viernes, 4 de enero de 2013

La ignorancia afirma o niega rotundamente; la Ciencia duda.



La ignorancia afirma o niega rotundamente; la Ciencia duda.

Hoy me apetece traer a mi página a uno de los principales representantes de la Ilustración y figura intelectual dominante de su época. Escritor y filósofo francés Francois Marie Arouet, más conocido como Voltaire.

Fue el quinto hijo de una familia noble, cuyo padre fue el notario Francois Arouet y Marie Marguerite d'Aumary la madre, quien murió cuando Voltaire tenía siete, en 1701. Entre 1704 y 1711 estudió en el colegio jesuita "Louis-le-Grand", donde aprendió latín y griego. Terminado el colegio, estudió derecho y en 1713 ingresó en La Haya como secretario de embajada, donde fue expulsado al tiempo. Cuando murió Luis XIV (1715), el Duque de Orleáns asumió la regencia y Voltaire le dedicó una sátira que le valió un año de reclusión en la Bastilla.

AFORISMOS

Cada hombre, en el fondo de su corazón, tiene derecho a creerse enteramente igual a los demás hombres; de ello no se desprende que el cocinero de un cardenal deba ordenar a su amo que le haga la cena; pero el cocinero puede decir: “Soy hombre como mi amo; he nacido llorando como él; él morirá como yo entre las mismas angustias y las mismas ceremonias. Los dos tenemos las mismas funciones animales. Si los turcos se apoderan de Roma, y entonces yo me convierto en cardenal y mi amo en cocinero, lo tomaré a mi servicio”.
El arte de la medicina consiste en mantener al paciente en buen estado de ánimo mientras la naturaleza le va curando.

Es imposible, en nuestro desdichado globo, que los hombres viviendo en sociedad no estén divididos en dos clases, la una de opresores y la otra de oprimidos; y estas dos se subdividen en mil y esas mil tienen aún matices diferentes.
La gente busca la felicidad como un borracho busca su casa, sabe que existe pero no la encuentra. 

Los Buenos espíritus se reencuentran.
Cada uno va por mal camino, pero los menos imprudentes son los que se arrepienten más pronto. El exceso de placer no es placer
Es increíble y vergonzoso que ni predicadores ni moralistas eleven más su voz contra los abusos hacia los animales.
La ignorancia afirma o niega rotundamente; la Ciencia duda.
Los celos cuando son furiosos, producen más crímenes que el interés y la ambición.
Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo
Un hombre preocupado por el bien público, por la humanidad, por la verdadera religión, ha publicado, en uno de sus escritos a favor de la inocencia, que los tribunales cristianos han condenado a muerte a más de cien mil pretendidos brujos. Si juntamos a esas masacres jurídicas el número infinitamente mayor de herejes inmolados, esta parte del mundo no parecerá más que un vasto cadalso cubierto de verdugos y de víctimas, rodeado de jueces, esbirros y espectadores.
Cambiad de placeres, pero no cambiéis de amigos.
El fanatismo es a la superstición lo que el delirio es a la fiebre, lo que la rabia es a la cólera.
El que tiene éxtasis, visiones, el que toma los sueños por realidades y sus imaginaciones por profecías es un fanático novicio de grandes esperanzas; podrá pronto llegar a matar por el amor de Dios.
Pensad por cuenta propia y dejad que los demás disfruten del derecho a hacer lo mismo.
Un gran secreto del goce de la vida consiste en abandonar el placer, manteniendo así la posibilidad de volverlo a gozar.


miércoles, 2 de enero de 2013

La Paz exige la práctica de la justicia






 MENSAJE DE PAZ PARA EL 2.013


Cimentar la paz  exige la práctica de la justicia, implica el conocimiento de las virtudes que benefician la convivencia entre hombres y mujeres y nos enseña a vivir armonizados. La paz no debe entenderse sólo como la ausencia de violencia, sino como el clima de acogimiento y confianza que permita el desarrollo de una  sociedad tolerante y participativa.


La paz debe fundamentarse en la solidaridad y en la justicia social. Sólo  dentro de estos postulados podremos superar cualquier enfrentamiento. Los intereses existen e influyen en la vida, nosotros debemos saber que ellos no bastan para construir la paz, porque la paz debe ser el resultado de un esfuerzo desinteresado y gratuito de los hombres y mujeres.


Para asegurar el bien común, el gobierno municipal tiene el deber específico de armonizar con justicia los diversos intereses sectoriales. La correcta conciliación de los bienes particulares de grupos y de individuos es una de las funciones fundamentales del poder público, en un pueblo democrático, en el que las decisiones se toman ordinariamente por mayoría entre los representantes de la voluntad popular, a quienes compete la responsabilidad de gobierno.  
Los gobernantes están obligados a fomentar el bien común del municipio, no sólo según las orientaciones de la mayoría, sino en la perspectiva del bien efectivo de todos los miembros de la comunidad  y de  las diferentes corrientes de opinión. 

Los partidos políticos tienen la tarea de favorecer una amplia participación y el acceso de todos a las responsabilidades públicas. Están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil orientándolas al bien común, ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad efectiva de concurrir a la formación de las opciones políticas. Los partidos deberían ser verdaderamente democráticos en sus estructuras internas y capaces de sintetizar la política con visión de futuro. 

Debe terminarse definitivamente  entender el poder como un fin de lucro personal para hacerlo como un servicio voluntario y libre que se ofrece a la colectividad.


El ayuntamiento, en efecto, debe garantizar cohesión, unidad y organización a la sociedad civil de la que es expresión, de modo que se pueda lograr el bien común con la contribución de todos los ciudadanos. 

La institución municipal debe tener por finalidad principal el hacer  accesibles a las personas los bienes necesarios tanto: materiales, culturales, morales, que permitan gozar al ciudadano de una vida auténticamente agradable y constructiva.
Allí donde el agua alcanza su mayor profundidad, se mantiene más en calma. William Shakespeare

FELIZ 2013 A TODOS 

martes, 1 de enero de 2013

Resulta escandalosa la mediocridad de la "clase política" española



La extrema mediocridad de la "clase política" española no es un fenómeno aislado,  que se integra en la degradación ideológica y moral .  Todo, nuestro país muestra rasgos  de incapacidad para construir un proyecto positivo tomando al pueblo como unico beneficiado...

Resulta escandalosa la mediocridad entre la "clase política" española (llamada así con justicia, pues como clase, y aun como casta, funciona). Agregaré, sin acritud, que genera un cierto aturdimiento constatar los niveles que ha alcanzado. Baste recordar, para hacerse cargo de ello, quiénes son los tres líderes políticos principales de ámbito estatal. Y los dos dirigentes sindicales máximos en ese mismo orden territorial. 'Aburridos', 'sosos', 'plomizos', 'insípidos', 'anodinos', 'soporíferos'... son palabras que se quedan cortas para describirlos, por más cariño que uno ponga a la hora de valorar sus cualidades. Y lo cierto es que en un hipotético Premio al Líder Público Más Insulso costaría demasiado esfuerzo decidir cuál de ellos acredita mayores méritos al trofeo.


Realidad que resulta tanto más lamentable si se recuerda a los políticos y sindicalistas más representativos de la llamada transición democrática: Suárez, González, Fraga, Carrillo,… Camacho y Redondo. Entre ellos y cualquiera de ellos fue más brillante que los cabecillas políticos actuales.

Se dice a menudo que son preferibles la integridad moral y la eficacia al carisma y la brillantez. Es completamente cierto. Con todo, en la selva humana que constituye el mundo de la política, ¿cabe concebir alguien realmente íntegro que no sea a la vez ameno e interesante? En medio de tantas fieras, ¿no debería destacar –por su dignidad–, y llamar la atención –por su rectitud– el cordero justo y manso? Rodeado de corruptos, mendaces y demás mediocres morales, ¿no habría de resplandecer la pureza del líder idealista y veraz, su fuerza de convicción moral?
Suele afirmarse también que en los períodos de crisis marcada, como la de ahora, tienden a aparecer los dirigentes con la talla precisa para afrontarla. Así, se añade, ocurrió en los tiempos de nuestra transición política.

Ahora bien, ¿acaso en nuestros días no hay una crisis aún mayor, caracterizada por la desvalorización moral de la sociedad, el profundo conflicto económico, el derrumbe de la izquierda ideológica, la ausencia de auténtica cohesión social, el recorte de las libertades, el advenimiento de la sociedad multiétnica...? ¿Por qué no aparecen esos líderes que los tiempos necesitan: audaces pero prudentes, firmes pero compasivos, idealistas pero eficaces, brillantes pero honrados...?

El fenómeno de la mediocridad intelectual y moral de los políticos es, sin embargo, el hijo natural de esta época enferma, aquejada del mal del simulacro, el economicismo neoliberal y el pensamiento débil; mezquino, gris y desesperanzado; más proclive al espectáculo huero que valerosa en afrontar sus grandes problemas.

Pero es que la corrupción y su básica impunidad no han salido gratis, ¿qué nos creíamos? La masa social y electoral consintió demasiado durante demasiado tiempo, y he aquí el precio de tanta tolerancia de lo intolerable. Pero sólo estamos pagándolo...

Da igual, aun así seguiremos oyendo, justamente en los labios de esos políticos mediocres, las falsas cantinelas que dicen cosas como: "El pueblo siempre tiene razón", y similares. Y a ese pueblo consentidor escucharla seguirá sin provocarle nauseas.


  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...