Bienaventurados

La solidaridad humana ante la adversidad
El brote de coronavirus nos está dejando escenas que hace unos meses no habíamos imaginado: miles de contagiados, centros sanitarios a tope, negocios paralizados y millones de personas y familias a la espera de superar esta situación. En los peores momentos, sin embargo, es cuando también mostramos la mejor cara de la sociedad un talante amable que deberia permanecer entre nosotros durante algún tiempo.
Desde iniciativas para animar a la gente a quedarse en casa, hasta jóvenes que están ayudando a personas mayores a soportar esta difícil situación. Los españoles y españolas estamos volviendo a demostrar uno de nuestros rasgos más apreciados en todo el mundo: la solidaridad, que sea bienvenida y mejor hallada.
En Madrid, numerosos portales de bloques de pisos se están convirtiendo en el mejor reflejo de la solidaridad entre vecinos que, en circunstancias normales, prácticamente ni se conocen. En muchos de ellos han aparecido estos días carteles con mensajes en los que algún vecino o vecina se ofrece a hacerle la compra o recoger un medicamento de la farmacia a personas mayores y colectivos especialmente vulnerables al brote de coronavirus, para evitar así que salgan a la calle y se expongan al contagio. Y es que cientos de universitarios, desempleados, profesores y tele trabajadores están ofreciendo estos días su ayuda a través de las zonas comunes de los vecindarios, de redes sociales, grupos de Whatsapp o hasta plataformas de anuncios.
Cada día vemos ejemplos en los medios de comunicación que nos muestran cómo unas personas ayudan a otras en esta situación tan complicada que estamos viviendo. La solidaridad es un valor humano fundamental en todo momento y más ahora con esta horrible Pandemia. Por eso precisamente conviene destacar estas actitudes ejemplares en situaciones, como las actuales, de verdadero conflicto social. Lo que no cabe la menor duda es que la ayuda mutua, la solidaridad resulta imprescindible para superar tiempos difíciles.
En enero, nadie hubiera pensado que iba a ocurrir todo lo que se está viviendo pero, a pesar de las dificultades, es conmovedor ver cómo muchas personas se implican creando un espíritu común. Muchas personas actuamos con entusiasmo solidario en Los aplausos de la tarde. Cada día, a las ocho de la tarde, salimos a aplaudir a los balcones, ventanas y terrazas para agradecer y apoyar la labor que realizan los sanitarios y otros profesionales en la lucha contra el coronarivus y para que todos los servicios esenciales funcionen. Es un momento muy emocionante en el que vemos a otros vecinos y sabemos que estamos juntos en esta dura batalla.
Algunos caseros han querido ayudar a sus inquilinos tanto en viviendas como en locales comerciales y les han condonado el pago del alquiler, para ayudarles en este difícil momento. No podemos olvidar que el cierre de comercios ha dejado a muchas personas sin actividad y sin ingresos.
Médicos y psicólogos ofrecen servicios gratuitos. Numerosas personas necesitan hablar con un médico y hay multitud de profesionales que se han prestado a dar su ayuda desinteresada en estos casos. Por otro lado, la situación que supone el confinamiento y el no saber qué va a ocurrir, puede afectar psicológicamente a las personas por lo que los psicólogos también están ofreciendo servicios gratuitos.
La solidaridad nos permite aportar nuestro grano de arena en los momentos más difíciles. Una pequeña idea puede ser un motor que impulse grandes cambios. Uno de los problemas más urgentes es la falta de equipamiento y material en los hospitales para asistir a los pacientes que lo necesitan y, al mismo tiempo, que el personal sanitario se proteja del contagio. Con este argumento han surgido distintas iniciativas que intentan ayudar a través de la tecnología, la ciencia y la innovación a fabricar este material tan necesario. Muchas personas se están uniendo de forma espontánea e incluso se están organizando a través de Plataformas Solidarias que ponen en contacto a sujetos que quieran prestar ayuda, con personas que la necesiten. La ayuda puede consistir en una llamada por teléfono para hacer compañía, hacer la compra o ir a la farmacia a por medicamentos, por ejemplo.
De igual manera, un grupo de ingenieros y personal médico han unido sus conocimientos para desarrollar un modelo de ventilador de bajo coste, de producción rápida. Varias empresas, instituciones y profesionales se han incorporado para crear Ayuda Innovadora a la Respiración (A.I.RE). Esta iniciativa surgió de un grupo de WhatsApp en el que médicos, ingenieros y emprendedores intercambiaron opiniones con la idea de encontrar soluciones baratas y rápidas para la ventilación de los pacientes. Además de ventiladores y respiradores, también se están creando mascarillas y viseras protectoras con impresión 3D.


Comentarios

  1. Conmovedor artículo que comparto plenamente. La sociedad necesita recibir u palo para tomar conciencia de lo que somos y hacia donde vamos

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