Ante el tema griego.
Decía
Gandhi, No hay peor violencia que obligar a morir de hambre.
Cuando expulsaron de Atenas por
falsificar moneda a Diógenes de Sinope, él se defendió alegando que únicamente
había hecho lo que el oráculo le había aconsejado. “vosotros me condenáis a irme de Atenas, y yo os condeno a
vosotros a que os quedéis”.

Grecia
debería abandonar Europa, el euro y todo el lastre que la está hundiendo y
comenzar una larga y dolorosa travesía por el desierto de final tan incierto
como esperanzador. Debe decidir si prefiere someterse a las condiciones de los
gestores de los acreedores o romper las exigencias y comenzar en solitario una
andadura llena de dificultades y penurias. Pero en cualquier caso, el apoderado
habrá cumplido con rigor y profesionalidad y los ciudadanos griegos se harán responsables
de su destino. Desde luego resulta pasional romper las normas y apearse del
tren europeo. Lo pragmático pudiera ser seguir viaje en él, aun rindiéndose a
las humillantes condiciones de los acreedores. Como ya hemos indicado, sí
decide bajarte, le espera una vida severísima, pero que será suya. Si concluye
continuar, el viaje presentará nuevos y graves obstáculos y su vida ya no será
autónoma. Si se baja del tren, posiblemente otros viajeros, también
decidieran bajarse, entoces sí se generaria un grave problema y el tren podría
descarrilar.
Si
Grecia se aviene, todo seguirá igual. La izquierda podrá comenzar a hacer
camino al andar, aunque los griegos vayan descalzos. Pero de una vez por todas
habremos salido de esta angustia de Europa y sus inhumanos rectores e
insolidarios países.
Entonces
Syriza deberia avisar a los países ricos de Europa: si nos salimos será con
todas las consecuencias, vamos a nacionalizar la miseria. Toda la miseria. Ya
que nos obligan a vivir como hace décadas.... y hay que demostrarles que
la jugada llevada más allá de ciertos límites tiene consecuencias. Funestas
también para ellos.
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