LA
CRISIS Y QUIENES GOBIERNAN AHOGAN A LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS
Pierden
fondos y docentes mientras los alumnos se quedan sin becas para pagar unas
tasas abusivas. La iniciativa privada aparece como la tabla de salvación, pero
su entrada en las universidades públicas abre la puerta a un cambio de modelo
que puede achicar su función social.
LOS DOCENTES SALEN A LA CALLE |
Como remedio a este estado de cosas surgen los
patrocinios empresariales, el micro mecenazgo, la financiación privada o los
préstamos bancarios que ayudan a pagar las tasas a los que se quedan fuera del
sistema público de ayudas. Ya sean en forma de buena voluntad o con cierto afán
de lucro, la sensación general entre los defensores de la educación pública es
que estas medidas solo son parches y que el progresivo desfinanciamiento de las
universidades y la entrada de capital privado pueden conllevar consecuencias
muy graves para el sistema
En medio de estas malas perspectivas subyace un temor:
que esta situación no sea pasajera. Y que la crisis sea la mejor coartada
para incorporar cambios radicales que afecten a la función social de la
Universidad y llevándonos hacia el establecimiento de un modelo técnico y
economicista no apoyado en las ciencias humanas y en el que la Universidad deja
de ser ese lugar en el que se apuesta por la capacidad de pensar. Sin embargo,
grandes sociedades se hacen cargo de becas y cátedras específicas desde hace
años en España, aunque con menos intensidad que en otros países como Reino
Unido.
EN UNA CLASE MAGISTRAL |
Por el momento, según un sondeo realizado por esta
publicación en las principales universidades españolas, en este curso no ha
habido un descenso en el número de alumnos. Además, todavía está por saber
cuántos alumnos serán obligados en todo el Estado a devolver las becas que les
permitieron estudiar el curso pasado por no haber aprobado el 50% de los
créditos matriculados. Este era uno de los nuevos requisitos exigidos en la
convocatoria de becas para el curso 2012-2013.
Para el presente curso, Madrid, con un aumento medio
del 20%, lidera la subida en los estudios de grado. Le siguen Baleares (5%),
Aragón (3,6%), Cantabria (3,3%) y País Vasco (2,4%). La madrileña es la única
comunidad que encareció las tarifas por segundo año consecutivo. Otras
autonomías las subieron en el curso 2012-2013 en algunos casos hasta un 66%
–Castilla-La Mancha, Cataluña, Canarias o Comunidad Valenciana– optaron ahora
por revisarlas conforme a la inflación o incluso congelarlas.
Para atenuar el impacto del encarecimiento de las
tasas, varias universidades han puesto en marcha fórmulas como el
fraccionamiento de los pagos. Otras, como la de Málaga, lanzaron programas de
apadrinamiento para alumnos con escasos recursos y sin beca. La Universidad de
Barcelona (UB) también se ha lanzado a la búsqueda de fondos privados a través
una operación de micro mecenazgo con la que espera obtener recursos para
renovar laboratorios o restaurar incunables.