miércoles, 16 de abril de 2014

Como siempre.....



FÚTBOL O FÚTBOL
Sorpresa. Pongo el telediario para enterarme de la crisis de Ucrania y veo que el locutor está desde Mestalla presentando el partido de fútbol que empezará varias horas después. Las noticias se retrasmiten del estadio de fútbol del Valencia, todo un acontecimiento mediático.

Cuanto menos cosas interesantes tienes que decir, más micrófonos te ponen para que hables. Cuanto más cosas puedes aportar con tu trabajo a que la gente aprenda, piense, o se entere de algo que le pueda resultar útil… menos repercusión tendrá lo que digas y lo que pienses. No por nada. Sencillamente, nadie te buscará para que lo cuentes. No digo que los boletines horarios de la radio tengan que estar dando cuenta de manera permanente de los últimos avances científicos, ni que me endilguen una crítica literaria sobre la última novela de Milan Kundera a las primeras de cambio. Tampoco es eso. Pero si yo sintonizo un informativo y me están contando lo negras que están las cosas en Ucrania, las últimas decisiones de la dichosa troika o el incendio de Valparaíso… ¿es de recibo que de súbito me corten el rollo, cambien de registro y me coloquen a traición un total de Ancelotti y otro del Tata M soltando insustancialidades, perogrulladas y lugares comunes a propósito del partido que sus respectivos equipos van a jugar este miércoles? No que ya han jugado, no: que van a jugar!

¿No hay suficientes espacios deportivos en las parrillas de programación de las TV y las radios? ¿No sacrifican ya bastantes horas de programas tipo “Hora 25″o “La linterna” para retransmitir partidos varias noches a la semana? ¿Es necesario también invadir el remate de cada boletín horario?

¿Es necesario que nos tengan al tanto, minuto a minuto, de cómo va la rodilla de Cristiano Ronaldo o de la recuperación de Carles Pujol? Nos lo sueltan, casi sin respirar, a renglón seguido y en el mismo tono en el que segundos antes nos estaban hablando de la prima de riesgo o del ridículo duelo a primera sangre que se traen entre manos desde hace días los socios del gobierno andaluz. Antes que te dé tiempo a cambiar el dial, ya te han colocado el parte médico completo del deportista de turno. Me sé mejor los partes médicos de los futbolistas que los de mi madre, y mira que está pachucha la pobre.

Me gusta el fútbol, sí. Pero el fútbol. Como me gustan las motos, la fórmula uno, el baloncesto o el tenis. Soy capaz, llegado el caso, de tragarme sin rechistar un partido entero de cinco sets de Rafa Nadal. Es mi opción, como irme al cine o a la ópera. Pero para disfrutar de un espectáculo, no para que me hablen de esguinces, de rótulas malheridas ni de cláusulas de rescisión.

Me gusta el fútbol, sí. Pero no la información presuntamente deportiva. ¿Por qué me tienen que torturar mañana, tarde y noche con las incidentes y desventuras de jóvenes que no es que me caigan mal, no, pero cuya vida y milagros (lo que ganan, cuándo se les acaba el contrato vigente o qué equipo los quiere fichar) no me interesa en absoluto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...