LA NEUTRALIDAD
NOS CONVIERTE EN CÓMPLICES
Los partidos mayoritarios se reparten a algunos jueces, tenemos seis millones de parados y cientos de miles de ciudadanos sin vivienda. La salud se está entregando a empresas privadas y las escuelas a la Conferencia Episcopal. No vivimos en una democracia sino en una dictadura del capital que ordena las políticas a seguir a los gobiernos
El caso Bárcenas es una
razón más para la rebeldía, es la punta del iceberg. El capitalismo es
corrupción y se sustenta sobre esas bases. Y cuando digo el PP digo también el
PSOE, no distingo unos de otros. Debemos construirnos un pensamiento crítico,
ser inconformistas y rebelarnos ante las injusticias como ciudadanos,
independientemente porque el capitalismo no ataca a los profesores, a los abogados
o a los taxistas…., ataca a la clase trabajadora, que supone el 85% de la
población. Como seres humanos debemos comprometernos, tomar partido y nunca
ser neutrales porque la neutralidad nos convierte en cómplices.
El silencio de la
Conferencia Episcopal ante la corrupción es también una forma de complicidad
implícita. ¿Tendremos que esperar nuevamente al Cristo del Evangelio para que
eche del templo de la Democracia a latigazos a los fariseos?
Tanto en los debates
públicos como en la prensa se denuncia y condena la corrupción de los políticos
que está destruyendo la democracia
española, pero rara vez la Iglesia Católica se pronuncia al respecto. ¿Por qué?
Los políticos católicos que se apropian de dinero de una forma ilegal están
cometiendo una falta contra el séptimo Mandamiento y contra el pecado de
avaricia. La Iglesia
Católica, tan afín al Partido
Popular español, ¿debería excomulgar a sus miembros corruptos
por cometer el mencionado pecado capital?
¿Por qué no lo hace? ¿Por
qué la Iglesia Católica Española, que hace declaraciones por cualquier asunto
que vaya contra su idea de moralidad
y ética, no se pronuncia sobre la corrupción sistemática de
algunos miembros del PP?
Sto. Tomás de Aquino
escribió que la avaricia es «un pecado contra Dios, al igual que todos los
pecados mortales, en lo que el hombre condena las cosas eternas por las cosas
temporales». Avaricia es un término que describe muchos otros ejemplos de
pecados. Estos incluyen deslealtad, traición
deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en
el caso de dejarse sobornar.
Búsqueda y acumulación de objetos, los engaños o la manipulación de la
autoridad. ¿No es todo esto una descripción perfecta de un político corrupto español?
Entonces, ¿por qué no interviene la Iglesia Católica amonestando y condenando a
los políticos católicos corruptos?