LA NUEVA LEY
MORDAZA
El anteproyecto de Ley de Enjuiciamiento Criminal que
pretende el gobierno del PP trunca considerablemente las garantías de los
justiciables y el tiempo necesario para que los jueces indaguen pufos de
envergadura sin que vayan a reforzar sus medios técnicos o sus recursos
humanos.
Los
agentes de la Policía Judicial podrán adoptar una identidad falsa para navegar
por la red y camuflarse legalmente en las redes sociales para participar en
chats en los que puedan fraguarse delitos relacionados con inmigración
clandestina, prostitución o diversos tráficos ilícitos. Las fuerzas del orden
podrán meterse en su vida sin que ningún magistrado vigile la jugada.
El
anteproyecto circunscribe el marco de dichas escuchas o grabaciones
audiovisuales, que pueden alcanzar también la mensajería electrónica: “En caso
de urgencia, cuando las investigaciones se realicen para la averiguación de
delitos cometidos en el seno de estructuras criminales, trasgresiones de
terrorismo, delitos contra menores o personas con capacidad modificada
judicialmente”. En todos los casos, el ministro del Interior o, en su defecto,
el secretario de Estado de Seguridad, podrán acordar la medida de investigación
pertinente.
El
poder político cubre la vacante del judicial durante veinticuatro horas, aunque
transcurrido dicho plazo el juez deberá ser informado haciendo constar las
razones que justificaron la adopción de esa medida, la actuación realizada, la
forma en que se ha efectuado y su resultado. También de forma motivada, revocará o
confirmará tal actuación en un plazo máximo de 72 horas desde que fue ordenada
la medida. En la medida en que esta propuesta vulnere la seguridad jurídica,
los inocentes se verán groseramente espiados y los culpables seguramente
encuentren abogados caros que pongan en valor los fallos técnicos del
procedimiento e invaliden así las pruebas obtenidas.
Hará
falta la mediación del juez para llevar a cabo el control remoto de
ordenadores, mediante los denominados “troyanos”. Y también hará falta dicha
autorización para la instalación de cámaras y micrófonos en domicilios y en
celdas de detenidos. Pero podrán instalarse, aunque las grabaciones tendrán que
ser hipotéticamente destruidas luego en caso de que no revelen nada sustancial
respecto al delito que se investigue. Eso sí, no se permitirá interceptar
comunicaciones entre clientes y abogados, salgo que se les investigue a ambos
por lo mismo. Y habrá detenidos que podrán estar durante todo un día sin hablar
con nadie, ni siquiera con su abogado, una restricción que hasta ahora sólo se
aplicaba a delitos relacionados con el terrorismo.
En
esta Ley en lugar de luchar contra la corrupción prefiere meterla bajo la
alfombra para que la ciudadanía piense que no existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario