sábado, 9 de febrero de 2013

Babosos y salidos del mundo, aquí tenéis vuestro nuevo icono.




UN NUEVO ICONO MACHISTA

A los 67 años, Brüderle, ha demostrado desconocer la frontera entre el piropo y la grosería con frases como la referida a una compañera de partido: "yo en presencia de semejante trasero no puedo concentrarme en los papeles".
Este personajillo se llama Reiner Brüderle, es el líder del grupo parlamentario del Partido Liberal alemán (FDP) y hemos conocido su faceta más pegajosa gracias a un perfil sobre él que la periodista Laura Himmelreichde de  29 años ha escrito para la revista Stern. Himmelreich, que ha sido reiteradamente víctima de los comentarios sexistas y fuera de lugar de Brüderle hasta que, finalmente, ha decidido ponerlos negro sobre blanco y entre comillas, lo que ha tenido como consecuencia la redacción de un completo manual sobre el prototipo de viejo verde.
 

Reiner Brüderle
En el bar de un hotel donde el FDP celebraba el año pasado su tradicional reunión de enero, Brüderle se acercó a la reportera, fijó los ojos impúdicamente en sus pechos y se permitió pensar en voz alta: "bien podrían llenar un Dirndl (típico vestido escotado bávaro)", dijo. Debió pasarle desapercibida la cara de asco de la periodista e insistió en invitarla a bailar, a lo que Himmerreich le respondió, muy digna ella, con un "Señor Brüderle, usted es un político y yo soy una periodista". "Los políticos son esclavos de los periodistas", contraatacó él, lujurioso. La escena, que aparece descrita en el artículo titulado "Der spitzen Kandidat" (El candidato en punta) ha lanzado a los alemanes a un intenso debate público sobre la propiedad de los coqueteos en el ámbito profesional. Bild Zeitung ha publicado un muy aconsejable test titulado con la terrorífica pregunta "¿Soy yo un Brüderle?" y que plantea cuestiones como la siguiente. "Deseo halagar el trabajo de una compañera. A) Le digo "buen trabajo". B) Bromeo "no está mal para una mujer". C) Me acerco por detrás, le masajeo los hombros y le susurro "me gusta cómo lo haces".
Aunque sin pretenderlo y por un camino con demasiadas curvas, el macho alfa Brüderle ha ayudado a que la sociedad alemana recuerde la importancia de la corrección en las relaciones profesionales, aportando indirectamente su granito de arena al ideal que persigue su Partido Liberal, una sociedad libre y sin discriminaciones. El FDP, por cierto, ha reaccionado achacando el artículo a una "campaña contra el partido" y a Brüderle, que se sepa, no se le ha pasado por la cabeza ni por ningún otro miembro, desmentir o pedir disculpas.

Twitter lleva días echando humo y las tertulias alemanas en radio televisión, como la de anoche en la cadena pública de televisión ARD (http://www.bild.de/politik/inland/sexismus/lanz-will-stern-tv-aufschrei-auf-allen-kanaelen-28326518.bild.html) en horario de prime time, apenas hablan de otra cosa. Hay tertulianos de género masculino que se quejan de que tienen problemas para identificar con claridad la frontera entre el flirteo y el insulto. El consenso femenino a este respecto es total: el acoso comienza allí donde una persona es tomada por un objeto.

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