sábado, 30 de noviembre de 2013

ATENTICOS DELITOS



LA TROLA SISTEMATICA DE NUESTROS POLÍTICOS ES ENDÉMICA
En España parece extendida una actitud de tolerancia con el engaño, y existe una cierta complicidad con el tramposo, al que con frecuencia se le concede la gracia del pícaro.
España es uno de los países del mundo en los que las argucias, las mentiras y los auténticos delitos de la clase política están menos penalizados, e incluso el éxito internacional sin precedentes del deporte español no se ha librado de la sombra de la duda sobre si sus responsables tienen un genuino interés en perseguir el dopaje con toda la inclemencia posible.
Todas estas mentiras han provocado numerosos escritos y artículos de opinión, pero estamos tan habituados a las mentiras de nuestros dirigentes que llegamos a relacionar el ejercicio de la política con la falsedad, aunque sea parcial o diplomática.
Señalaba Churchill que “la primera víctima de la guerra es la verdad”, lo cual nos lleva por analogía a decir que “el peor enemigo de la democracia es la mentira”, nos hemos acostumbrado al tufo de la mentira y quizá ya no la notamos.
No debe dejar de sorprendernos la frecuencia y la profundidad de las mentiras de nuestros políticos, Pero sí enfurecernos la impunidad para mentir de la que gozan. Sus mentiras nunca tienen consecuencias proporcionales a su gravedad. En general, no tienen apenas consecuencias. No solo mienten nuestros políticos en campaña electoral. El actual gobierno del PP ha incumplido la inmensa mayoría de los puntos de su programa electoral y las justificaciones para hacerlo son, en general, falsas. Mienten también los miembros más prominentes del gobierno,  como el Presidente y la Vicepresidenta, incluso en sede parlamentaria. En Estados Unidos el engaño es un delito con profundas consecuencias políticas, pero desgraciadamente en nuestro país las mentiras no tienen reprobación en el parlamento.
Miente el presidente del Tribunal Constitucional para ocultar su militancia en el partido del gobierno, y tras hacerlo recibe el apoyo casi unánime del resto de sus magistrados. Mienten los informativos de la televisión pública, que pagamos entre todos, liderados por una persona cuya tesis de Master se titulaba “Estrategia de comunicación para el triunfo del Partido Popular en las próximas elecciones generales”. Miente la alcaldesa de Valdemorillo, con un rostro impresionante en la inmensa mayoría de sus manifestaciones de tal guisa que siempre hay que entender su mensajes de manera opuesta a como han sido comunicados. Detrás de cada afirmación existe una negación soterrada y viceversa.  
Quizá este extremo sea endémico de nuestro país, ya que hemos visto a políticos ingleses o alemanes dimitir por descubrirse mentiras relativamente modestas. En España las únicas consecuencias de la mentira han sido ligeras bajadas de popularidad, rápidamente neutralizadas por mensajes optimistas también alejados de la realidad.


martes, 26 de noviembre de 2013

Pilar López Partida alcaldesa de Valdemorillo






Imputada la alcaldesa de Valdemorillo
Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Abraham Lincoln


El político con poder que gestiona los dineros del pueblo, no sólo debe ser fiable sino que además debe parecerlo.
El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CISha hecho públicos los resultados de su última encuesta y coincide en que la clase política constituye una de las tres mayores preocupaciones de los españoles. La zozobra por la nefasta actuación de los gobernantes ha batido su récord histórico alcanzando su marca más alta en toda la democracia, ya que suma más de 15 meses consecutivos como capital preocupación nacional.
Ante este panorama desolador para los políticos, Pilar López Partida alcaldesa de Valdemorillo, tras la denuncia de un vecino, ha sido imputada por un delito de prevaricación administrativa.

La regidora pone en cuestión su credibilidad.  En un programa de televisión de ámbito estatal y ante la pregunta que formuló una conocida periodista sobre un caso presuntamente delictivo originado en su pueblo, la alcaldesa respondió que desconocía el asunto, aseverándolo bajo un innecesario juramento,  que ahora parece falso.
La regidora que lleva en el poder municipal cerca de cuatro lustros, también conocía entre otras cosas, el embargo de deudas de 161.000 euros de la que sería vicealcaldesa Carmen Villanueva y la requisición por deudas superiores a los 153.000 € con la Agencia Tributaria del concejal de policía e Alfonso Redondo Torres.
Con este panorama se afronta ante la perplejidad ciudadana la legislatura municipal en el pueblo de Valdemorillo. Alcaldesa y vicealcaldesa se fijaron sueldos de escándalo en un municipio azotado por la crisis y en donde el consistorio se sometió a ajustes presupuestarios por una deuda histórica. Como es lógico, debe entenderse que es el pueblo contribuyente quien debe afrontar dicha compromiso.
Este asunto y otros son motivo de comentarios en los “mentideros” del pueblo; pero fue un súbdito quien tomó la decisión de presentar la denuncia que sirvió para que la justicia imputara de prevaricación administrativa a la alcaldesa.
Ahora Pilar López, con esta imputación por prevaricación debería dimitir, pero aún es mucho más importante, dimitir por haber mentido supuestamente al pueblo de Valdemorillo y sobre hechos supuestamente punibles  mediante juramento.

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...