“Ponme la mano aquí, aquí pónmela un poquito, ponme
la mano aquí y aquí ponme el sobrecito”.
Las
Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz han consagrado este año a Esto sí que es una chirigota,
con los componentes del Consejo de Ministros encabezados por un particular
Mariano Rajoy .Tal vez la cuchufleta se inspirara por la constante propaganda
que el ejecutivo hace sobre la situación actual económica, sus logros. Fundamentalmente si nos
fijamos en los datos del éxito sin
precedentes de la reforma laboral, que como es sabido no se implantó
para crear empleo sino para despedir mejor y más barato, y dejar inermes a los
trabajadores ante cualquier trágala empresarial. El proceso se acelerará en la
medida en que los convenios colectivos vayan decayendo por el fin de la ultra
actividad y la desregulación sea completa.
Aquí
radica el supuesto milagro español, ese que según explicaba Montoro es un
ejemplo para el mundo. Como los SALARIOS
BAJAN, aumenta la competitividad y como cada vez HAY MENOS GENTE TRABAJANDO se eleva la productividad por empleado.
Al mismo tiempo, se elimina el déficit comercial, no ya porque se exporte más,
que también, sino por la caída de las importaciones ya que el consumo se ha
muerto. Desciende el paro, pero no porque se cree empleo sino por el exilio
económico forzoso al que se ha condenado a decenas de miles de jóvenes e
inmigrantes.
Ello
explica que la población activa sea similar hoy a la que era en el primer
trimestre de 2008, otro éxito clamoroso del equipo económico del gobierno. Mientras Rajoy surca el océano y nos
anuncia que ha circunvalado con éxito el puñetero cabo de Hornos, la
inmensa mayoría sigue al bajel dando brazadas a lo loco, esquivando los
tiburones y las pelotas de goma que el ministro del Interior acostumbra a
lanzar a los que van nadando.
Como
puede apreciarse, la reducción de los salarios sólo trae beneficios. Con otro
7% de recorte adicional el FMI estima que ya ni siquiera sería necesaria la
intercesión de la Virgen del Rocío porque el crecimiento será imparable. ¿A qué
estamos esperando?
El
grupo carnavalesco ha lanzado una dura crítica política con letras como “Ponme
la mano aquí, aquí pónmela un poquito, ponme la mano aquí y aquí ponme el
sobrecito”, constantemente coreada en el patio de butacas.
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