DE LA FALTA DE PLANIFICACIÓN A LA POBREZA
Cuando
no se han evaluado un despilfarro político sin precedentes, hay hasta tres
millones de españoles en riesgo de pobreza severa que sobreviven con menos de
307 euros al mes, o la pobreza infantil afecta a un 26,7% de la población menor
de 16 años (según Cáritas), o los 5,7 millones de parados según la EPA. Se incrementan las desigualdades. Etc. Es
decir, algo no se ha diseñado bien y sus consecuencias que se deberían haber previsto
con una buena evaluación, no se han calculado ni por supuesto explicadas a la
sociedad.
Algunos casos recientes, de
infraestructuras, energía o del mercado laboral que conocemos todos, donde no
ha habido evaluación y que con un buen análisis se hubieran desarrollado de
otra forma. Por ejemplo, se construyen radiales alrededor de Madrid que iban a
utilizar varios millones de coches y que unos años después quiebran; con unas
pérdidas que parece que tenemos que asumir todos. ¿Quién hizo las previsiones?
Se levantan aeropuertos (Castellón, Huesca, Murcia...) donde no existe una
demanda lo cual supone cientos de millones de euros. Se montan o amplían
puertos gigantes (Granadilla, Gijón, A Coruña, etc…) al lado de otros
infrautilizados. Se potencia la construcción de viviendas llegando al absurdo
escenario de 3,4 millones de viviendas vacías (según el último censo del INE
2011), mientras hay gente que vive en la calle. O más reciente, el AVE a
Galicia, (que se puede comparar con los AVE en Castilla-La Mancha) ¿va a ser
rentable?, ¿cuantos viajeros lo
utilizarán? ¿Se ha analizado si reduciendo la velocidad disminuiría el costo
del proyecto o la probabilidad de un accidente? Otro ejemplo, se diseña una
política energética que hace que suba la electricidad un 60% en una década, y,
a la vez, se permite un déficit de tarifa, sin auditar de una forma
independiente, titulizado por el Estado que además sigue subiendo y que genera
una deuda creciente, que tendremos que seguir pagando los próximos decenios, y
que afecta de una forma importante a la innovación y la competitividad de la
sociedad.
Pero esto mismo tampoco se ha hecho
con reformas recientes. Por ejemplo, se aplica una reforma y no se prevén unos
resultados, ¿cuántos contratos?, ¿de qué características?, y por supuesto,
tampoco se contrasta con la realidad si los resultados eran los esperados u
otros diferentes. O respecto a la ley del aborto: ¿Saldrán españolas a abortar
fuera de nuestro país si se aplica esta ley?
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