Hipocresía de quienes guardan minutos de silencio por las mujeres asesinadas
LA
VIOLENCIA. SÍNTOMA SOCIAL GRAVE
Los
recientes asesinatos son la punta del iceberg, la cara visible de una sociedad
profundamente patriarcal. La violencia es un efecto, y para ser libres
necesitamos erradicar las causas. También asumir nuestras responsabilidades
como personas en un mundo algo crispado
Es
necesario señalar la hipocresía de quienes guardan minutos de silencio por las
mujeres asesinadas al tiempo que desmantelan las ayudas sociales que podrían abrigar
a las mujeres que sufren violencia extrema; de quienes están robando una
educación pública que podría educar a nuestras niñas y niños de otra manera. Ya que la eficaz lucha contra la violencia de género
es incompatible con el desmantelamiento del Estado de Bienestar. El cierre de
servicios especializados sobre este asunto supone una actuación irresponsable
ante un problema que enfrenta nuestra sociedad.
Mientras
la crisis ahoga a las familias, muchas mujeres se ven encerradas en espacios
familiares violentos de los que no pueden escapar porque no tienen los medios
económicos para conseguirlo. Ahora más que nunca, necesitamos escuelas públicas
donde enseñen a elegir el proyecto de vida que nos haga felices, sea cual sea
nuestro sexo.
Requerimos
una educación, unos medios de comunicación que no culpabilicen a las mujeres
con argumentos tales como la longitud de la falda en una violación. Precisamos que
dejen de educar algunas mujeres en el miedo y la resignación ante la violencia.
Necesitamos unos servicios públicos con financiación suficiente para atender a
las víctimas. Demandamos profesionales sanitarios, policiales y judiciales
formados para atenderlas. Exigimos que las mujeres inmigrantes tengan
garantizado el acceso incondicional a la protección frente a la violencia, sea
cual sea su situación administrativa. Demandamos, en definitiva, que se
prevengan las causas y se actúe con firmeza frente a sus efectos.
Se
hace necesario para enumerar esta realidad tuviéramos en cuenta la cruz de la
moneda. La violencia desde el otro bando también existe, esta de tipo psicológico.
En este país hay un abultado número de suicidios de varones, que tras la
separación normalmente tienen que afrontar situaciones muy complicadas, muchas veces
aderezadas con el distanciamiento afectivo de los hijos que a veces son objeto
de visiones tendenciosas de la figura paterna.
No
tengo demasiado claro la cuestión del aborto como fundamento de derecho exclusivo
de la mujer. Tampoco que el aborto lo sea, ya que el derecho a la vida debe
estar por delante. Salvo casos extremos en los que la vida de la madre o el
niño esté en peligro. Siempre deberia haber una solución para evitarlo y para insistir
en la responsabilidad de la sociedad en asumir su carga. Si una mujer se queda
embarazada, tendríamos que transformar la sociedad para que esa situación nunca
fuera un drama, incluso si la mujer no quisiera la carga de un hijo, que lo
diera en adopción.
Desde
la presión de la sociedad que hace que un niño sea una carga a ciertas edades,
la estigmatización en el caso que no se tenga pareja estable, las condiciones
económicas que hacen imposible la manutención. Por eso entiendo a hacen por una
serie de circunstancias, provocadas por la sociedad. Por eso me gustaría
escucharte no sólo hablar del derecho de la mujer a abortar, también hay que
hablar del derecho a la mujer a ser madre, y del derecho del feto a ser hijo o
hija.
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