lunes, 15 de diciembre de 2014

Hipocresía de quienes guardan minutos de silencio por las mujeres asesinadas





LA VIOLENCIA.  SÍNTOMA SOCIAL GRAVE
Los recientes asesinatos son la punta del iceberg, la cara visible de una sociedad profundamente patriarcal. La violencia es un efecto, y para ser libres necesitamos erradicar las causas. También asumir nuestras responsabilidades como personas en un mundo algo crispado
Es necesario señalar la hipocresía de quienes guardan minutos de silencio por las mujeres asesinadas al tiempo que desmantelan las ayudas sociales que podrían abrigar a las mujeres que sufren violencia extrema; de quienes están robando una educación pública que podría educar a nuestras niñas y niños de otra manera.  Ya que la eficaz lucha contra la violencia de género es incompatible con el desmantelamiento del Estado de Bienestar. El cierre de servicios especializados sobre este asunto supone una actuación irresponsable ante un problema que enfrenta nuestra sociedad.
Mientras la crisis ahoga a las familias, muchas mujeres se ven encerradas en espacios familiares violentos de los que no pueden escapar porque no tienen los medios económicos para conseguirlo. Ahora más que nunca, necesitamos escuelas públicas donde enseñen a elegir el proyecto de vida que nos haga felices, sea cual sea nuestro sexo.
Requerimos una educación, unos medios de comunicación que no culpabilicen a las mujeres con argumentos tales como la longitud de  la falda en una violación. Precisamos que dejen de educar algunas mujeres en el miedo y la resignación ante la violencia. Necesitamos unos servicios públicos con financiación suficiente para atender a las víctimas. Demandamos profesionales sanitarios, policiales y judiciales formados para atenderlas. Exigimos que las mujeres inmigrantes tengan garantizado el acceso incondicional a la protección frente a la violencia, sea cual sea su situación administrativa. Demandamos, en definitiva, que se prevengan las causas y se actúe con firmeza frente a sus efectos.
Se hace necesario para enumerar esta realidad tuviéramos en cuenta la cruz de la moneda. La violencia desde el otro bando también existe, esta de tipo psicológico. En este país hay un abultado número de suicidios de varones, que tras la separación normalmente tienen que afrontar situaciones muy complicadas, muchas veces aderezadas con el distanciamiento afectivo de los hijos que a veces son objeto de visiones tendenciosas de la figura paterna.
No tengo demasiado claro la cuestión del aborto como fundamento de derecho exclusivo de la mujer. Tampoco que el aborto lo sea, ya que el derecho a la vida debe estar por delante. Salvo casos extremos en los que la vida de la madre o el niño esté en peligro. Siempre deberia haber una solución para evitarlo y para insistir en la responsabilidad de la sociedad en asumir su carga. Si una mujer se queda embarazada, tendríamos que transformar la sociedad para que esa situación nunca fuera un drama, incluso si la mujer no quisiera la carga de un hijo, que lo diera en adopción.
Desde la presión de la sociedad que hace que un niño sea una carga a ciertas edades, la estigmatización en el caso que no se tenga pareja estable, las condiciones económicas que hacen imposible la manutención. Por eso entiendo a hacen por una serie de circunstancias, provocadas por la sociedad. Por eso me gustaría escucharte no sólo hablar del derecho de la mujer a abortar, también hay que hablar del derecho a la mujer a ser madre, y del derecho del feto a ser hijo o hija.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Un éxito pleno en todos los sentidos





EL FAMOSO SMS «PÁSALO» DEL 13 DE MARZO DEL 2004. 
Ese mensaje surgió de la Facultad de Políticas de la Complutense.


Ahora resulta que el tema prioritario de España es la autoría del famoso SMS «Mal debe andar el debate político, mal y pobre, cuando ilustres mentes políticas están enzarzadas en esta singular polémica: la reclamación de la autoría del famoso SMS «Pásalo» del 13 de marzo del 2004. Pablo Iglesias, que entrevistó a Iñaki Gabilondo, reveló el secreto que al parecer había guardado durante once años: ese mítico mens
aje surgió de la Facultad de Políticas de la Complutense, donde él es profesor. No hace falta ser brujo para suponer que el señor Iglesias dice sin decirlo que él o personas muy próximas a él están reclamando la autoría. Como réplica, algunas voces socialistas la reclaman para el PSOE que, en todo caso, ha sido el beneficiario de aquella protesta.

Me apresuro a decir que aquel mensaje fue un éxito pleno en todos los sentidos. Logró su objetivo de reunir a manifestantes ante las sedes del PP en solo unas horas. Demostró la influencia de las redes sociales, incluso antes de que Twitter fuese objeto de gran consumo. Aportó una original forma de movilizar a la sociedad descontenta. Descubrió un nuevo método de comunicación política, que sería muy utilizado después y dejaría anticuados a los demás medios. De hecho, la mayoría de las protestas políticas y sociales que se produjeron después han seguido el mismo procedimiento.
Sin embargo, fue un acto de lamentable calidad democrática. Se utilizó el insulto a una fuerza política, con el grito de «asesinos», que permanece todavía en la memoria colectiva. Se hizo en jornada de reflexión, que es un formulismo convencional, pero todo demócrata respeta porque es obligado el silencio político en las horas previas al ejercicio del voto. Y tenía, a medias, una intención propagandística fuera de la ley y una voluntad de amedrentar no solo al PP, sino a sus votantes. Según muchos expertos en derecho electoral, era razón suficiente para aplazar las elecciones.
Por eso sorprende esa pugna por la autoría entre Podemos y el PSOE, como si Pablo Iglesias le hubiera robado un mérito histórico a Rubalcaba. La autoría socialista, si la hubo, fue desmentida por el propio Rubalcaba que, en cambio, hizo mucho por la victoria de Zapatero cuando se presentó en TVE a decir aquello de «merecemos un Gobierno que no nos mienta». Y por eso pregunto de qué presumen ahora las direcciones de ambos partidos. Pues presumen de un acto de dudosa legalidad. Y vale que lo haga Podemos, cuya ascensión se debe precisamente a la revisión de la legalidad constitucional. Pero los socialistas no debieran caer en eso. No va con su estilo. No va con un partido de vocación de Gobierno. No pueden reconocer que llegaron al poder por un atentado y un gesto posterior de insumisión.» del 13 de marzo del 2004. Pablo Iglesias, que entrevistó a Iñaki Gabilondo en su programa La tuerka, reveló el secreto que al parecer había guardado durante once años: ese mítico mensaje surgió de la Facultad de Políticas de la Complutense, donde él es profesor. No hace falta ser brujo para suponer que el señor Iglesias dice sin decirlo que él o personas muy próximas a él están reclamando la autoría. Como réplica, algunas voces socialistas la reclaman para el PSOE que, en todo caso, ha sido el beneficiario de aquella protesta.

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...