NO A
LA CONCIENCIA REA. EN UN MOMENTO HISTÓRICO DE CRISIS.
Tendríamos que hacer una llamada de
atención a los intelectuales de España, a todas aquellas mentes sensibles
antaño y que se mantienen impertérritas viendo como los acontecimientos políticos,
económicos y sociales, están alterados desde una estructura fuertemente
capitalista y fundamentada en la dictadura de unos mercados controlados y
dirigidos por la trilateral. Con el objetivo de plantearan ideas que intentaran revertir una situación que se antoja
insoportable y sabiendo que esta acción implica una dosis de pragmatismo y
flexibilidad importante que exige aparcar intransigencias y renunciar, tal vez
y por el momento, a ideales sublimes.
Yo
os pregonaría a todos ¿Por qué la
educación está enfocada a la sumisión?, ¿ para que no digamos basta.
Tampoco nos sirven los modelos revolucionarios del siglo XIX?, el poder tiene una
enorme capacidad represiva. Se dice basta eligiendo a quienes quieren cambiarlo
por algo mejor y protestando por todo aquello que consideremos es malo para nosotros.
Para todo ello necesitamos líderes jóvenes capaces de aglutinar e impulsar
acciones nuevas e ilusionantes, para que sirvan a un pueblo adormecido que sea
capaz de impulsar un nuevo modelo social y una democracia mucho más
desarrollada. Actualmente, las empresas son dictaduras, los partidos también.
¿Por dónde anda la democracia? ¿Entre los jueces quizá? ¿Hay algún estamento
que sea democrático? ¿A qué nos referimos cuando decimos democracia? ¿A la
democracia burguesa? Para mí no lo es.
A
priori hay dos vías: una de ruptura institucional, y otra encuadrada en los
mecanismos colectivos de los que disponemos. Es necesario despejar una. ¿Es
viable y plausible en el momento presente una ruptura institucional?
Deberíamos
responder a esta pregunta con honradez y racionalidad; si la respuesta es “no”
habremos despejado la mitad de la incógnita. ¿Cuál es la vía institucional?
La primera y
para nada desdeñable son las posibilidades de asociación, de colaboración y de
solidaridad ajenas a la acción de los partidos políticos. Movimientos como el
15-M o acciones reivindicativas como la del barrio de Gamonal son solo dos
ejemplos plausibles. La segunda y
más obvia es la acción canalizada a través de los partidos, que se plasma en
dos niveles: la militancia y el voto. Y así llegamos a un elemento que, desde
mi punto de vista, es crucial: el voto. Votar para desplazar del poder a quien
lo está ejerciendo de forma arbitraria, parcial y sesgada, es decir, al que
gobierna en la actualidad la inmensa mayoría de las instituciones.
Me
parece importante la necesidad de ir paso a paso, porque apresurándonos no
llegaremos antes. Tenemos a la vuelta de la esquina unas elecciones cuya
importancia no ha sido lo bastante resaltada: las europeas. Una mayoría de
izquierdas en el Parlamento europeo y, por consiguiente, en la Comisión, puede
y debe implicar un cambio en las políticas comunitarias que afectaría muy
directamente a nuestras circunstancias y a nuestro día a día.
En
definitiva, ¿CUÁL ES MI PROPUESTA? : ACUDIR
A VOTAR DE FORMA MAYORITARIA EN LAS ELECCIONES EUROPEAS A CUALQUIER PARTIDO DE
IZQUIERDAS. Una mayoría de la izquierda en el Parlamento europeo puede
suponer un cambio nada desdeñable a la situación en la que estamos inmersos. Después
ya veremos cuál es el siguiente paso.