¿DÓNDE HAY POLÍTICOS DE LA TALLA DE WILLY BRANDT U OLOF PALME?
El
pueblo de Islandia, cuando decidió destituir y juzgar por negligencia a su
primer ministro Geir Haarde, el
primero que se sentaba en el banquillo por su mala gestión de la economía,
concitó la envidia y la admiración de millones de ciudadanos humillados por sus
gobernantes. Sentimientos similares de respeto y admiración despertaron los
ciudadanos alzados de Túnez, Egipto,
Libia, Siria, Yemen y otros países regidos por dictadores y tiranos
desalmados.
El
número de ciudadanos que se sienten enemigos de sus respectivos gobiernos crece
de manera alarmante, del mismo modo que los políticos adquieren cada día con
más firmeza la conciencia de que los ciudadanos, indignados ante el fracaso de
sus gobernantes, están sujetados, dispuestos a expulsarlos del poder y
arrebatarles sus injustos privilegios y ventajas.
Hay
algunos pensadores que creen que la antipatía profunda entre el poder y
ciudadanos, un fenómeno que cada día se parece más a un conflicto de intereses,
será el gran signo de los tiempos durante el presente siglo XXI. Esa rebate
entre políticos y ciudadanos marginados y oprimidos es la única tesis que
explica el terrible resultado de las encuestas en España, donde, a pesar del
maquillaje, la corrupción de los políticos
y los políticos como grupo son
dos de los cuatro grandes problemas del pueblo y de la nación,
reflejando así un rechazo del súbdito a la clase dirigente que, en sí mismo,
deslegitima a los que están gestionando el Estado, muchas veces en contra de la
voluntad popular.
Muchos
gobiernos, tienen mala conciencia porque han fracasado, han causado sufrimiento
gratuito y han empobrecido la sociedad, contemplan al ciudadano como su enemigo
natural, como a gente a la que teme porque en buena lógica debería exigirles
eficacia y echarles del poder por inútiles. El ciudadano, por su parte, mira al
gobierno con recelo y se siente cada día más estafado y maltratado por el
poder.
Esa
"conflicto" entre ciudadanos y políticos es la espina dorsal del
terrible deterioro político, del avance de la corrupción y del enfrentamiento
entre el poder político y la ciudadanía que ya es el gran fenómeno de nuestro
tiempo. Tal vez por eso o solo por eso, nos incumbe a todos afrontar esa
responsabilidad para participar de una manera u otra en la solución de este
conflicto que nos afecta a todos en su conjunto. Si queremos salvar el sistema
de democracias nuestro mundo llamado civilizado, nos corresponde a todos actuar
pidiendo a todos aquellos parásitos sociales que nos rodean que se marchen y
dejen paso a otros mejor preparados y capacitados para vivir en un estado de
libertades.
Estoy de acuerdo basicamente ¿pero esto no es un peligro para la democracia representativa?
ResponderEliminarCarlos Berzosa
¿POR QUÉ LOS VECINOS DE VALDEMORILLO TENEMOS QUE MANTENER A DOS ALCALDESAS?", "el partido independiente de una de las alcaldesas atacó en todo momento a la actual alcaldesa", que AMORDAZA CON DINERO DEL CONTRIBUYENTE SU BOCA. No sé si el PP conoce este nuevo caso infumable para muchos vecinos de Valdemorillo. Considero que es una vergüenza mantener esta situación sabiendo lo que conocemos de algunos políticos que ganan dinero fácil.
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