SE COGE ANTES A UN MENTIROSO QUE A UN COJO.
La
mitómana o el mitómano imaginan y sienten cosas que no suceden realmente. Se
cree sus propias mentiras y las ve como si fueran realidad. Viven en un mundo irreal
y utilizan el engaño para conseguir lo que quieren. La mentira se convierte en
algo cotidiano que no puede evitar. Por lo general no planifica lo que va a
decir y como consecuencia termina siendo descubierto.
Las
falsarias habituales que en la mayoría de los casos no analizan la “necesidad
su mentira” sencillamente desvirtúan de manera sistemática la realidad, con lo
cual casi siempre están engañando. Por lo general no lo va admitir y no se
preocupan por las repercusiones de sus mentiras, porque constituye algo natural
Los
trastornos compulsivos de la mentira indican que las mentirosas habituales
pueden tener otros problemas subyacentes, como el narcisismo o un trastorno
obsesivo-compulsivo adicional. Las mitómanas de tanto mentir tienen confusión
de los planos real y ficticio. Y es que las mitómanas falsean para construir
una mejor imagen de sí mismas frente a la sociedad, para conseguir lo que
desean sin importar cuál sea el objetivo. Esto sirve para saltar del trampolín
y caer en aguas políticas, se desgañitan con explicaciones ambiguas
pretendiendo vender el sol por la noche. Defienden lo indefendible, justifican
lo injustificable subestimando o menospreciando a la población considerándola
un instrumento a su antojo y su servicio
La mitómana
recurre a esta conducta continuamente sin pensar en las consecuencias, con tal
de maquillar la realidad que considera inaceptable. Sabe que miente, pero por
repetición, eventualmente termina creyendo sus propias mentiras y es entonces
cuando la línea entre la realidad y la fantasía se torna borrosa. Vive en un
mundo irreal y utilizan la mentira para conseguir lo que quiere, miente para
construir una mejor imagen de sí misma frente a la sociedad, la mentira se
convierte en algo cotidiano que no puede evitar.
El político
o política mentiroso/sa es convincente, manipuladora y su discurso suele ser
creíble, tiene talento histriónico y sabe actuar, no acepta fácilmente su
problema, cambia de tema constantemente y dan diferentes versiones del mismo
tema en desiguales ocasiones y con personas heterogéneas, pero siguen… siguen…
siguen mintiendo. Mantienen un juicio de realidad suficiente como para darse
cuenta de que están mintiendo. Puede pasar inadvertido, pero cuando establece
una conversación caerá preso de sus mentiras y en muchas ocasiones terminará
siendo desenmascarada.
En su
discurso mezclan indistintamente retazos de verdad con fantasías, aunque son
más o menos creíbles: suelen mentir sobre casi todo: su vida, su trabajo, hazañas
de su juventud, grandes logros en el ámbito social,… y un sinnúmero de cosas
que en realidad no deberían ser maquilladas para ser contadas.
La máquina de olvido que actúa en estos casos puede,
sin embargo, ser desmontada, y para eso está la retórica. No hay un buen
ejercicio de lectura retórica que no sepa cómo mostrar lo que se oculta detrás
de ese mecanismo refinado cuya fuerza estriba en borrar que se trata de un
efecto de “borramiento”. Mostrar, sin
embargo, no significa evitar, la catacresis regresa siempre. Por cierto, su
acción maquinal no es sino la de reaparecer, de reiterarse de tal forma que uno
no tiene más remedio que creer que ha estado allí desde siempre, con la certeza
que caracteriza cualquier hecho natural. La catacresis es nuestra segunda
naturaleza y es de ella de donde la mentira política extrae su fuerza
encubridora y hostil. Su arte es el de hacer olvidar, una destreza de regresar
sin haberse ido, de estar ahí y no dejarse ver....
No es necesario haber estudiado psicología para
conocer, una vez transcurrido el tiempo, que una persona miente por sistema
para conseguir sus objetivos sin impórtale un bledo las repercusiones que
genere a las personas de su entorno.
TRADICIÓN LITERARIA DE LA MENTIRA
Lo que me entristece
no es que me hayas mentido, sino que ya nunca más podré confiar en ti. (Friedrich
Nietzsche)
Un hipócrita es un paciente en el doble sentido de la palabra: calcula el
triunfo y sufre un suplicio. (Victor Hugo)
Engañar a los demás es un defecto relativamente vano. (Friedrich
Nietzsche)
La calumnia se muere de cansancio bailando en la punta
de las lenguas. No le hieras el corazón, que coge fuerzas. (Rabindranath
Tagore)
La calumnia siempre es sencilla y verosímil. Y en esto
se diferencia muchas veces de la verdad. (François Mauriac)
La calumnia siempre se ensaña en lo mejor. (Menandro)
La calumnia vive hereditariamente, y se establece a
perpetuidad, allí donde toma posesión. (William Shakespeare)
La mentira dura hasta que la verdad florece. (Refrán
español) La mentira dura mientras la verdad no llega. (Refrán español)
La mentira es animal de quinta vida. (Refrán español)
La mentira más común es aquella con la que un hombre
se engaña a sí mismo. (Refrán español)
La mentira nunca muere de vieja. (Refrán español)
La mentira y la torta, debe ser gorda. (Refrán
español)
La mentira y la verdad no pueden vivir en paz. (Refrán
español)