martes, 11 de marzo de 2014

Somos muchos los cristianos enfurecidos



NO SE CUESTIONA QUE SEA ILÍCITO E INMORAL UTILIZAR LA POLÍTICA COMO MEDIO PARA ENRIQUECERSE
“El Gobierno está cambiando el país con medidas que lanzan a miles de personas a la exclusión, y en la Iglesia no se ve ninguna revolución. No podemos quedarnos ni mudos ni conformes. Desde la Iglesia debemos denunciar esta falta de compasión. Los que sufren no esperan doctrinas sociales ni justificaciones económicas, tan falsas como inmorales. Piden que se les defienda. La jerarquía ha de hablar en nombre de los que sufren, pero para eso ha de tenerlos en el corazón. Es ahora cuando se nota”
Estas palabras de José Antonio Pagola fueron largamente ovacionadas por los participantes en un Congreso de Teología celebrado en la sede de CCOO.
Somos muchos los cristianos enfurecidos con una Conferencia Episcopal que está permanentemente levantado la voz por otras causas, en plena coincidencia con el Partido Popular y que, sin embargo, ahora guarda un silencio ensordecedor ante tantas injusticias y ante la vergüenza de los casos de corrupción de los políticos que trabajan en el mantenimiento de sus privilegios y también de los privilegios de la misma Iglesia.
Sólo les pedimos que apliquen la doctrina social de la Iglesia y levanten la voz para conseguir “una regulación del sector financiero que sea capaz de salvaguardar a las personas más débiles e impedir escandalosas especulaciones”. Los que tanto han gritado para defender la vida ahora callan ante los crímenes que cada día provocan la banca y el gran drama de los desahucios.
Los que callan ante estas injusticias, que claman al cielo, han de ser considerados cómplices del dios dinero y de sus oráculos. Son sus amigos los que han puesto el dinero en los modernos altares elevándolo a la categoría de idolatría social y de norma moral de rango superior a los derechos humanos.
No se cuestiona que sea ilícito e inmoral UTILIZAR LA POLÍTICA COMO MEDIO PARA ENRIQUECERSE. Lo estamos comprobando en el debate que nuestro gobierno ha abierto para taparse las vergüenzas de la corrupción. Nos quieren hacer creer que hacer justicia es no prejuzgar antes de tiempo a los corruptos. Según ellos, la condena moral solo es aplicable a los que son tan necios de dejarse coger y acaban condenados por los tribunales.
Estamos oyendo constantemente políticos sinvergüenzas que ejecutan la opresión de los pobres desde leyes injustas elaboradas por sistemas formalmente democráticos, parapetados detrás de constituciones caducas.
La ley no está por encima de las personas y este es uno de los mensajes más contundentes del cristianismo, presente en los evangelios, y que provocó la muerte de Jesús.

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