LLAMADA DE ATENCIÓN A CATÓLICOS Y FARISEOS
DEL REINO.
Humano cometer errores; cristiano, evitarlos;
generoso, perdonarlos; y grave, persistirlos.
Me
imagino que muchos de vosotros, como yo, se habrán preguntado ¿Cómo es posible
que el ciudadano de la Europa católica tenga mayor propensión a la corrupción que un súbdito anglosajón
o del norte del antiguo continente?
Lutero,
cuando propicio se reforma incluyo que para que existiera el perdón se hacía
necesario restituir la falta cometida. Sólo con el arrepentimiento no es
suficiente se hace preciso devolver lo robado, restituir aquello que no nos pertenencia
y que de forma poco ortodoxa hemos robado al ciudadano imponente.
En Antiguo
Testamente, en el Libro de Levítico Cap.6 dice así: Habló
Jehová a Moisés, diciendo: Cuando una persona pecare e hiciere prevaricación
contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado o dejado en su mano, o bien
robare o calumniare a su prójimo, o habiendo hallado lo perdido después lo
negare, y jurare en falso; en alguna de todas aquellas cosas en que suele pecar
el hombre, entonces, habiendo pecado y ofendido, restituirá aquello que robó, o el daño de la calumnia, o el
depósito que se le encomendó, o lo perdido que halló, o todo aquello sobre que
hubiere jurado falsamente; lo restituirá por entero a aquel a quien pertenece,
y añadirá a ello la quinta parte, en el día de su expiación. Y para expiación
de su culpa traerá a Jehová un carnero sin defecto de los rebaños, conforme a
tu estimación, y lo dará para la expiación. Y se hará expiación delante de
Jehová, y obtendrá perdón de cualquiera de todas las cosas en que suele ofender.
No
importa lo prominente y visible que sea el hombre, ni siquiera si es tan alto
como el cielo, pues la “Palabra de Dios” está por encima de todas las cosas (
Salmo 138:2) y ésta es libre para todos, ya que en las cosas eternas Dios no permite que un hombre sea sometido
a otro hombre. El imperio del hombre, por extenso y poderoso que sea,
termina remotamente lejos de donde comienza el señorío de Dios. Hay quien
pudiera decir: bueno esa ley fue para los tiempos de Moisés. Entonces la
respuesta es negativa, pues las
inmoralidades de aquellos tiempos siguen siendo las mismas para todos los
tiempos, así también las normas para impedirlas y sus correspondientes
restituciones para resarcir los daños causados continuarán siendo válidas en
todos los tiempos. Se puede observar que en todos los atropellos al prójimo, se
exige la correspondiente restitución con intereses por encima del daño causado,
como condición para la obtención del perdón. De ahí que la cuantía de la restitución será siempre sobre el
agravio.
La
razón dominante de la restitución es para que no se incurra en atropellos ni abusos.
Hay tiranos que les sería imposible resarcir todo el daño que han causado al
pueblo durante su prolongado mandato, frustrando sueños y vidas con su
despotismo, opresiones y crímenes. De ahí es que no quieren creer en el Eterno
ni en su reino de justicia, creyéndose así que podrán evadir la responsabilidad
que les corresponde ante Dios.
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