jueves, 14 de febrero de 2013

En España hay 1.737.900 hogares en los que no entra ningún ingreso



SE ESTÁ DISCUTIENDO UN DERECHO CONSTITUCIONAL





NOS ENCONTREMOS CON GENTE DESTERRADA DE SU HOGAR, MIENTRAS CIENTOS DE MILES DE PISOS VACÍOS SE DETERIORAN LENTAMENTE. ¿CUÁNTOS PISOS TIENEN VACIOS LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS....? 




EN ESTOS MOMENTOS NO CONOCEMOS EL NÚMERO EXACTO DE DE LOS SUICIDIOS QUE HAN MOTIVADO LOS DESAHUCIOS, PERO ALGÚN MEDIO SE ATREVE A DAR ALGUNA CIFRA ESTREMECEDORA, QUE PREFIERO OBVIAR POR NO ESTAR DEBIDAMENTE CONTRASTADA. 

Alguien está empeñada en que no haya estadistas lúgubres que esta pillando al ejecutivo con el paso cambiado. Tal vez por eso, lamentablemente, ha hecho falta que murieran personas al borde del desahucio para que la formidable y lenta locomotora del Estado se ponga en marcha. Es lo que ocurre siempre. Sin un montón de mullidos cadáveres sobre los que auparse no hay piedad ni clemencia posible. Da igual que se trate de una intoxicación alimentaria, que de un juguete perverso que asfixie a los infantes. Hasta que la sangre no llega al río no se toma verdadera conciencia de la situación por ceguera y manifiesta, por comodidad y negligencia de quienes tienen responsabilidad vigilante.

La cuestión es que, en este circo, el público solo ve la realidad que ilumina el foco manipulado por el que cobra las entradas del espectáculo. Lo demás es sombra, penumbra dudosa e inexistente a efectos prácticos. Tu vecino puede estar muerto, empotrado en su sillón ante la tele y tú todavía no te has enterado. La fiesta y el bullicio siguen ahí fuera. El ruido narcotiza y ensordece.

“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho”. Eso dice nuestra Constitución en su artículo 47. Sin embargo en España 500 personas son desahuciadas cada día.
Todo sorprende menos al comprobar que la Ley Hipotecaria, la que regula los procesos de desahucio en nuestro país, data del año 1909. Y que por lo tanto es muy anterior a la historia que nos ha llevado hasta aquí. La España que existía cuando este texto vio la luz no entendía de «burbujas inmobiliarias” y le quedaban infinitamente lejos conceptos como el «boom del ladrillo”, los “activos tóxicos” o la “regulación bancaria”.

Pero esta ley que es incluso anterior al Franquismo y a la Dictadura de Primo de Rivera se aplica al pie de la letra hoy en día. Aunque no es la única. Rafael Mayoral asesor jurídico de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que trataba de impedir estos procesos y opina que lo más grave de todo es lo que se hizo (y lo que no se hizo) durante el Gobierno socialista.
Mayoral, cree que el problema no se encuentra en esta obsoleta norma, sino en la que rige el procedimiento de ejecución hipotecaria. La LEC (Ley de Enjuiciamiento Civil) 1/2010 “que permite que los procesos de ejecución extrajudicial se agilicen, bastando la simple firma de un notario”. 

El Tribunal Supremo tiró más abajo está regulación por considerar que «se estaba produciendo la indefensión del ciudadano» y por lo tanto era inconstitucional. Sin embargo el gobierno sacó adelante una figura nueva, prácticamente gemela de la anterior, ya no se hablaba de una «ejecución», sino de una «venta», permitiéndose que todo se haga en la notaría, sin control ni derecho a un abogado que te defienda.

El único consuelo para las familias de estas víctimas de la codicia depredadora de los bancos y de la cruel complicidad e indiferencia del sistema es que su inmolación no ha sido en balde. Traerá algunos cambios y mejoras, aunque no tantos como cabría esperar, estando como estamos con la soga al cuello.  Depauperados. Solo las familias que ingresen menos de 19.000 euros al año y con cargas familiares especiales (bebés o dependientes) podrán tener dos años de respiro. Dos años que pasan volando y los colocan en una especie de limbo entre los con techo y los sin techo. Son los desahuciables. Y tan contentos y agradecidos por no verse acampados en los ojos de algún puente, como  otros muchos que estos días no aparecen  en los papeles.

No deja de ser irónico  que tras una década construyendo viviendas a lo loco, sin ton ni son, espoleados por el rápido y a veces abusivo beneficio, nos encontremos con gente desterrada de su hogar, mientras cientos de miles de pisos vacíos y muertos de asco se deterioran lentamente.

1 comentario:

  1. Fernando R. de Rivera14 de febrero de 2013, 20:48

    Según detalla el documento 'Vivienda y tierra: Desahucios en España, acaparamientos de tierras en el Sur', hecho público por Intermón, estas circunstancias recaen sobre las poblaciones más vulnerables, que quedan en la calle, sin alternativas ni derechos sociales.

    Así, los desalojos de familias de sus tierras agrarias "son tan graves e importantes" como los desahucios en España al ser "situaciones de injusticia" que ponen a las personas en "una situación límite". "Aunque no son situaciones necesariamente equivalentes, ambas reflejan situaciones injustas donde las personas más pobres y más vulnerables están directamente afectadas", relata el informe.

    En el caso de España, la ONG recuerda que el año pasado se produjeron una media de 15.000 desahucios al mes, correspondientes a casos iniciados en 2007 y 2008 por lo que vaticina que "lo peor está por llegar". Intermón añade que la población inmigrante es la que aglutina la principal morosidad en el crédito hipotecario, "lo que ahonda aún más su vulnerabilidad, justamente cuando el empleo y los servicios sociales se desmoronan".

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