lunes, 22 de julio de 2013

Última hora



DATO PREOCUPANTE. SOLO EL 10% DE LOS ESPAÑOLES CONFÍA EN LA CLASE POLÍTICA.
¿No es aterrador, un espanto? qué la solución a nuestra crisis económica deba pasar por los políticos.
El dinero invertido por el gobierno de España en reforzar la fiscalía de corrupción debería ser la inversión más rentable para las maltrechas arcas de Estado. También sería una magnifica transformación para las cajas de los españoles promulgar leyes concretas y especificas que permitan aligerar el proceso que juzga a un insolidario corrupto, y fundamentalmente para aquellos que se dedicaron a administrar los dineros de todos.
Con permiso de los jueces, me atrevo a decir que todos los delitos de robo no son iguales, si os parece unos son muchos más desiguales. No es igual quien roba para comer que quien quiere atesorar algo más. Tampoco se asemejan el robo privado que el público. El trabajador que sisa a su empresa lo hace personalmente o colectivo concreto. Pero el político que roba a la administración pública malversa a todos los españoles. Por tanto los castigos derivados tampoco deberían ser iguales.
Caer en la corrupción no debe ser equivalente para todos, y por ello siempre habrá corruptores y corruptos. Tal vez por eso resulta imprescindible poner en marcha mecanismos disuasorios ejemplarizantes. Las leyes que tenemos son lentas con montón de recovecos, y tal vez por eso, muchos de los infectos se salvan de una cárcel ejemplarizante. Urge devolver a los ciudadanos la credibilidad en la política.
La última encuesta del CIS destaca un dato extraordinariamente preocupante. Sólo el 10% de los españoles confía en la clase política. Si tenemos en consideración que la solución a nuestra crisis económica deben pasar por los políticos el informe del CIS es aterrador, un espanto que nos pone los pelos de punta.
Pero… ¿Por qué hemos llegado a esta situación? Cuando hay profesionales que su trabajo, su compromiso discurre dentro de cauces de vocación: los médicos que en el contacto con el dolor intentan salvar vidas, no podría cumplir correctamente su trabajo sin vocación. Los profesores y educadores sin vocación vivirían un martirio, de ahí que algunos docentes sin vocación, deben abonar de su bolsillo a un psicoanalista.
Pero el trabajo que precisaría mas vocación y que sus ejercientes mayoritarios tienen escasa vocación es, la política, es decir aquellos que se dedican al servicio público. Sí digo bien, a servir a la sociedad a través del trabajo, en ningún caso servirse del poder que te asigna la sociedad para aprovecharse.
Quien tiene vocación intenta hacer la cosa bien y eso se nota. Tal vez por ello nos encontramos con la bajísima credibilidad de alcaldes/as, concejales/as y políticos en general que llegan a esta actividad no movida por la vocación de servicio sino más bien por la búsqueda y el encuentro de un modo de vida sustancioso y seguro por algún tiempo. Personas que no hicieron más en su vida que hacer política, que no han acreditado su valía, su conocimiento en otras actividades de la vida.
Estos políticos son un peligro, fundamentalmente cuando sus decisiones están entremezcladas con intereses urbanísticos o de servicios, además en la más de los casos son incompetentes para acometer este tipo de trabajo  y su desconocimiento con la realidad técnica les hace tener enfrentamientos con los profesionales competentes del consistorio.
Lo que es peor, al no tener otras alternativas profesionales se aferran al cargo como lapas, son capaces de mentir, extorsionar, o sacrificar a cualquiera que se interponga en su objetivo fundamental como es supervivir año tras año.
Capaces de lanzar discursos grandilocuentes vacios de contenido, poniendo las frases prefabricadas ajustadas al momento oportuno, una retorica vacia de contenido pero grandilocuente para el gran publico.
A estos y estas malos profesionales que hacen política, posiblemente por no conocer otro oficio les que están atentando contra su conciencia adormecida. Antes del discurso está el ejemplo, un ejemplo vivencial, falsearlo genera fracaso tras fracaso.
Por sus obras les conoceréis... A medida que me voy haciendo mayor esta clase de políticos: me estructura cierta intimidación, que proviene de mi percepción de la injusticia social que mamé de niño, ya hace años. Una injusticia social que no he llegado a asimilar con la entrada de la democracia en connivencia con un estado de derecho con importantes lagunas.
Estoy plenamente convencido que sí esta situación no encuentra una solución a corto plazo, la juventud venidera tendrá que resolverlo expeditivamente y de manera no precisamente pacifica.

jueves, 18 de julio de 2013

Valdemorillo por delante



YO, ESTUVE EN EL PLENO MUNICIPAL DEL LUNES 15 DE JULIO.
Stéphane Hessel, en su último libro: Con España, en la trinchera por la libertad y el progreso escribe, entre otras muchas cosas, que: La nueva oligarquía predica la desconfianza y ejerce el desprecio hacia el pueblo.”

Leyendo este libro de Hessel, hoy se me antoja una reflexión surgida a raíz de una disertación, que sobre política y técnica fue llevaba al pleno municipal de mi pueblo por la Concejala de urbanismo y…. “buenas maneras”. 

Como decía Ortega y Gasset: “la política es una ciencia que necesita del conocimiento”. Para manejarse correctamente, requiere de: la educación, la cultura, la templanza, la sensatez, entre otras, que son atributos consustanciales al buen político, sin embargo, la negación de un numero  de las anteriores dan como resultado: bronca, agresión y un desatino desestructurado.

La técnica, sin embargo precisa del estudio concienzudo para manejarse con soltura; ambas son compatibles. Eso sí, cuando la técnica se tiene que someter a la política por imperativo del imperio, deja de ser ciencia para transformarse una cosa fea e inservible, alejada de la razón, que en el peor de los casos está respaldada por provechos personalistas necesariamente interesados.
Cuando un espectador curtido por la experiencia de la vida y lo habido, asiste a una disertación acalorada sobre esta disyuntiva “metafísica”, entre técnica y política, no le queda más remedio que obtener por si mismo, unas conclusiones que van más allá de lo cotejado. 

La técnica, en este caso Arquitecta, asalariada y contratada….. y con su puesto laboral siempre pendiente de una decisión de mando, se enfrenta al poder, pueden ocurrir dos cosas: 


  • ·         La primera, que este harta y no le importe perder un buen trabajo,… o sea una colega por profesión y utopía que por encima de su dignidad no se coloca nadie.

  • ·      Segunda, que este aconsejada o amarrada en superiores instancias conozca de antemano el resultado final de su órdago.

No sé por qué, pero me inclino por la segunda por la simple intuición, el conocimiento de campo, los gestos, ademanes y otros signos que asomaron a la cara de algunos de los componentes de la mesa del Pleno. Además, los ciudadanos  leemos en la cara de los políticos, ya que, una buena parte de ellos, tienen por costumbre el mentir sistemáticamente, para lo bueno, lo malo y… lo regular. 

Tragarse” un Pleno de principio a fin,…. y para un vecino del pueblo, es un acto heroico; pero tiene el aliciente observar el comportamiento humano y obtener enseñanzas de vida con cierto morbo añadido.

Como conclusión, yo diría lo siguiente: Para ser un técnico competente es necesario trabajo, inteligencia, estudio y tiempo. Sus capacidades se muestran con los resultados de su gestión técnica y siempre que no hayan sido contaminados por una mala gestión política.

Un buen político debe mostrar seguridad, sosiego, tranquilidad, dominio de la situación, confianza…Lamentablemente estas cualidades no aparecieron en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valdemorillo en ningún momento. No asomaron para mí, tampoco para nadie a los que tuve ocasión de pedir opinión.

Si los demócratas no somos capaces de enderezar el rumbo de esta política ramplona, tan adulterada por intereses espurios, y los partidos no expulsan de sus filas a aquellos militantes tan poco preparados, oportunistas y corruptos. Apañados estamos.

Habrá que confiar en el estado de derecho, para intentar enderezar los destinos de España. Por eso para terminar quiero entresacar una nueva frase del libro de  Hessel, que dice así y que cada cual lo entienda dentro de un contexto absolutamente pacifista, pero firme: …. “La indignación no es suficiente. Si alguien cree que basta con manifestarse para que las cosas cambien, se equivoca. Es necesario que la indicación sea un verdadero compromiso. El cambio precisa esfuerzo”….

martes, 16 de julio de 2013

El entorno del urbanismo



¿LOS PROFESIONALES DEL URBANISMO DEBEN PLEGARSE ANTE LOS “INTERESES” POLITICOS?

Y muy fundamentalmente cuando existan ventajas personales o partidistas.

El proceso democrático trae consigo la aparición de la figura del oportunista, el intruso o la intrusa que llegan a los partidos con el único objetivo de tocar poder. Estos/as genios de la trampa desprovistos de escrúpulos, no dudan en usar medios ilícitos con tal de lograr obtener un beneficio personal. Para ello agotan todas las instancias del poder. La ideología política no es lo importante, tan solo un medio para obtener el fin lucrativo que se materialice a corto plazo. Tampoco importa mudarse de una ideología o engañar a sus electores, todo vale en el intento de tocar poder sin valorar si los medios utilizados. 

La creciente presión de estos vividores por destacar en el ámbito político supone un aumento de sus dividendos a corto plazo y acceder a privilegios inmerecidos para poder superar sus cuitas de índole personal con los dineros de los contribuyentes. Debe quedar muy claro, que afortunadamente para la institución democrática, hay políticos honrados que se encargan directa o indirectamente de desenmascarar a esta casta indeseable para la sociedad en general y para la institución democrática en particular.

La proliferación de estos “personajes”, se convirtió en una plaga en donde los valores morales no tenían cabida. Permitieron las reducciones generalizadas en los logros sociales y no admitieron devaluar el gigantismo político de las administraciones locales, ayuntamientos, fundamentalmente en el entorno del urbanismo. Un urbanismo repleto de intereses de todo tipo fundamentados por provechos empresariales de ámbito coyuntural. En este ámbito profesional son los técnicos en urbanismo, los que tienen que pronunciarse en el plano normativo para evitar que los lucros personales se impongan sobre las conciernas colectivas. La política debe estar encaminada, principalmente, en la observancia  de los intereses ciudadanos por encima de los personales o partidistas. 

En líneas generales para el/la trepa, esa aprobación política compensaba el sentimiento de inferioridad que les generaba frustración en sus actividades laborales, pues suelen ser seres anodinos y oscuros, más perceptibles cuanto más bajo es el poder al que aspiran, de intelecto sólo aplicable a lo perverso, fracasados profesionalmente en su gran mayoría cuando no en paro, que no encuentran otra salida a su triste sino, distinta al peloteo y adulación de aquellos abanderados que pueden proporcionarle inmerecidas prebendas.

Ambiciosas y de poco potencial humano, manifiestan unas pretensiones desmedidas para su trayectoria profesional sin correspondencia con su potencial real. Todos podríamos dar nombres puesto que a muchos les conocemos: Seres inicuos que se han convertido en el cáncer y descrédito de la democracia actual. Individualistas, ocultistas, reservadas y egoístas, trabajan de forma individual en provecho propio mostrándose como autosuficientes sin llegar a serlo, puesto que individualmente poco valen y no reconocen en público la labor de aquellos de los que han obtenido sus conocimientos, atribuyéndose en muchos casos habilidades y méritos que les son ajenos.

viernes, 12 de julio de 2013

Denunciar la corrupción sin miedo.



NADIE OBLIGA A SER POLÍTICO. LA POLÍTICA ES UN SERVICIO NO UN NEGOCIO 

Ya estamos a acostumbrando a escuchar cada día que un nuevo caso de corrupción ha sido descubierto, tan solo es la punta del iceberg de la realidad, de un escenario que ha querido mirar para otra parte cuando nos mostraban que la corrupción la teníamos cerca, muy cerca, ahí al lado. La teníamos en nuestro mismo consistorio, en nuestro vecino, o colega que desde que se dedica a la política “vive como Dios”. Sin embargo nos hemos encogido de hombros y hemos pensado…, “todos somos igual”. Pues bien, todos no somos igual afortunadamente. Y cuando el enriquecimiento de unas personas es acosta de la penuria económica de otras, las más débiles, la sociedad debe “ponerse las pilas” y comenzar a denunciar los en beneficio de la justicia social.
 
A nadie se le obliga a ser político y la política es un servicio no un negocio que enriquezca a costa de los impuestos que pagamos todos y la ciudadanía en su conjunto, no puede permanecer al margen de esta realidad lamentable sin decir nada, sin ejercer nuestro derecho de crítica y nuestra obligación como contribuyentes al servicio de esta comunicación de bienes al servicio del bien común que ejercemos con el pago de nuestros impuestos.
La corrupción es una epidemia social que sobrepasa al individuo, desborda a las instituciones y nos hace a todos culpables de su existencia por acción u omisión. No es un proceso, sino un estado en el que nuestra sociedad se halla asentada, lamentablemente, desde hace algunos años.
Vivimos en la idea de que el mercado y sus flujos financieros son las únicas opciones y fuera de ellos, existe el caos. Una de las capacidades de esos flujos, está en disociar los actos humanos en dos espacios desconectados en el plano espacial pero ligado en el de la moral, en la del acto y su consecuencia. Entre una decisión del Fondo Monetario Internacional y la hambruna de miles de personas después no hay aparentemente una relación.
La distancia burocrática es tan grande entre los que deciden y los ciudadanos, que parecemos no existir. No entenderíamos tampoco el proceso de las corruptelas sin tener en cuenta el individualismo. Vamos hacia una sociedad que no es la suma de individuos que la componen, sino que el ser humano es un punto aislado y desprotegido. Se gestionan los países como si fueran unidades económicas en la que las personas son clientes, usuarios, pero jamás padres, madres, minusválidos, enfermos… Cada uno es responsable de su propia supervivencia social sin que la colectividad le ampare. 
Asistimos a la creación de una clase política que constituye una manera de destacar de la masa, de conseguir un prestigio social y de asegurarse un puesto de trabajo. Para su desempeño, las exigencias de formación y currículo son mínimas. Así los políticos presentan tres sentimientos que llevan directamente a la corrupción. Se sienten omniscientes. Como tienen acceso a mucha información creen saberlo todo. Omnipotentes, pueden llevar a cabo todo lo que quieran. Invulnerables porque se creen protegidos por enormes equipos de asesores, consejeros, coordinadores o por el propio partido. 

Cada vez existen más problemas para que personas cualificadas e íntegras se presenten a las elecciones locales. Se supone que los políticos son una clase corrupta e intentan acceder a los cargos para corromper y ser corrompidos. Un estado de ánimo social nada positivo para la democracia.
Así, es normal que el nivel de confianza del ciudadano en las instituciones sea bajo. Nada parece que pueda ser cambiado. Partimos de la idea que corromper es alterar una cosa haciéndola mala o impura. En 1994 los ministros de la Unión Europea establecieron que la corrupción minaba la confianza en la democracia, atentaba contra la primacía del derecho, desconocía los derechos humanos y ponía en peligro el progreso social y económico.
Este marco de individualismo, de políticos desvinculados de su función social, desprovistos de la culpa que pueden producir sus actos, de empresas con gestores sin escrúpulos, da las referencias para comprender la corrupción en los ayuntamientos. La modernización de las administraciones no ha venido acompañada de sistemas de vigilancia, de control y lucha contra el fraude. Estamos en una época en la que el corrupto es mucho más sofisticado, se ampara en el tráfico de influencias, en el lobby, en la información privilegiada, en la arquitectura financiera.Las investigaciones de los casos de corrupción raramente parten de los fiscales, sino de las denuncias de algunos medios de comunicación. Casi nunca de informes de los funcionarios públicos. Tienen miedo a emitirlos por las presiones de los partidos y los políticos. El mobbing, el acoso laboral ha ascendido en España hasta límites increíbles. Es difícil ver a un ministro en el día a día, pero es muy sencillo toparse con un concejal a cada momento en el puesto de trabajo.
En los ayuntamientos el dinero puede llegar de forma fraudulenta a los políticos y sus partidos no sólo por la vía del urbanismo, sino también por planes de empleo, los contratos de servicios, subvenciones… Nada más basta observar los árboles genealógicos de algunas instituciones para darse cuenta de los entramados financieros. La corrupción implica a largo plazo más carga impositiva sobre los ciudadanos. Tendrán que pagar más para conseguir cada vez menos.
La sociedad civil en España está desestructurada. Existe un bajo nivel de asociacionismo y los medios locales no pueden ser muy activos. La financiación de este tipo de periódicos, radios o televisiones muchas veces está ligada a la publicidad de los ayuntamientos. El político sólo tiene que retirar una campaña de información sobre los impuestos municipales, fiestas… para que ese mes el medio en cuestión pueda tener problemas financieros Los abogados, los poderes judiciales parece que tampoco están exentos de culpa. Ningún colegio profesional ha expulsado a ninguno de sus miembros, abogados, procuradores, jueces, fiscales, cuando están vinculados con claridad a fenómenos de corrupción. La arquitectura legal y financiera que llevan a cabo los políticos sólo es posible con el concurso de este tipo de profesionales.
¿Existen propuestas de soluciones a la corrupción? El miedo al fracaso es uno de los elementos más poderosos que se ha ido inculcando a la sociedad. No se desea explorar nuevas soluciones. Supone enfrentarse a los corruptos y a las grandes tramas de partidos políticos, empresas, asociaciones, fundaciones… Es necesario invertir en la educación, en los valores de las futuras generaciones para que comprendan que la corrupción no es un fin, no es una vía, es un cáncer social.
Para terminar, yo sugerirá un compromiso social imprescindible, empezar a defender lo nuestro, comenzando a practicar nuestro autoanálisis de ¿Cuál es mi aportación a la creación de un mundo más justo? Después que nos hayamos reconocido, denunciar la corrupción sin miedo.
                                                                                

miércoles, 10 de julio de 2013

La corrupción en los ayuntamientos




PROMOTORES Y CONSTRUCTORES SIGUEN PAGANDO A LOS AYUNTAMIENTOS.
Cuantiosas sumas por obtener la calificación de suelo urbanizable
El abuso del poder de los cargos públicos y fundamentalmente políticos vinculados a la especulación inmobiliaria y el incumplimiento de las normativas urbanísticas y medioambientales
Esta experiencia ilícita y delictiva, que está aflorando ahora, supuso que  durante los años de la burbuja urbanística, alcaldes y alcaldesas y concejales/las vinculados/as al urbanismo y con pocos escrúpulos se enriquecieran  de manera sorprendente. Sus causas son muchas y muy diversas, y su punto de justificación clave es la financiación de los ayuntamientos.
El proceso de descentralización en España que trajo consigo el Estado de las Autonomías, ha llevado a que los ayuntamientos se hayan visto obligados a prestar a los ciudadanos servicios que antes ofrecía el gobierno a través de COPLACO. Siglas de la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid, organismo autónomo, de carácter urbanístico, de la Administración del Estado.
El Tribunal Constitucional Deroga parte de la ley del Suelo del 98, por invadir parte de las competencias de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos  sobre las comunidades Autónomas, generando los nuevos planes urbanísticos en su territorio, sin que el estado tenga potestad sobre ellos. Esta descentralización buscaba una mayor eficacia en la prestación de dichos servicios, a través de la cercanía entre la administración y los ciudadanos. Sin embargo ha planteado desafíos en cuanto a la financiación que, según el criterio de diversos colectivos, no han sido bien respondidos.
Como los ayuntamientos tienen una gran cantidad de gastos, en lugar de recaudar impuestos directos han ideado una forma “imaginativa” de recaudar impuestos indirectos, y es con la potestad de decidir qué suelo es urbanizable y cuál no. La financiación a partir de la recalificación de suelo implica aumentar la presión fiscal de manera heterogénea, haciendo cargar con el mayor peso de la financiación municipal a familias con hipotecas a 30 y 40 años. La diferencia de precio entre un tipo de suelo y otro puede ser de hasta 20 veces, así que los ayuntamientos encontraron su particular filón en la recalificación del suelo. Los promotores y constructores pagaban a los ayuntamientos cuantiosas sumas por obtener la calificación de "suelo urbanizable". Por supuesto que esas formidables sumas las acaban pagando los compradores de viviendas, por lo que al final pocos son conscientes de que se trata de un enorme impuesto encubierto, que va incluido en el elevado precio de la vivienda. La consecuencia indeseada es que al igual que un ayuntamiento recibe enormes sumas de dinero de los promotores y constructores para poder pagar los servicios municipales que presta (transporte público, polideportivos, limpieza de calles, etc), también los políticos que gobiernan esos ayuntamientos son susceptibles de cobrar a título personal, fenómeno que constituye el núcleo de lo que se conoce como corrupción urbanística.
La causa de este fenómeno, según Transparencia Internacional, hay que buscarla en “la calificación del suelo urbano”, lo que ha provocado que España sea el país de la OCDE “donde el precio de la vivienda habia subido más en los últimos años. Esta situación fue también denunciada en el Parlamento Europeo en 2009 por el “Informe Auken”. Este informe pedía, entre otras cosas a las autoridades regionales competentes que declaren una moratoria de todos los planes urbanísticos nuevos que no respetan los criterios rigurosos de sostenibilidad medioambiental y responsabilidad social, recordaba que la Comisión está facultada a interrumpir la provisión de fondos estructurales y de cohesión y criticaba los poderes con frecuencia excesivos otorgados a los urbanistas y promotores inmobiliarios por parte de determinadas autoridades locales. La aprobación del Euro parlamento se llevó a cabo a pesar de la campaña de los partidos mayoritarios españoles

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...