UN NUEVO ICONO MACHISTA
A los 67
años, Brüderle, ha demostrado desconocer la frontera entre el piropo y la
grosería con frases como la referida a una compañera de partido: "yo en
presencia de semejante trasero no puedo concentrarme en los papeles".
Este personajillo se
llama Reiner Brüderle, es el líder del grupo parlamentario del Partido Liberal
alemán (FDP) y hemos conocido su faceta más pegajosa gracias a un perfil sobre
él que la periodista Laura Himmelreichde de 29 años ha escrito para la revista Stern.
Himmelreich, que ha sido reiteradamente víctima de los comentarios
sexistas y fuera de lugar de Brüderle hasta que, finalmente, ha decidido
ponerlos negro sobre blanco y entre comillas, lo que ha tenido como consecuencia
la redacción de un completo manual sobre el prototipo de viejo verde.
En
el bar de un hotel donde el FDP celebraba el año pasado su tradicional reunión
de enero, Brüderle se acercó a la reportera, fijó los ojos impúdicamente en sus
pechos y se permitió pensar en voz alta: "bien podrían llenar un Dirndl
(típico vestido escotado bávaro)", dijo. Debió pasarle desapercibida la
cara de asco de la periodista e insistió en invitarla a bailar, a lo que
Himmerreich le respondió, muy digna ella, con un "Señor Brüderle, usted es
un político y yo soy una periodista". "Los políticos son esclavos de
los periodistas", contraatacó él, lujurioso. La escena, que aparece
descrita en el artículo titulado "Der spitzen Kandidat" (El candidato
en punta) ha lanzado a los alemanes a un intenso debate público sobre la
propiedad de los coqueteos en el ámbito profesional. Bild Zeitung ha publicado
un muy aconsejable test titulado con la terrorífica pregunta "¿Soy yo un
Brüderle?" y que plantea cuestiones como la siguiente. "Deseo halagar
el trabajo de una compañera. A) Le digo "buen trabajo". B) Bromeo
"no está mal para una mujer". C) Me acerco por detrás, le masajeo los
hombros y le susurro "me gusta cómo lo haces".
Reiner Brüderle |
Aunque
sin pretenderlo y por un camino con demasiadas curvas, el macho alfa Brüderle
ha ayudado a que la sociedad alemana recuerde la importancia de la corrección
en las relaciones profesionales, aportando indirectamente su granito de arena
al ideal que persigue su Partido Liberal, una sociedad libre y sin
discriminaciones. El FDP, por cierto, ha reaccionado achacando el artículo a
una "campaña contra el partido" y a Brüderle, que se sepa, no se le
ha pasado por la cabeza ni por ningún otro miembro, desmentir o pedir
disculpas.
Twitter
lleva días echando humo y las tertulias alemanas en radio televisión, como la
de anoche en la cadena pública de televisión ARD
(http://www.bild.de/politik/inland/sexismus/lanz-will-stern-tv-aufschrei-auf-allen-kanaelen-28326518.bild.html)
en horario de prime time, apenas hablan de otra cosa. Hay tertulianos de género
masculino que se quejan de que tienen problemas para identificar con claridad
la frontera entre el flirteo y el insulto. El consenso femenino a este respecto
es total: el acoso comienza allí donde una persona es tomada por un objeto.
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