domingo, 7 de diciembre de 2014

Las opciones preventivas



¿QUIÉN “CORTARÁ EL BACALAO” EN LAS PRÓXIMAS GENERALES?
Las mudanzas en el poder político electoral casi nunca implican reformas en la correlación de fuerzas, sí dar lugar a políticas contrarias a intereses.
Las oligarquías del Estado y de la UE tienen dos opciones preventivas: 1ª desnaturalizar y domesticar a los nuevos dirigentes, vía sobornos o amenazas de todo tipo, 2ª impedir que lleguen al  poder mediante gobiernos de coalición como los de Grecia o Alemania, o simplemente por medio de un golpe de Estado "blando" (Italia). Tal vez por eso o sólo por eso, Podemos debería tranquilizar a los ciudadanos, y más que a los ciudadanos a los Estados Unidos de América, a Europa, a los poderes financieros internacionales, a la banca española, al Ejército y a la Iglesia, Opus …., y explicarles por qué son capaces de gobernar sin que España se fuese al traste. Si no lo consigue, Podemos será aniquilada y eliminada, previamente o a posteriori. Por desgracia no está claro que el 30 % de los votos fueran suficientes para imponerse a tal asedio. La democracia podría convertirse en un cadáver.
La empresa Metroscopia para el diario El País obtiene el resultado: PSOE, 27,7 %; Podemos, 25 %; PP, 20 %; IU/ICV, 5,6 %; UPyD, 4,8 %. Es decir, la tarta se reparte entre cuatro. Conclusiones: 1ª. El PSOE no solo no desaparece, sino que gana, por poco. 2ª. Podemos se detiene en su vertiginoso ascenso. 3ª. PP se desfonda. 4ª. IU+UPyD+nacionalistas+otros alcanzan la cuarta parte. 5ª. El bipartidismo desaparece. Particularmente considero que  la muda de votantes ,tradicionalmente de derechas pertenecientes a una muestra próxima a un nivel cultural bajo, se puede tornar nuevamente en voto al PP en los últimos momentos, a poco que el gobierno pueda hacer algún gesto afecto a nuestra economía y algo más.
De una forma u otra estaríamos, en la misma disyuntiva de alianzas. Si el bacalao lo corta el PSOE, necesitaría apoyos. Si el ganador al final fuese Podemos, también. Podemos+IU+otros pequeños podrían gobernar. Pero…. ya ha explicado IU que aunque la ley electoral penaliza la fragmentación de la izquierda, Podemos no quiere compañeros que no sean impolutos. Pero si se produjera, en ese caso PSOE podría contar con la ayuda del PP, convirtiéndose en árbitro y censor.
Para finalizar se me ocurre un símil o comparación que podría venir al cuento del momento político y que a todos los varones nos ha ocurrido cuando nos  hemos pillado accidentalmente el miembro.v. con la cremallera del pantalón. Una situación, además de dolorosa, embarazosa y ridícula, sobre todo si se produce en medio de ciertos acontecimientos sociales. En este caso lo más inteligente es conservar la calma y, con paciencia y cuidado, tratar de librarse de las fauces metálicas que están poniendo en peligro nuestra integridad. A veces basta un ligero tirón para salir airoso, pero otras la solución se vuelve imposible y nos vemos obligados a buscar unos alicates o cualquier tipo de herramienta, sin importarnos si esa herramienta está vieja, oxidada o manchada.
Que cada cual saque sus conclusiones.  

2 comentarios:

  1. Se hacen juegos malabares para que el resultado final de una encuesta se adapte a los paladares de quienes pagan/promocionan dichas encuestas. Y el segundo es que, aún en aquellas que intentan ser algo (no mucho) objetivas, se están realizando correcciones que no son adecuadas al momento político actual. Esto es debido a que las fórmulas empíricas utilizadas se han adaptado durante mucho tiempo a un escenario sociopolítico “simple”, donde existía un clarísimo bipartidismo y luego actores secundarios. Sin embargo ese escenario simple ya no existe, por tanto la aplicación de correcciones adecuadas al escenario bipartidista ya no tienen nada que ver con el nuevo escenario y, por lo tanto, con la realidad esperable.
    Tras el “prólogo” más que reiterado, paso a analizar la que puede ser, desde mi punto de vista, la fiabilidad de la encuesta actual, en el bien entendido de que yo no voy a hacer ninguna predicción sino sólo fijarme en la credibilidad de los datos. Y ya avanzo el resultado: credibilidad 0.
    ¿En qué me baso para decir eso? Como siempre, me voy a los datos sin cocinar, me gustan las “crudités”, es decir, la llamada intención directa de voto. Y en esos datos el primero que me llama la atención es el de la abstención: 31,6%, un dato muy elevado y que no suele aparecer nunca en esta magnitud. El segundo dato que llama la atención es que no hay apartado “No sabe/No contesta”, con lo amantes que somos lxs espaniards de no saber ni contestar… ¿Puede ser que simplemente, se haya realizado, pero no lo hayan puesto? Comprobémoslo: si sumamos todos los datos da exactamente 100 (%, se entiende), es decir, que todo el mundo ha contestado y ha dicho lo que haría.
    Puede ser que hayan sumado el apartado NS/NC en el dato de abstención, pero realmente eso no tiene ningún sentido ni significado. Pero veamos que pasa con el dato de la abstención una vez cocinado: 27%. Esto si que es realmente sorprendente, puesto que el dato de abstención real SIEMPRE es superior al dato de la intención de voto. Bien, como hemos dicho, igual han sumado el NS/NC en la intención directa, pero a la hora de cocinar lo hayan descontado. En el supuesto de que se haya sumado NS/NC y en la cocina se haya descontado, ¿es creíble el dato del 27%? Con los datos de la propia encuesta no lo puedo saber, no se puede deducir de ningún sitio, por lo que tendremos que contrastarlo con algún otro dato cuya fiabilidad tengamos contrastada. Y como no puede ser de otra manera, me voy al CIS que es el que tiene los datos sin cocinar más fiables.

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  2. En la actualidad (octubre-14) la “intención de abstención se sitúa en el 15,7%, descendiendo respecto encuestas anteriores, pero aún casi el doble de la intención de abstención de los meses precedentes a Generales de la última época del bipartidismo (1996-2011), la cual se sitúa en una media del 8,04% (máx. 9,3%, min. 6,9%). Si analizamos la diferencia entre la intención de abstención y la abstención real, encontramos que la real es una media de 19,1% (max. 23,29, min. 15,32) superior a la intención, es decir que si aplicásemos la suma de las medias nos daría un sorprendente 27,14%... ¿os suena de algo? Bueno, pues continuemos. Si realizamos el cociente entre la abstención real y la intención de abstención, nos encontramos que la media de la abstención real es 3,38 veces la media de la intención (máx. 3,91, min. 3,01).
    Ahora, si tomamos el último dato fiable conocido (15,7%) y realizamos estas operaciones con la abstención que nos dan (27%), descubrimos que el diferencial es muy inferior al habitual, concretamente de 11,3%, pero si miramos el cociente, es aún más escandaloso: 1,72 veces. Es decir, que el comportamiento no tiene nada que ver con lo precedente. ¿Pudiera ser esto debido, precisamente, a que ya no estamos en un escenario bipartidista y debemos esperar un comportamiento diferente? Pudiera ser, pero no es coherente con lo que sabemos: hay gente que dice que va a votar y finalmente no puede por cualquier motivo, es más difícil a la inversa, quien dice que va a abstenerse se abstiene, y si no lo tiene claro lo que suelen decir en este caso es NS/NC. Es decir, este comportamiento no está relacionado con el bipartidismo, sino más bien con la psicología del votante medio en cualquier circunstancia.
    Pero, aceptemos el 27% y veamos cómo se transforman las intenciones de voto en voto real sobre censo con la cocina realizada: tenemos que el voto de Podemos es de 18,25% (sólo 0,15% superior a la declarada), el de IU 4,088, es decir prácticamente el mismo que el declarado, el de UPyD de 3,504, la misma que la declarada, el PP 14,6, es decir 2,5% mayor que el declarado y el PSOE… Tachán!!! 20,221, es decir 3,72% mayor que la declarada. Nada menos que 3,72%. ¿Es esto coherente con el comportamiento habitual?
    Si miramos la media de “voto oculto” del mismo período 1996-2011, si, lo es, y eso es lo realmente sorprendente. La media del período es de 4,61%, es decir, aún un 1% del 3,72% que les da. Para el PP dicha media es de 2,37%, muy coherente con el 2,5%, y en los casos de IU y UPyD, prácticamente iguales… como en la cocina. Es decir, que siguen aplicando el comportamiento de la época del bipartidismo, como si no hubiera salido Podemos. ¿Y qué pasa por que haya salido Podemos? Pues como es fácilmente deducible, parte de los votos de Podemos viene del PCHOE, por lo cual también parte de esos votos vendrán del “voto oculto del PCHOE”. Por otro lado está el efecto “voto útil, que hace que gente que no quería votar al PCHOE finalmente lo acabe haciendo, formando también parte de ese “voto oculto”. Sin embargo ahora el voto útil no favorece al PCHOE, sino a Podemos, por lo que esa parte de “voto útil” es posible que se vaya a Podemos, y no al PCHOE.
    Y, por último y más importante: si en el caso de la abstención se está variando el porcentaje porque ya no estamos en bipartidismo, ¿por qué demonios en el caso de las correcciones si se están aplicando las del bipartidismo y no otras? Algo huele mal en Dinascopia.
    En fin hay muchas cosas discutibles en el razonamiento (no voy a decir que no), pero lo primordial es que, desde mi punto de vista los datos no tienen ni pies ni cabeza y tienen fiabilidad nula. Por lo que, lo siento Arturo, pero según veo sus divertimentos son eso, simples divertimentos, pero sin ninguna relación que la realidad posible (y probable)

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