lunes, 7 de enero de 2013

La derecha democrática no castiga con el voto la corrupción.





LA CORRUPCIÓN POLITICA

Reflexiones sobre este asunto, tomando como referencia la opinión de autoridades docentes de la Ciencia Política.

Con los sumarios de corrupción deberían facilitarnos un esquema con los personajes y sus ramificaciones familiares. Una especie de árbol genealógico de la trama, donde se especifique sus antecedentes políticos y sus relaciones de parentesco. Luego sería bueno añadirle una guía telefónica como la que existen en algunos pueblos, donde en vez de recoger el nombre y los apellidos de los usuarios aparezcan los motes. El jefe en el caso Malaya, Juan Antonio Roca; El señor de los hilillos, El pollo, El loro y El sapo en Astapa, Barrientos, Zamorano y José Flores; El albondiguilla, El bigotes y El curita en Gürtel, el ex alcalde de Boadilla del Monte, el conseguidor Álvaro Pérez y el presidente de la Comunidad Valenciana Francisco Camps. Estas mejoras posibilitarían una lectura más comprensiva por parte de los ciudadanos y evitaría en parte lo que está ocurriendo en la actualidad, que la gente luego se hace un lío y termina votando en las elecciones al mismo corrupto de siempre. 

De nuestro pasado franquista, los españoles sacamos la conclusión de que la política es un negocio, eso permanece en las mentes conservadoras de España como una trascendida. Todos los políticos son iguales, la corrupción es consustancial al desempeño de un cargo público.

El profesor Manuel Villoria, del Instituto Ortega y Gasset y de la Universidad Rey Juan Carlos, ha estudiado el comportamiento electoral español. Villoria considera que en España hay una menor cultura cívica y una visión más negativa sobre los políticos que en el resto de Europa y se ve en los datos del CIS. Hay poca afiliación, poco compromiso social", El perfil medio del español se traduciría, por tanto, en un votante menos sensible a la corrupción”…. una defensa a ultranza de sus líderes políticos aunque éstos estén acusados de corrupción. Si todos son corruptos, prefiero a mi político corrupto que al de enfrente, que también lo es, sería el resultado lógico de ello”. Sobre asunto también opina el profesor de Cambio Social Ramón Adell de la UNED. …Antes los políticos eran aficionados. Ahora son profesionales de la política. Ya no hay ideología y el bipartidismo español produce un desapego por la política".
El caso de Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, es paradigmático. Este dirigente del PP ha dado a su partido una victoria electoral tras otra a pesar de ser perseguido por la Justicia y estar imputado por la Fiscalía Anticorrupción por fraude fiscal y delitos contra la Administración pública. Su partido ha superado los ya espléndidos resultados. Tras la aplastante victoria de las elecciones municipales en 2007, Carlos Fabra proclamó que el PP había sido absuelto con sobresaliente cum laude por los ciudadanos. Ahora, tras las europeas de 2009, ha declarado: "La gente es muy lista y le preocupa más el paro que saber si Carlos Fabra o Paco Camps somos culpables o inocentes".

Análisis electorales diversos demuestran que, en España, para desánimo de muchos, Carlos Fabra tiene razón y que incluso se queda corto en sus valoraciones. Las urnas no castigan la corrupción, sino que en muchas ocasiones parece que la premian. "En efecto, todo hace pensar que la corrupción da votos", comenta, mientras pasea por Gran Vía. "Es como si la sociedad española no considerara la ética civil".
¿Es este fenómeno exclusivo de la joven democracia española? ¿Por qué las urnas no han pasado factura al PP y, sin embargo, sí han castigado a los socialistas allá donde se han destapado casos de corrupción similares como ha ocurrido en los pueblos de Lorca, Arrecife o Alcaucín, por citar unos pocos?
El caso Berlusconi hace sospechar que hay otros electorados que, como el español, parecen insensibles al escándalo y la presunta corrupción de algunos políticos.
La elevada abstención prevista en los sondeos para las próximas elecciones, parece indicar que sólo se han acercado a las urnas los militantes, los convencidos. Y en ese escenario, la agresión contra dirigentes políticos por casos de presunta corrupción ha generado una identificación con el líder atacado. "El nivel de linchamiento ha beneficiado al PP en Valencia y otros de sus feudos", "El PP juega al victimismo allá donde dispone de un amplio poder mediático y financiero”. Para la profesora de Conflicto Social de la UNED Begoña Alonso "La incertidumbre trastoca al ser humano y los cambios generan indecisión". "La gente más conservadora es acrítica hacia su propia ideología. No quiere cambiar su posición porque le genera incertidumbre. A la hora de votar se podría decir que el conservador aplica el dicho de más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer"."La religión es un factor importante, hay una identificación evidente entre la derecha y la cúpula eclesiástica. Y no olvidemos que el pecado se perdona, pero que en la izquierda nunca hay absolución".
El catedrático de Ciencias Políticas Julián Santamaría habla de una cultura de la derecha mediterránea que genera similitudes entre España e Italia frente a los países anglosajones y los nórdicos, donde los electorados son extremadamente exigentes.
Sin embargo allá donde ha habido casos públicos de presunta corrupción por parte de líderes socialistas, el PSOE ha perdido votos. La mayoría de los consultados hablan de un electorado de izquierdas más estricto, con un alto nivel de exigencia ética. El lastre que pesa todavía sobre la izquierda tras la década de los noventa, con Felipe González en el poder, cuando a la crisis económica se unió el desgaste del poder y casos de escándalo y corrupción. A favor de la tesis de que la izquierda paga un precio mayor por sus desmanes podría sumarse el caso de Reino Unido, donde los laboristas han sufrido un serio revés electoral, a pesar de que las prebendas y abusos de los políticos salpican a todos los partidos, si bien es cierto que este caso requiere un análisis más profundo que tenga en cuenta la crisis de liderazgo del primer ministro Gordon Brown. 

"Los escándalos económicos suelen castigar más a la izquierda. Los escándalos sexuales o que tienen que ver con la moral familiar suelen castigar más a la derecha

En realidad estos corruptos y presuntos que aparecen en nuestra siguiente lista tienen la misma culpa que el sistema que durante años les ha estado amparando. No nos pilla de sorpresa lo que está ocurriendo. El país ha glorificado desde hace años la corrupción y el amiguismo en decenas de instituciones, sin que se nos alertase de que la cleptocracia nos llevaría al desastre. El latrocinio se ha incrustado bajo la piel de muchas de nuestras instituciones partitocráticas. 

Alcaldes, ediles, directores generales, jefecillos autonómicos… han reintroducido en las instituciones los peores vicios del conde de Romanones y convertido a la democracia española en un basurero moral y sus instituciones en refugio para truhanes.

Los jueces tienen trabajo esperamos y deseamos que midan a estospresuntos delincuentes sociales con idéntico rasero que a otros.

5 comentarios:

  1. Desfalco en Madrid, ¡qué raro! Si es que en la villa y corte, rompeolas de todas las Españas que dijera Machado, es donde se hicieron los mayores pelotazos inmobiliarios del país... Todavía hay mucho que desfalcar: Operaciones Campamento y Chamartín, el Santiago Bernabeu o los solares del Canal de Isabel II en la Castellana...¿Qué hay en Valdemorillo?. ¡Tiempo al tiempo!.
    Vamos a esperar que el juzgado de San Lorenzo se ponga a trabajar decididamente y de una vez por todas.

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  2. Fernando R. de Rivera8 de enero de 2013, 11:45

    La clase política es uno de los principales problemas de los españoles, pero no parce que el comportamiento del electorado sea mucho más ético que el de sus representantes. De acuerdo con un estudio de la Fundación Alternativas, 40 de los 69 alcaldes acusados de corrupción que acudieron a los comicios de 2011 fueron reelegidos. Este fenómeno se reproduce al analizar la tasa de reelección de los partidos políticos implicados en tramas corruptas, incluyendo aquellos que cambiaron de candidato. En 63 de los 106 municipios cuyo alcalde se vio envuelto en un escándalo volvió a ganar la misma formación.

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  3. Carmen Gonzalo Suarez8 de enero de 2013, 15:38

    El PSOE supera al PP en corrupción al revelar que en la actualidad hay un total de 730 casos de corrupción, entre procedimientos judiciales y diligencias de investigación, abiertos contra partidos políticos, de los que 264 son procedimientos penales abiertos contra cargos públicos o políticos del PSOE y 200 contra miembros del PP.
    También hay 43 causas abiertas contra miembros de Coalición Canaria, 30 contra miembros de Convergencia i Unió, 24 del Partido Andalucista, 20 de Izquierda Unida, 17 del Grupo Independentista Liberal (GIL), 7 de Unión Mallorquina, 5 de Esquerra Republicana de Catalunya, 3 del Bloque Nacionalista Galego, otros 3 de PNV, uno de ANV y otro de Eusko Alkartasuna, además de otras 67 investigaciones seguidas contra miembros de otros partidos de implantación local.

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  4. Pablo García González15 de enero de 2013, 20:11

    Es una vergüenza.
    Y supongo que responde a los mismos planteamientos en base a los cuales los partidos políticos (todos) y las instituciones continúan llenos de “imputados” a los que rara vez se aparta de sus responsabilidades. Porque claro, hay que esperar pacientemente a que la justicia se pronuncie (con la que está cayendo)
    Si nos fijamos en concreto en el tema de la sanidad (hasta ahora un servicio público) no sorprende en absoluto que todos estos impresentables cometan desmanes que son “legales”, ya que el mecanismo de relación entre las prestaciones sanitarias privadas y las que siguen siendo públicas está regulado actualmente de forma muy deficiente.
    Y dado que se trata de un tema complejo, y bastante atomizado (ya que la sanidad es competencia autonómica), es uno de los temas que más “apestan” cuando uno se pregunta quién ha de regular legalmente este tipo de relaciones, y cómo ha de hacerlo para preservar el interés general.
    Y entonces ¡Oh! ¡Sorpresa! Casualmente resulta que los responsables de regular adecuadamente para velar por la transparencia y los intereses generales en este asunto son los mismos (o muy cercanos a ellos) que los que se están aprovechando del “vacío legal” y son capaces luego de decir con toda su cara de cemento “No hago nada incorrecto porque esto no es ilegal”
    Yo me pregunto si será legal esta forma de poner el carro antes de los bueyes, y no regular adecuadamente y con la máxima transparencia los mecanismos de relación público-privados antes de “externalizar” servicios. Algo de lo que después claramente muchos se aprovechan…
    Es decir, tal vez la ilegalidad no está donde la percibimos, sino en la ausencia previa de actuaciones por parte de los responsables de velar por el bien común. Y desde luego, esté donde esté la ilegalidad, la inmoralidad es seguro que está en ambos lados.
    Sugiero la lectura de este estudio realizado por PriceWaterhouse Coopers en relación con la sanidad:
    http://kc3.pwc.es/local/es/kc3/publicaciones.nsf/V1/A408DA7FDD4D09A3C12579E50032CD56/$FILE/temas-candentes-sanidad-2012-pwc.pdf

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