lunes, 21 de septiembre de 2015

El triunfo de los vulgares



Nos hemos convertido en un país mediocre.

Hay que aceptar que la crisis que seguimos sufriendo ahora es más que económica, va más allá de los políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Nuestros problemas no se terminarían solo: cambiando a un partido por otro.
Debemos reconocer que el principal problema de España no el euro o la señora Merkel. Debemos reconocer, para después intentar corregirnos, que, nos hemos convertido en un país mediocre; y ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana, ni tampoco en unos años. Somos el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más aventajados, los primeros en ser ascendidos en la oficina de lo público, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones sin importarnos lo que han hecho hacen o hagan. Cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la tienen. Estamos tan acostumbrados a esta mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas.
¿Acaso no consideras mediocre un país donde sus habitantes pasan 134 minutos al día frente a un televisor? con programas que nos muestra la inmundicia humana llevada a exponentes de basura, en donde su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo. O reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
Un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para poder sobrevivir con su trabajo y sin embargo paga auténticas fortunas a deportistas que se dedican a dar patadas a una pelota. Un país con una cuarta parte de su población en paro que sin embargo encuentra motivos para indignarse cuando su equipo pierde ante otro más sencillo o que el triunfo o la brillantez del vecino provoque recelo en su entorno inmediato. Un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que jamás ejercieron sus respectivas profesiones, que buscaron en la poltrona política el más relevante modo de vida haciendo de la mediocridad la gran aspiración, perseguida sin complejos por miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso de Gran Hermano.
Tenemos una pléyade de políticos, en nuestra proximidad más cercana, que desprecian sin aportar una idea y que se rodean de mediocres para disimular su propia mezquindad o estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza. Un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los vulgares, arrinconando la excelencia hasta dejar marchar a los brillantes o engullirlos por la imparable marea gris de la mezquindad. Un país que para lucir sin complejos su bandera, necesita la motivación de algún éxito deportivo como haber ganado la copa de Europa de baloncesto.

martes, 11 de agosto de 2015

El duro liberalismo económico de Europa



Una unión monetaria mal planteada.
Una situación que parece incuestionable es que el euro no ha sido capaz de evitar la quiebra y la destrucción de economías que lo conforman por eso, tal vez en los próximos meses, será inevitable que se adopten medidas de reforma monetaria y un replanteamiento de las reglas de la UE.
Parece claro que tanto Alemania como Francia no van a dejar que Grecia salga del euro y por mucho que amenacen con ello. Alemania, es la más favorecida de que países como Grecia, Portugal, Irlanda o España formemos parte de una unión monetaria mal diseñada para que actúe en su favor. Y también porque conoce que después de un periodo de sufrimiento  Grecia y las otras recobrarían su economía y niveles de bienestar, mostrando así a otros países que, más allá del euro es el caos.
Alemania, está realizando su guerra económica particular, para situarse como la potencia europea incuestionable y hegemónica, nuevamente habrá “invadido” económicamente al resto de la Europa desarrollada y para conseguirlo tensará al máximo la situación para reforzar su imagen de potencia europea todopoderosa. Permitiendo incluso que a Grecia intente apoyarse en Rusia para que de esta manera los Estados Unidos potencien el flanco militar europeo en beneficio teutón. Por eso Francia y en cierto modo el Reino Unido se opondrían a que los alemanes acosen en exceso a Grecia, pues quieren evitar que a su potencia económica e institucional se sume un papel aún mayor como gendarme y potencia militar europea y que entonces, con toda la razón  se despierten todos los demonios del pasado que todavía perdura en la inconsciencia de algunos alemanes.
Alemania, es efectivamente quien vence porque es quien obliga y quien manda en Europa. Es verdad que el poder imperial que Alemania ejerce sobre el resto de Europa y las políticas que impone Merkel le vienen permitiendo obtener grandes excedentes comerciales y beneficios, pero éstos no se distribuyen equitativamente entre su población. Lo mismo que empobrecen a otros países, abaten también a sus compatriotas. Desde hace años, la tasa de pobreza no deja de aumentar por sus políticas y Alemania es el país de Europa donde la riqueza se distribuye más desigualmente.
Sabemos que Grecia y también los países que como España están debiendo dinero, pierden porque las medidas económicas que se le imponen forman parte de un protocolo de actuación que se ha aplicado históricamente  en todo el mundo desde hace años y cuyos efectos están perfectamente experimentados.
En definitiva, debemos pensar que todo  está bien elaborado e instrumentado por los poderes económicos de Europa, una Europa liberal y fuertemente capitalista que pretende establecer una brecha, casi insalvable, entre el poder económico con mayúscula y la clase trabajadora. Parece

jueves, 2 de julio de 2015

Nos ocupa a todos



Con Grecia como telón de Fondo


Hay que salvar a los bancos y poner grilletes a los banqueros.

Dicen que lo mejor del sol es la sombra. Pero ahora los rayos del sol caen verticalmente y desaparece la sombra. En la Tierra un ser sin sombra es la abducción directa y sirve de referencia para medir cualquier cosa. Es como un cuento que comienza: “Érase una vez…” y te montas una historia maravillosa donde aparecen los magos, las alfombras voladoras, los ríos de leche y miel, las ánforas de vino, los dátiles y las muchachas y muchachos hermosos.
De esto se dio cuenta un griego, que desgraciadamente ya no se encuentra entre nosotros, y que se llamaba Eratóstenes, rector de la Biblioteca de Alejandría, una persona preparada para la filosofía lógica y que ahora ha podido reencarnarse  en otro heleno llamado Janis Varoufakis, que como Pericles ha tenido la mayor fortuna que puede tenerse en este mundo: la de nacer en el momento oportuno. Un griego al que la prensa del corazón ha convertido en sex simbol, la prensa amiga en héroe y la contraria en monstruo, en un chulillo de barrio. Tenemos opiniones sobre el para todos los gustos.

Pero hay una cosa si debemos tener meridianamente clara y es que ha bajado a los dioses del Olimpo europeos del euro y los ha colocado directamente a la sombra, los ha desnudado y les ha dejado en cueros, explicando lo que todo el mundo sabemos: que los griegos (tampoco los españoles, ni portugueses, ni irlandeses……ni italianos) no pueden pagar las deudas, porque no tienen dinero para pagar los intereses. Grecia, les ha propuesto un plan a los señores del norte recortando los grandes gastos militares y subiendo los impuestos a los ricos y le han dicho que no, que hay que cortar las pensiones a los jubilados y subir los impuestos del pan, del agua, de la gasolina, y la luz precisamente todo lo que empobrece más a la población ya empobrecida.

Si no hacen eso no les darán más créditos. Varoufakis les ha dicho que hagan lo que quieran, pero que de cualquier manera no van a cobrar ni los intereses ni el capital porque, además, de toda la deuda que se ha acumulado, Grecia se ha beneficiado muy poco; la mayoría de los euros se lo han llevado los grandes bancos alemanes y franceses. Ya está claro que no es cuestión de dinero sino de poder, de puro poder de unas potencias económicas que están declarand
o su guerra particular. La Troika utiliza a sus técnicos como teólogos de la economía considerando que los mercados terminarían arreglando la situación  para esconder a la selecta cuadrilla que manda el mundo liberal globalizado sin presentarse a las elecciones: los banqueros.

Varoufakis cabalga por el viento buscando la sombra perdida de los ciudadanos griegos de a pie y después de mostrar otra imagen distinta que pudiera llegar a contagiar a todo un área de Europa que tuvo que conformarse en el reparto con las migajas de servicio y turismo soleado para el reposo del guerrero del primer mundo europeo con Alemania a la cabeza. Si el Sr. Billy Brown levantara la cabeza posiblemente se moriría del susto.

lunes, 29 de junio de 2015

Ante el tema griego.






Decía Gandhi, No hay peor violencia que obligar a  morir de hambre.
Cuando expulsaron de Atenas por falsificar moneda a Diógenes de Sinope, él se defendió alegando que únicamente había hecho lo que el oráculo le había aconsejado. “vosotros me condenáis a irme de Atenas, y yo os condeno a vosotros a que os quedéis”.

El discurso del presidente griego dado a su nación empezaba así: Desde hace ya seis meses, el gobierno griego ha estado librando una batalla en condiciones de asfixia económica sin precedentes, con el fin de implementar el mandato que el pueblo nos legó el 25 de enero. El objetivo por el que estábamos negociando era poner fin a la austeridad, y permitir así que la prosperidad y la justicia social regresaran a nuestro país. 

Grecia debería abandonar Europa, el euro y todo el lastre que la está hundiendo y comenzar una larga y dolorosa travesía por el desierto de final tan incierto como esperanzador. Debe decidir si prefiere someterse a las condiciones de los gestores de los acreedores o romper las exigencias y comenzar en solitario una andadura llena de dificultades y penurias. Pero en cualquier caso, el apoderado habrá cumplido con rigor y profesionalidad y los ciudadanos griegos se harán responsables de su destino. Desde luego resulta pasional romper las normas y apearse del tren europeo. Lo pragmático pudiera ser seguir viaje en él, aun rindiéndose a las humillantes condiciones de los acreedores. Como ya hemos indicado, sí decide bajarte, le espera una vida severísima, pero que será suya. Si concluye continuar, el viaje presentará nuevos y graves obstáculos y su vida ya no será autónoma.  Si se baja del tren, posiblemente otros viajeros, también decidieran bajarse, entoces sí se generaria un grave problema y el tren podría descarrilar.

Si Grecia se aviene, todo seguirá igual.  La izquierda podrá comenzar a hacer camino al andar, aunque los griegos vayan descalzos. Pero de una vez por todas habremos salido de esta angustia de Europa y sus inhumanos rectores e insolidarios países.

Entonces Syriza deberia avisar a los países ricos de Europa: si nos salimos será con todas las consecuencias, vamos a nacionalizar la miseria. Toda la miseria. Ya que nos obligan a vivir como hace  décadas.... y hay que demostrarles que la jugada llevada más allá de ciertos límites tiene consecuencias. Funestas también para ellos.

  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...