LA UTOPÍA DE AYER ES
ESPERANZA HOY. REALIDAD MAÑANA
Muchas mujeres emprendieron luchas contra esta manera de pensar, haciendo manifestaciones para votar, entrenando y cultivando cuerpo y mente y con el ya viejo eslogan de antaño, el "nosotras parimos, nosotras decidimos"
No precisa comentario |
Salieron a la calle con la premisa de hacer ver a la población masculina que nadie era más ni menos que nadie. Sus reivindicaciones estaban mal vistas, por una población no-pensante de hombres que generaba discusiones sobre que las mujeres eran todo lo malo, que todo lo hacían mal, y el hombre todo lo bueno, todo lo hacía bien. Bajo esta ridícula manera de pensar, surgieron esas absurdas frases como "mujer tenías que ser", "las mujeres no saben conducir", "a fregar" y demás eslóganes basura de la población masculina para ensalzar la imagen del hombre e intentar ensuciar la de la mujer.
Anuncio reciente claramente machista |
Está
científicamente comprobado que la mujer usa más cerebro para almacenar y
razonar información, mientras que el espacio cerebral del hombre para los
mismos fines es sólo de la mitad. Las mujeres tienen además menos accidentes,
al tener un mejor sentido de la orientación, más reflejos y más velocidad para
procesar información, por no hablar de que las mujeres tienen un gran gusto
artístico, son más receptivas y sienten más que los hombres, de ahí por ejemplo
la precognición de las mujeres, siguiendo el instinto de las arañas, para
prever hechos muy cercanos y decisivos, como un accidente de algún familiar o cuando
otra mujer cercana piensa en ellas, además de más agilidad y velocidad corporal
que los hombres. Tanto el hombre como la mujer valen lo mismo, ¿o acaso los dos
sexos no son de la misma especie? Este último razonamiento deja claro que ni
uno ni otro es mejor, los dos sexos tienen sus diferencias, sus virtudes y sus
defectos, y cada individuo es distinto, piensa distinto y actúa distinto, con
lo que se hace imposible denominar con una frase a todo un género o grupo. Más
sencillo de lo que parece, aunque el humano niega lo sencillo y cosas tan
lógicas tiende a intentar complicarlas.
La sociedad de hoy en día sigue siendo machista y desigual. Y eso es un hecho. Desde entornos laborales hasta videos eróticos pasando por la integración de la mujer en el trabajo, la publicidad en algunos medios y anuncios publicitarios, videojuegos, la Iglesia y el poder, la religión, el propio lenguaje en sí, cine y series, publicidad, leyes de igualdades de derechos y manifestaciones feministas. ¿Todo para qué? Para dejar claro que la mujer es el género débil. Primero se le oprime, se le adjudican tareas domésticas, se le niega la educación y el acceso a la cultura, se la restringe a la educación y crianza de los niños y después, al concienciarse el hombre, y cuando digo “hombre”, me refiero no a un plural que engloba a toda la humidad, y dicho sea de paso, que en sí es también machista, sino al hombre en general, sí, el género dominante y macho que conocemos, pues una vez reconocido su error dice sí, es verdad, pobre mujer, hay que tratarla mejor, y en el vano intento de ponerla al nivel del género masculino lo que consigue es admitir abiertamente que es débil y hay que protegerla y respetarla, pero el concepto es equivocado. No hay que “subir la mujer al nivel del hombre”, el hombre también ha de bajar de nivel (y no hablo de rebajarse), para que ambos se encuentren a la misma altura. Con esto quiero decir que no sólo mujeres puedan desempeñar trabajos de hombres, sino que hombres desempeñen también trabajos típicos de mujeres.
Pero estamos aún lejos
de que esto se cumpla. Sin ir más lejos, ahora es todo un logro que hombres
sepan cocinar por sí mismos, planchar y lavar su ropa sin la presencia de una
mujer en la casa claro. Aún es difícil ver mujeres ejerciendo profesiones como
bombera, policía, jueza o política. La mayoría sigue siendo hombres.