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El Coronavirus nos llevará a un nuevo Renacimiento.

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El “capitalismo” se ha roto. Sus esquirlas mortales saltaron sobre un mundo que se creía desarrollado. El momento sociológico que vivimos, con el maldito Coronavirus en medio, y la disponibilidad de tiempo para pensar nos pueden permitir navegar en el mar de las ideas filosóficas y llegar con nuestros propios argumentos a un lugar que nos parecería imposible asediar hace pocos meses. El renacimiento del capitalismo en la posguerra, y en particular el ímpetu hacia la globalización después de la Guerra Fría, resucitaron la Esperanza en las capacidades reguladoras de los mercados. Hoy, a más de una década de la crisis financiera global, esta Esperanza está otra vez en crisis. Ahora que vuelve a afirmarse la tendencia natural del capitalismo al estancamiento. El ascenso de una derecha racista, en un capitalismo influyente, la fragmentación del centro político y el aumento de tensiones geopolíticas son síntomas de la descomposición del capitalismo. Ahora la presencia del Coronaviru

Bienaventurados

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La solidaridad humana ante la adversidad El brote de coronavirus nos está dejando escenas que hace unos meses no habíamos imaginado: miles de contagiados, centros sanitarios a tope, negocios paralizados y millones de personas y familias a la espera de superar esta situación. En los peores momentos, sin embargo, es cuando también mostramos la mejor cara de la sociedad un talante amable que deberia permanecer entre nosotros durante algún tiempo . Desde iniciativas para animar a la gente a quedarse en casa, hasta jóvenes que están ayudando a personas mayores a soportar esta difícil situación. Los españoles y españolas estamos volviendo a demostrar uno de nuestros rasgos más apreciados en todo el mundo: la solidaridad, que sea bienvenida y mejor hallada . En Madrid, numerosos portales de bloques de pisos se están convirtiendo en el mejor reflejo de la solidaridad entre vecinos que, en circunstancias normales, prácticamente ni se conocen. En muchos de ellos han aparecido estos día

Grandes potencias y…

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DICTADURAS TENUES Putin y Trump insisten en que la verdad está en lo que ellos dicen, aunque un día sea una cosa y otro día sea otra. No hay debate posible A primeros de agosto de 1999 el presidente de la nueva Rusia, Boris Yeltsin llamó a su despacho a: Vladimir Putin para informarle que sería nombrado primer ministro de la nueva Rusia . Entonces la antigua Unión Soviética llevaba algún tiempo con una postura política claramente indefinida, mientras Clinton todavía mandaba en la Casa Blanca , Chirac, en el Eliseo, Blair en Downing Street y Jiang Zemin estaba al frente de un gigante llamado China del que decían que conquistaría el mundo en el siglo XXI. Putin ha demostrado ser un buen activo electoral, aunque siguen sin gustarle los mítines . El problema es que, a día de hoy, y con la fecha de caducidad constitucional asomando en cuatro años, el poder no tiene otro exponente que él mismo. Putin llegó como un reformista prometiendo poner orden. Su misión histórica ha sido dev

A todos los que hemos cumplido los setenta…

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…y fuimos los niños de la postguerra. Los niños de las pavorosas décadas de los cuarenta- cincuenta, cuando España olía a carburo y gasógeno y el racionamiento, el estraperlo eran el “pan nuestro de cada día” y nos faltaban “veinticinco céntimos para un real”. El post de una absurda guerra llegó con infinidad de susurros medrosos para hablar de casi cualquier tema, sobresaltos para vivir e imposible soñar. Somos el producto de una generación bisagra, nunca existió generación que uniera con tanta fuerza pasado y futuro. Nosotros hemos conocido el brasero y la calefacción solar, los carros tirados por mulas, el AVE y los satélites surcando el espacio. Conocimos la palangana y el hidromasaje, los trillos y el tren de alta velocidad, las alpargatas de esparto y el traje de ceremonia, los sabañones, el jabón lagarto y el aceite de hígado de bacalao. Saltando a la comba Hemos asistido a novenas y ejercicios espirituales predicados en épocas de dogmas intocables. Escuchábamos