jueves, 14 de marzo de 2013

HABEMUS PAPAM

CONTRA LOS QUE PERMITEN Y CONSIENTEN A NIÑOS QUE TRABAJEN DE SOL A SOL POR CUATRO PESOS. 





"¡¡¡Hay Papa!!!". Ya hay nuevo Papa. La fumata blanca acompañada del repicar de las campanas de la Basílica de San Pedro acaba de anunciar a las 19.07 horas la gran noticia: la Iglesia católica ya tiene quien la lidere. En la quinta votación, en el segundo día del Cónclave que arrancó el pasado martes a las 16.30 horas, ha sido elegido el sucesor de Benedicto XVI. Ya hay alguien que ha obtenido los al menos 77 votos exigidos para sentarse en el trono de San Pedro, y que representan el respaldo de dos tercios de los 115 cardenales. 

La Compañía de Jesús sufrió las más terribles humillaciones durante el reinado de. Wojtyla forzó la dimisión del legendario Pedro Arrupe, e impuso a los jesuitas dos comisarios políticos, dos gobernadores civiles, dos vigilantes que fueron Dezza y Pittau. Se trataba de tener controlados a los que pensaban, a los que imaginaban, a los que educaban en la audacia y la imaginación y el rigor; a los que se iban de misioneros y allí se comprometían con los pobres, con los esclavos, con los oprimidos, con la gente a la que asesinaban los militares pagados por los ricos. 

Un hombre de Fe como yo, con tradición católica y que durante demasiados años ha permanecido apartado de todos los devaneos mundanos de la Jerarquía de Roma y de la Conferencia Episcopal Española en la que no he visto representada mi fe en Jesús de Nazaret, Un Jesús amante de los pobres, humildes, parias, enfermos, prostitutas… He observado en el poder de la iglesia, pederastia, corrupción, hipocresía…, 
La elección del Jesuita Bergorio augura un giro en la Iglesia Católica. El veterano cardenal argentino ocupará la silla de Pedro. Es el primer latinoamericano y el primer miembro de la Compañía de Jesús que dirige la Iglesia. Jorge Mario Bergoglio es el Papa número 266 y adoptará el nombre de Francisco. Le disputó el puesto a Joseph Ratzinger en el pasado cónclave y finalmente renunció en favor del que se convertiría en Benedicto XVI. Pero ahora, ocho años después, él será el que rija los destinos de la Iglesia católica.
Bergoglio "sonó" como candidato a Papa hace ocho años, cuando la curia wojtyliana se impuso en el cónclave como una apisonadora y obtuvo a toda velocidad la elección de Joseph Ratzinger, a quien consideraban de los suyos. No se ha sabido con certeza qué pasó en aquella breve reunión de dos días. Se ha dicho que el único rival de Ratzinger fue Carlo Maria Martini. También se aseguraba que obtuvo muchos votos un argentino de aspecto bondadoso y algo apocado que atendía por Bergoglio. Pero pocos se fijaron en un detalle: ambos presuntos contrincantes de Ratzinger eran jesuitas.
 
Un jesuita vestido de blanco. Un miembro de la Compañía de Jesús: la vanguardia intelectual de la Iglesia, el grupo más comprometido con el pensamiento, la libertad, los derechos humanos y la "puesta en hora" del catolicismo desde bastante antes del Concilio Vaticano II, que ellos impulsaron como nadie cuando se estaba produciendo y defendieron después con toda su alma, incluso cuando las "tropas wojtylianas" alcanzaron sus últimos objetivos eclesiales y la idea luminosa de Juan XXIII se quedó en nada. Un jesuita que se enfada poco, pero que cuando se enfada es temible: las cosas que ha dicho este hombre, Bergoglio, el hermano Francisco, contra las autoridades que en su país permiten, consienten o hasta se lucran con la prostitución; cómo tronaba el jesuita Bergoglio cuando decía que en Argentina no se había abolido la esclavitud, que no había más que salir a la calle para ver cómo los niños trabajaban de sol a sol por cuatro pesos, y de eso se beneficiaban los prebostes del peronismo y los prebostes del anti peronismo también.  El cardenal Bergoglio tomaba habitualmente el metro y el autobús para ir al trabajo, como cualquier trabajador de Buenos Aires. Al cardenal Bergoglio le molestaba que le dijesen "Eminencia", que ha sido hasta ahora su tratamiento, y exigía que se le llamase "padre Bergoglio". Como a cualquier jesuita humilde, sincero, combativo y que vive pisando charcos como el que más.
Francisco, papa, jesuita como los asesinados Ellacuría, Martín Baró, Montes y los demás; jesuita como Sobrino, como Martini; como mi amigo el padre Ángel Horna, cura maravilloso en mi colegio que un día se fue de misionero en Honduras porque allí hacía más falta y no lo volvimos a ver. Cuando los jesuitas eligieron nuevo general al holandés Peter Hans Kolvenbach y no a Pittau, que era el que había mandado Wojtyla que se eligiese.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Palau de les Artes de Valencia


SE APRECIAN LAS ARRUGAS EN  FACHADA

EL “TRENCADÍS” DE LA FACHADA DEL PALAU DE LAS ARTES SE VIENE ABAJO.
Gaudí es quien lo popularizó, pero lo usaba con mejores condiciones de sostenibilidad.

El abombamiento que se observa desde hace meses en el recubrimiento de “trencadís” de la fachada del Palau de les Artes de Valencia se debe a un fallo de adherencia del mortero que lo sujeta, y constituye un peligro para los viandantes por el riesgo de desprendimiento de piezas desde una gran altura.

El edificio diseñado por el arquitecto faraónico, Santiago Calatrava, cuyo coste final rozó los 400 millones de euros, se recubrió con “trencadís” en una fase posterior con el objetivo de ocultar las señales de soldaduras de las placas metálicas con las que está construido. Esta solución constructiva tiene poca durabilidad y es costosa, tanto por el precio del material como por el mantenimiento que exige. Hay que considerar que el problema de adherencia pudiera estar ocasionado por una incorrecta elección del tipo material, o lo que es mucho más grave, por la conjunción de materiales con escasa compatibilidad térmica. La realidad es que la fachada del Palau de les Artes tiene arrugas. Es el primer síntoma de una patología que acabará en desprendimientos del “trencadís” que la recubre si no se subsana.
Los abombamientos en la piel formada por 20.000 metros cuadrados de pequeñas piezas irregulares de cerámica son visibles para cualquier transeúnte. Y muy llamativos, porque el Palau tiene tan solo siete años de vida y costó muy elevado.

Cuando hay importantes  contrastes térmicos, los materiales tienden a contraerse y dilatarse por los ciclos de altas temperaturas en la insolación y baja durante la noche. “Más tarde y más temprano, el recubrimiento cede y se empieza a desconchar. Entra el agua y el acero ingresa en corrosión debido a la salinidad marina Esta corrosión se constituye en su propio catalizador, generando una reacción en cadena, una pila de corrosión, que desprendería el recubrimiento. De hecho, ya hay manchas de óxido.

ZONA LOCALIZADA DE CORROSIÓN
No hay justificación de que un edificio con un coste tan elevado presente esos problemas en tan poco tiempo Es arriesgado utilizar “trencadís” en tan grandes superficies sobre una plancha metálica si esta plancha no ha sido convenientemente tratada en las soldaduras eliminando totalmente la oxidación hasta haberla dejado a SIS 2,5- 3.


martes, 12 de marzo de 2013

La reforma de la universidad que precisamos






LA REDUCCIÓN DEL GASTO PÚBLICO


Y todo lo que representa la crisis ha traído al primer plano una universidad sometida y aletargada que, lejos de jugar un papel crítico y dinamizador del conocimiento, se conforma con subsistir



Los escasos recursos disponibles distan de utilizarse de manera eficiente. Seguramente la Educación Universitaria y la investigación deberían haber sido los cimientos de la construcción del Estado Autonómico. El panorama de nuestra universidad, en cuanto a su número y a su repetición de centros docentes, muchas veces no supera, ni en calidad de las enseñanzas ni en cantidad de alumnos, los umbrales mínimos que cualquier planteamiento racional impondría. Se hace imprescindible una toma de conciencia generosa que permita liberarse de privilegios obsoletos, no académicos en aras de una mayor y mejor vertebración de las escuelas de Ingeniería y Arquitectura. Algunos centros deberían refundirse con otros dentro de una nueva y generosa flexibilidad departamental en ocasiones demasiado repetitiva, entre otras:. Construcciones Arquitectónicas o Construcciones Arquitectónicas y su Control que podrían haberse fusionado hace algún tiempo.

La reducción del gasto público y todo lo que representa la crisis ha traído al primer plano una universidad sometida y aletargada que, lejos de jugar un papel crítico y dinamizador del conocimiento, se conforma con subsistir y defender una maltrecha autonomía, ensimismada en bataholas en los que los ropajes solemnes se superponen con fórmulas obsoletas y con cantilenas elevadas a la categoría secular que, en ocasiones, es ya lo único que diferencia al campus de los de otros centros educativos.

La reforma de la universidad que precisamos debería ser de gran calado y requeriría de un amplio acuerdo social. La autonomía universitaria no se debería entender como el muro contra el que se estrellan todos los proyectos reformistas que estén fundamentados en la racionalidad del mercado laboral. 

Económica y socialmente necesitamos una universidad muy distinta a la actual, de mayor calidad, con otra flexibilidad en donde la elección de sus dirigentes no se fundamente, en ningún caso, en visiones cerradas de mercadeo sino mas bien en la busca de hombres y mujeres con capacidad, autoridad académica y una visión avanzada de la realidad del mercado. 

En cuanto al gobierno de la universidad, debería replantearse la mimética aplicación de los principios democráticos establecidos para la elección de las instituciones políticas representativas. El carácter electivo de prácticamente todos los órganos de dirección y gobierno de la universidad puede llegar a carecer de sentido. El principio democrático de la elegibilidad de los órganos de gobierno no tiene por qué aplicarse a todas las instituciones, que no por eso dejan de ser plenamente democráticas. El académico francés Charles Pinot Duclos, que textualmente: “vemos a menudo a quienes la edad o el hastío de la grandeza fuerzan a renunciar o desengañarse” un ejemplo para defender estas tesis en el debate universitario. Cuando los pasajeros suben a un avión no hay una elección popular para ver quién es el piloto, y no por ello se puede decir que la selección de pilotos no respete las reglas democráticas.

Los consejos sociales de las universidades no han cumplido, en el panorama provincializado y alejado de vínculos significativos con el mundo productivo, empresarial y social de nuestras universidades, el papel que, al modo de los patronatos de las más prestigiosas universidades americanas y europeas, deberían haber desempeñado. Pero, si estuviesen en condiciones de cumplirlo, podrían tener atribuido el nombramiento de los máximos responsables académicos de la universidad. Y si se mantuviera el carácter electivo de tales responsables, habría que diferenciar según los casos: un Director de Departamento no debería ser elegido por una parte de los estudiantes o por el personal no docente y establecer algunas reglas de buen gobierno. Por ejemplo, estableciendo para los rectores la posibilidad de un único mandato, de mayor duración. La experiencia demuestra que el primer mandato de los rectores suele estar condicionado por el cálculo permanente de las conveniencias de cara a la reelección, y durante el mismo es cuando los distintos grupos electorales, docentes, no docentes y estudiantiles, suelen obtener ventajas y beneficios particulares, reñidos en ocasiones con los intereses generales de la institución y de la sociedad.

Y la selección del profesorado debe cambiarse drásticamente. Desde las viejas oposiciones a cátedra que garantizaban razonablemente una competencia entre los mejores, permitían la movilidad interuniversitaria y aseguraban un conocimiento profundo de la materia a impartir y una suficiente experiencia investigadora en la misma (lo que no impedía, a veces, la culminación de cacicadas clamorosas), todas las modificaciones que se han producido han estado encaminadas a reducir los niveles de exigencia.
Una universidad, tenga los medios que tenga, solo será excelente si su profesorado es excelente. Y las universidades deberían esmerarse en la selección de su profesorado, buscando atraer a los mejores. La universidad, por definición, es y debe ser una institución elitista y, sin embargo, con el inestimable apoyo de un organismo que ha hecho todos los méritos imaginables para su supresión, la Aneca, el esfuerzo individual, la sana competencia y el afán de superación han sido prácticamente erradicados. Nos limitamos muchas veces a importar sistemas imperantes en otros países sin tener en cuenta nuestra innata tendencia a corromperlos. El último invento, el de la acreditación conferida por la Aneca para poder optar a una plaza, bien de titular bien de catedrático, ha derivado en que la situación legalmente prevista (acreditado para poder ser catedrático) se haya convertido en otra totalmente distinta (catedrático acreditado, que es una figura legalmente inexistente), en virtud de la cual el posterior acceso a la cátedra tiende a convertirse en un mero trámite.

Con el sistema actual, la movilidad del profesorado entre universidades prácticamente se ha erradicado, y pertenece al reino de la fantasía cualquier planteamiento de captación de los más valiosos o experimentados. Y lo habitual es que se pueda culminar la carrera académica sin salir de la universidad en que se ha estudiado, sin competir nunca por una plaza, sin ser juzgado por especialistas en la materia y sin tener que certificar conocimientos de la misma. El que a pesar de ello sigamos contando con numerosos profesores excelentes no responde más que al hecho de que lo dioses no nos han abandonado del todo.

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...