domingo, 9 de febrero de 2014

OPINAR EN LIBERTAD



EL MIEDO A LA PEDRADA O AL FUEGO, HACE QUE HAYA CÓMPLICES QUE SILENCIAN DELITOS.

Opinar en conciencia o libremente es peligroso ante los ojos de aquellos personajes acostumbrados a propiciar el halago remunerado de cualquier manera. Al halagador se le recompensa porque entre nosotros tiene más espacio, social y político el granuja adulador, que el crítico honrado.

Me estoy refiriendo a toda opinión discordante que acostumbra a acompañar a todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que ejercen el insigne oficio de pensar, de analizar la realidad, para posteriormente opinar sobre ella. Me estoy refiriendo de quien refuta a la autoridad, encausa arbitrariedades, contradice al poder, desvela fechorías, impugna decisiones administrativas, condena abusos, desatiende caprichos, rectifica al patrón o denuncia la incompetencia probada del poderoso o poderosa.
Quienes realizan tales menesteres han de estar dispuestos a ser anatemizados, lapidados, marginados y expulsados a sartenazos por los usurpadores del territorio, con un sambenito colgado del pecho, preludio de la pira inquisitorial que espera a todo discrepante del poder, por pequeño que sea el mando que tengan el poder inquisidor.
Este miedo a la pedrada o al fuego, hace que la sociedad esté llena de cómplices que silencian delitos. Pero, mirar para otro lado y callar, es una forma de cobardía que sólo favorece a quienes se aprovechan del silencio público, porque los españoles acostumbramos a criticar en mentideros como: pasillos, rincones, y tabernas, transformadas en oficinas de quejas y denuncias, para beneficio de los sinvergüenzas.
Las personas con espíritu libre en muchas ocasiones no tienen espacio en las organizaciones humanas, porque los corazones rebeldes molestan más que una china en el zapato, y el poderoso los quiere tener alejados en un radio de dimensiones semejantes a los anillos de Saturno, sin percibir que son los críticos quienes los mantendrán en estado de alerta, haciéndoles mejorar.
Son los halagadores los primeros en emplear el hacha de leña, en el momento que el halagado es caído de su pedestal, bien sea por el tiempo o el cambio circunstancial.

4 comentarios:

  1. En España seguimos teniendo un comportamiento permisivo con posturas que van contra estos principios: tolerancia contra las corrupciones. Desgraciadamente intentos como la educación para ciudadanía se desechan, por criterios políticos. Como bien dice el autor se busca la mordaza, el mejor ejemplo es el de una política de primer nivel. Creo que ese debería de ser nuestro principio de exigencia exigir a nuestros representantes un modelo de priorización de actividades claramente justificado y por supuesto un compromiso de cumplimiento..
    Saludos

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  2. Un ciudadano no tan libre11 de febrero de 2014, 0:09

    Ojala existieran muchos corazones rebeldes que no permitieran, a los políticos locales, hacer lo que les viene en gana con respecto a sus intereses espurios. ¿Cómo se puede propiciar un Plan General en beneficio de promotoras que prestaron sus favores antaño?
    Todos los planes urbanísticos deberían ser mirados con lupa, lo mismo que muchos silencios comprados en beneficio de transacciones corruptas. También la justicia debe efectuar su autocritica cuando se pone de parte del poder. Y por supuesto los partidos deberían depurar cualquier sospecha fundamentada en hechos, despidiendo a aquellos militantes que hacen del poder un medio de vida lucrativo a costa del contribuyente ya se por acción u omisión.

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  3. Un ciudadano no demasiado libre11 de febrero de 2014, 0:14

    Ojala existieran muchos corazones rebeldes que no permitieran, a los políticos locales, hacer lo que les viene en gana con respecto a sus intereses espurios. ¿Cómo se puede propiciar un Plan General en beneficio de promotoras que prestaron sus favores antaño?
    Todos los planes urbanísticos deberían ser mirados con lupa, lo mismo que muchos silencios comprados en beneficio de transacciones corruptas. También la justicia debe efectuar su autocritica cuando se pone de parte del poder. Y por supuesto los partidos deberían depurar cualquier sospecha fundamentada en hechos, despidiendo a aquellos militantes que hacen del poder un medio de vida lucrativo a costa del contribuyente ya se por acción u omisión

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    Respuestas
    1. Ciudadano no demasiado libre: Comienza identificándote para que los que sí lo hacemos dejemos de parecer de otro planeta. ¿De acuerdo?

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