viernes, 18 de octubre de 2013

La corrupción política



¿DÓNDE HAY POLÍTICOS DE LA TALLA DE WILLY BRANDT U OLOF PALME?
El pueblo de Islandia, cuando decidió destituir y juzgar por negligencia a su primer ministro Geir Haarde, el primero que se sentaba en el banquillo por su mala gestión de la economía, concitó la envidia y la admiración de millones de ciudadanos humillados por sus gobernantes. Sentimientos similares de respeto y admiración despertaron los ciudadanos alzados de Túnez, Egipto, Libia, Siria, Yemen y otros países regidos por dictadores y tiranos desalmados.
El número de ciudadanos que se sienten enemigos de sus respectivos gobiernos crece de manera alarmante, del mismo modo que los políticos adquieren cada día con más firmeza la conciencia de que los ciudadanos, indignados ante el fracaso de sus gobernantes, están sujetados, dispuestos a expulsarlos del poder y arrebatarles sus injustos privilegios y ventajas.
Hay algunos pensadores que creen que la antipatía profunda entre el poder y ciudadanos, un fenómeno que cada día se parece más a un conflicto de intereses, será el gran signo de los tiempos durante el presente siglo XXI. Esa rebate entre políticos y ciudadanos marginados y oprimidos es la única tesis que explica el terrible resultado de las encuestas en España, donde, a pesar del maquillaje, la corrupción de los políticos y los políticos como grupo son dos de los cuatro grandes problemas del pueblo y de la nación, reflejando así un rechazo del súbdito a la clase dirigente que, en sí mismo, deslegitima a los que están gestionando el Estado, muchas veces en contra de la voluntad popular.
Muchos gobiernos, tienen mala conciencia porque han fracasado, han causado sufrimiento gratuito y han empobrecido la sociedad, contemplan al ciudadano como su enemigo natural, como a gente a la que teme porque en buena lógica debería exigirles eficacia y echarles del poder por inútiles. El ciudadano, por su parte, mira al gobierno con recelo y se siente cada día más estafado y maltratado por el poder.
Esa "conflicto" entre ciudadanos y políticos es la espina dorsal del terrible deterioro político, del avance de la corrupción y del enfrentamiento entre el poder político y la ciudadanía que ya es el gran fenómeno de nuestro tiempo. Tal vez por eso o solo por eso, nos incumbe a todos afrontar esa responsabilidad para participar de una manera u otra en la solución de este conflicto que nos afecta a todos en su conjunto. Si queremos salvar el sistema de democracias nuestro mundo llamado civilizado, nos corresponde a todos actuar pidiendo a todos aquellos parásitos sociales que nos rodean que se marchen y dejen paso a otros mejor preparados y capacitados para vivir en un estado de libertades.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo basicamente ¿pero esto no es un peligro para la democracia representativa?
    Carlos Berzosa

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  2. ¿POR QUÉ LOS VECINOS DE VALDEMORILLO TENEMOS QUE MANTENER A DOS ALCALDESAS?", "el partido independiente de una de las alcaldesas atacó en todo momento a la actual alcaldesa", que AMORDAZA CON DINERO DEL CONTRIBUYENTE SU BOCA. No sé si el PP conoce este nuevo caso infumable para muchos vecinos de Valdemorillo. Considero que es una vergüenza mantener esta situación sabiendo lo que conocemos de algunos políticos que ganan dinero fácil.

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