la bota María que me voy a emborrachar”
Ahora más que nunca están echando a la
gente de sus casas, sin embargo no importa porque el Madrid está siendo el mejor equipo y eso es guay.
Todo está en orden. Lo importante es la estabilidad, amamos la vida y a pesar
de todo, esperamos. Pero
dentro de nuestra desdicha penetramos en un año de elecciones. Nuevamente nos van
a llamar a las urnas y otra vez pretenderán “vendernos la moto” para engañarnos de nuevo… y como somos bastante
idiotas, muchos volverán a comprarla
para después lamentarse de ello en grupo.
El mundo sobrevive… y “la Nochebuena se viene la Nochebuena se va y
nosotros nos iremos y no volveremos más”. Seguiremos con la misma televisión y medios de comunicación, los mismos desahucios,
idénticas mentiras, la misma desigualdad y voracidad, la misma impudicia. Los
mismos soportes éticos, idénticos soportes políticos. Las mismas fricciones,
las mismas discusiones, las mismas promesas.
Sin embargo tenemos la obligación de
seguir caminando, con la esperanza puesta en los hombres y mujeres de este país
y muy especialmente de los jóvenes que tienen en su mano su futuro. Levantemos nuestras
copas de cava catalán para reclamar justicia social para todos los hombres y
mujeres de buena voluntad.
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