CON
ESTE PARO Y ESTE DEFICIT
El Gobierno proclama a los cuatro
vientos, con la ayuda de la comparsa mediática y los poderes económicos que lo
apoyan, que estamos saliendo de la crisis; pero sin embargo cada vez hay más
familias sin ingresos, los jóvenes tienen que buscar empleo en el extranjeros,
se desahucia a las personas, se congelan las pensiones o se precariza el
mercado laboral, Argumentan que el paro se ha estabilizado, que ha aumentado la
inversión extranjera y la exportación, que es positivo el saldo de la balanza
por cuenta corriente, que se accede más fácil a los mercados financieros, que
tenemos una inflación baja…
¿Cómo se puede afirmar que estamos
saliendo de la crisis si tenemos en cuenta el elevado déficit público, con una
deuda pública que nunca podremos pagar y un paro excelso, aunque diga el
Gobierno que se ha estabilizado y que prevé un crecimiento del 0’1 % para el
2014?.Por el contrario lo que está ocurriendo es que se exporta más por la
reducción de costes generada por la bajada de los salarios y el ajuste de las
propias empresas para su supervivencia en una mejora de la productividad mal
entendida. El acceso del crédito a los mercados financieros para el Tesoro
Público, aunque últimamente más barato, sigue siendo insostenible por el gran
aumento de la deuda pública. Una inflación baja beneficia a la economía, pero la reducción generalizada de salarios hace
imposible aumentar el consumo. Tardará mucho tiempo para que llegue el
crecimiento económico y que las posibles mejoras que anuncian lleguen a los
ciudadanos y contribuyan a mejorar su calidad de vida.
Ahora más que nunca se hace
imprescindible implantar una banca pública que posibilite préstamos a PYMES y a
familias para facilitar el consumo y exigir a la banca privada la devolución
del dinero prestado. Estableciéndose un salario mínimo interprofesional de
acuerdo con los que tienen los países de nuestro entorno y una renta mínima
garantizada para todos los ciudadanos. La deuda pública es impagable, por ello,
debemos negarnos a solventarla con el respaldo del derecho internacional, y
recuperar los derechos laborales y sociales perdidos en las últimas décadas.
También deberíamos fomentar una fuerte inversión pública, tanto para mantener
los servicios sociales esenciales como para potenciar el desarrollo de una
economía productiva. Implantando unos salarios dignos y estabilidad en el
empleo.
La economía española se aferra a una recuperación todavía muy tenue como a un clavo ardiendo. Después de seis años en los que los ciudadanos han soportado con ejemplar estoicismo reveses y rigores, angustias y padecimientos, el Gobierno Rajoy confía en que el ejercicio 2014 sea el de la salida de la crisis. ¿Conseguiremos de una vez por todas escapar de lo que tiene todos los visos de convertirse en una década perdida?
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