SE ESTÁ CONVIRTIENDO EN ALGO
SUBVERSIVO
CON LA QUE ESTÁ CAYENDO
CON LA QUE ESTÁ CAYENDO
Es
casi imposible no estar tocado por la crisis, pero no significa que la vida no
tenga momentos que celebrar.
Sonrie...que es mejor |
Nos
entregamos a una seriedad continua, un poco impostada, y escribimos y hablamos,
hablamos y escribimos sin respiro alguno sobre el nubarrón que ha ensombrecido
nuestras vidas y que no hay viento que se lo lleve y vivimos el presente desde
la continua perplejidad con el continuo interrogante de lo que pueda
acontecernos en un futuro próximo y dentro del ámbito de la incertidumbre.
Tenemos la cara que nos hemos fabricado |
Hace
algunos días, leo a un escritor que cuenta la manera en que se estaba
produciendo la transición del otoño al invierno, al caer las hojas desaparecen
los colores, decía, y del color se pasa al blanco y negro, del óleo al dibujo a
carboncillo. En fin, algo que, en principio, no debiera molestar a nadie. Pues
bien, algún amigo entró a considerar si era lógico hablar de colores y
árboles desnudos con la que está cayendo. ¡Con la que está cayendo!.
Ellos nos enseñan que se puede vivir bien con poco, muy poco, casi nada |
Estamos
dejando de frecuentar el lado bueno de la vida y nos asentamos con facilidad en
nuestra realidad catastrofista, lo cual es fácil, con la que está cayendo olvidamos
el territorio del disfrute legitimo de la vida que se nos está quedando hecha
un erial.
Dentro
de esta estructura fuertemente capitalista, que nos ha tocado vivir y en la que
transitamos, hay que recuperar nuevamente la utopía para gritarnos dentro de
nuestro ser que: también ahora se puede y para eso tendremos que recuperar
nuestro tono vital y colocar la realidad en el lugar que corresponde a la
inteligencia emocional y que nos permita reconocer nuestras limitaciones y
nuestras posibilidades reales para contribuir a que esto mejore, sin dejarnos
morir en el intento.
Es
cierto que vivimos dentro de un mundo de incertidumbre radical, donde sólo se
deja ver el futuro desde la perspectiva de lo que nos puede ocurrir. Nos
hallamos en una vulnerabilidad estructural. Tenemos una crisis antropológica que
nos hace confundir el medio con el fin y que también se nos está borrando la
dignidad de la persona. Pero una vez que hemos llegado a analizar todos estos parámetros,
debemos ponernos a construir el futuro dentro de una perspectiva providencialista
en donde podamos enfrentarnos a esta realidad con cierto positivismo.
Hay sentir gratitud que ensancha el ánimo, o
el alma, como antes se decía. Sentirse agradecido, aclaraban, que no es lo
mismo que sentirse en deuda. Y puede ser entorno an cordero asado o a cualquiera de
esas cenas que prepararemos en las casas cuando el año se cierre, a
pesar del nubarrón o de que alguna desgracia nos haya caído este año sobre los
hombros. Y dado que la alegría se está convirtiendo en algo subversivo me
comprometo a practicarla y difundirla, a riesgo de ser considerada superficial
por aquellos que han adoptado la frasecilla "con la que está cayendo"
para amargarle la vida al prójimo.
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