PARA AQUELLOS
CONCEJALES DE LA OPOSICIÓN QUE NO QUIEREN TRABAJAR DE MANERA VOLUNTARIA Y
ALTRUISTA.
DEJEN PASO A OTROS, QUE SÍ QUIERAN
AFANARSE POR EL BIEN COMÚN.
Resulta
lamentable para nuestra joven democracia que la clase política en su conjunto sea
tan mal valorada dentro del contexto social español; pero es que realmente algunos
ciudadanos que decidieron dedicarse a la política no supieron estar a la altura de las circunstancias y decidieron
hacer de lo público un cortijo privado un modo de vida.
El
político en general y alcaldes o alcaldesas en particular, disponen únicamente de
la interinidad de su cargo. En un municipio los políticos deberían estar más próximos
a su realidad personal para con el pueblo que a unas siglas partidarias
cualquiera, debiendo ser especialmente carismáticos dentro del entorno social
en que desenvuelven sus gestiones municipales, en la cotidianidad del día a día.
Deben ser respetuosos y respetados por sus colaboradores inmediatos en el
entorno funcionarial. Voy a intentar ser mucho más claro: en Valdemorillo los
complementos salariales de los funcionarios, especialmente los de carrera, están irregularmente inflados si los
comparamos con cargos equivalentes de la función pública. Posiblemente al objeto
de que se establezca una dependencia directa entre político y funcionario, dentro
de un contexto indeseable que conlleva forzados
silencios.
TAMBIÉN PARA LOS FUNCIONARIOS
Como
de alguna manera el salario funcionarial debería estar asociado a una categoría
específica, en Valdemorillo el secretario tiene la máxima de la función pública,
lo que en la mayoría de los pueblos de España es una categoría 26 en Valdemorillo es la categoría 30. Y de ahí para abajo todos por el
estilo. Solamente esta práctica pone al descubierto muchas otras actuaciones de
la vida cotidiana municipal en Valdemorillo.
El
funcionario que se calla a todo, a nivel consistorial manifiesta su
disconformidad en el plano privado. Esto se ha visto reflejado en el conflicto
entre la concejala Villanueva y la arquitecta contratada. Es posible que esta última
estuviera harta de los enjuagues de la primera en torno a la puesta en escena
de un Plan General que se encuentra cargado por intereses ajenos a la verdadera
concierna del pueblo.
Dentro
de un escenario ligeramente infecto y en donde los políticos de la oposición
tampoco dan el mínimo nivel exigido para que la opinión publica pueda confiar
en la alternancia de poder, discurre el día a día del Ayuntamiento de
Valdemorillo en donde el acoso laboral tiene voluntad propia en alguna de las
concejalas que gobiernan.
Desde
luego no me gustaría hacer mía la frase que expresa que cada ciudadano tiene el
político que se merece, pero parece que puede ser ajustada para Valdemorillo. A
este pueblo lo vengo analizando desde hace algunos años desde una visión estrechamente
profesional y algún día me dedicare a expresar públicamente mi diagnóstico;
pero entretanto prefiero realizar una llamada de atención a los funcionarios
del ayuntamiento, aquellos que tuvieron que superar una oposición para hacerse
con el cargo, aquellos que están por encima de los avatares del político de
turno, para que mantengan firmes su
dignidad y sean fieles a su juramento desempeñando su función salvaguardando
los intereses del pueblo y oponiéndose frontalmente a la concierna puramente
personal e interesada de los políticos de turno.
También
hago un llamamiento a la oposición democrática
que representan a la totalidad de los ciudadanos disconformes con la gestión
llevada a cabo por el gobierno municipal y que además eligieron mayoritariamente
una oposición mucho más fuerte que fue desbaratada
por la infidelidad de Privalde.
A
todos aquellos concejales de la oposición que no quieren trabajar por el pueblo
de manera voluntaria y altruista, les
ruego que se marchen y dejen paso a otros que sí quieran afanar por el bien común,
para que de esta manera cada uno pongamos nuestra aportación de forma que la
institución democrática sea el menos malo de los régimen políticos posibles.