jueves, 2 de octubre de 2014

Caja Madrid



UNA REVOLUCIÓN MORAL Y ÉTICA ANTES QUE POLÍTICA

Carta abierta  a los consejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia. También, porque no, a la alcaldesa de mi pueblo: Pilar López Partida.

Si auditáramos España, pocos se salvarían de haber participado en asuntos de corrupción, mangoneo, clientelismo, Esto no tiene solución, solo poco a poco, con mucho tiempo, denuncia tras denuncia, pueden ir cambiando las cosas.
La corrupción ha empezado a brotar cuando los asuntos económicos se han torcido. En épocas de vacas gordas no pasaba nada, todos participaban en la desidia: alcaldesas, concejales, obreros, empresarios, estudiantes, banqueros, funcionarios, políticos, periodistas,…. etc., ha sido cuando algunos, bastantes, se han quedado sin parte de la tarta cuando las sirenas han empezado a aullar.
Pero de las decenas de miles de corrupciones acaecidas en España durante los últimos años, ésta es la que más irritación y frustración provoca. ¡Y mira que los ha habido gordas y sonadas! Pero ésta es especialmente ofensiva por producirse al tiempo que los obligados o engañados clientes eran desahuciados de sus viviendas o desposeídos de sus ahorros con participaciones que llamaban preferentes.
La cúpula de Caja Madrid y de Bankia gozó de tarjetas de con las que cargaron sobre la entidad 15,5 millones de euros falsamente contabilizados para pagarse viajes, restaurantes y otros bienes y servicios dignos de su encumbrada posición. También extrajeron dinero en efectivo de cajeros automáticos, por lo menos de 2,1 millones de euros. Estas tarjetas fueron otorgadas al margen de los gastos de representación que tenían los directivos quienes aparte cobraban como sueldo una media de más de 2,5 millones de euros anuales. Entre los directivos, además de Blesa y Rato, figuran los consejeros nombrados por PP, PSOE, IU y CCOO, 22 de los cuales siguieron usando las tarjetas meses después de cesar en sus cargos. Estos nutridos ciudadanos  merecen la marginación social y la implacabilidad de la justicia por apropiación indebida, delito contra la sociedad y cuantos se deriven. No bastaría con que devolviesen el dinero es necesario el reproche penal, y por supuesto la prisión. El descrédito de política y finanzas ha sido difícilmente reversible.

1 comentario:

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