sábado, 8 de diciembre de 2018

En las redes sociales

Nos hemos vuelto adictos a insultar, pensando que no pasa nada.
Los prodigios de las redes sociales han revolucionado nuestro concepto de correspondencia social e inversión en tiempo libre. En ellas buscamos relaciones con aquellos con los que perdimos trato, mantenemos amistades, nos ponemos al día de la vida de los demás, conocemos a gente nueva o incluso encontramos trabajo, informamos y somos informados
Sin embargo, las redes sociales despiertan un debate en torno a la privacidad, la injuria, los atentados al honor, la adicción a estar interconectado con cientos de amigos, el descenso de la productividad en el trabajo, etc.
Pero además si las redes sociales se usan poniendo por delante una buena dosis de ignorancia, se pueden tornar peligrosas. España pertenece al llamado primer mundo, la vieja Europa fue cuna del desarrollo cultural, fuente de cultura durante siglos. Nuestro país, durante algún tiempo, estuvo aislado del resto del continente europeo donde se producían las relaciones culturales del mundo democrático.
El tiempo que llevamos en connivencia con la vieja Europa, nos hemos dado cuenta de nuestras carencias educativas de nuestra IGNORANCIA. Si hemos de ser pesimistas por algo, tendríamos que serlo por el obscurantismo, empezando, eso sí, por los propios medios de comunicación, por mí mismo, y acabando por la propia sociedad, con el estamento superior de la clase dirigente.
Tal vez por eso los insultos en redes sociales son el pan de cada día. Creo que nos hemos vuelto adictos a insultar porque pensamos que por este camino nos hacemos más importantes, sin embargo, lo que hacemos es devaluar nuestra opinión, además el consumidor apenas se da por enterado. Es una opinión muy generalizada la de creer que en las redes sociales se puede actuar con total impunidad AMPARADOS EN EL ANONIMATO y nada más lejos de la verdad.
Se tiende a creer que gracias a la libertad de expresión podemos decir libremente todo lo que queramos, olvidando que, frente a ese derecho, a la libertad de expresión, prevalece siempre el derecho al honor, como derecho fundamental protegido por nuestra Constitución. Con frecuencia vemos que en algunas redes sociales se profieren injurias, mentiras, acciones que son constitutivas de delito y que deben ser objeto de persecución penal, en función de las circunstancias que concurran. Muchos políticos se comen el marrón. Pero las personas jurídicas al margen de la política no actuamos de la misma manera.
Los delitos de injurias sólo pueden perseguirse por denuncia de la persona agraviada, aportando el documento digital. Una vez denunciados los hechos se abre en el juzgado de instrucción un proceso para el enjuiciamiento de delitos en el que se citarán a juicio a las partes. El Juez, tras practicar las pruebas (es importante conservar digitalmente los documentos), dictará sentencia contra la que cabe recurrir en apelación ante un magistrado de la Audiencia Provincial.
El proceso se inicia con una investigación por parte del cuerpo especializados de la Guardia Civil, que llegarán sin ninguna dificultad a nuestra dirección de correo y mucho más fácil si se realiza a través de un servidor. La Guardia Civil cuentan con Brigadas especializadas en delitos tecnológicos que son capaces de averiguar la ubicación física del dispositivo telemático empleado para cometer el delito, averiguar quién es su titular y reclamar una indemnización por los daños y perjuicios que entendemos que se nos ha causado, por la lesión a nuestro derecho al honor, amparando nuestra reclamación en la vulneración de la Ley 1/82 de 5 de mayo de Protección Jurisdiccional civil del derecho al honor, intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
Es verdad. Cuando no tenemos memoria de los errores cometidos, cuando no se posee ese pretérito amontonado de nuestra propia existencia, no queda más que ignorancia. Es como un eterno volver a empezar en el que nada se resuelve. Y es ahí donde los demagogos levantan cada día su tienda ante la muchedumbre, con la certeza de que no serán reconocidos por aquellos a los que defraudaron ayer. También advertía sobre todo esto Ortega: “Los demagogos han sido los grandes estranguladores de civilizaciones. La griega y la romana cayeron a manos de esta fauna repugnante. La demagogia es una forma de degeneración intelectual”.
Antonio Machado dejó versos que no deberíamos olvidar los españoles: “Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. / Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.” Esas infatuaciones despectivas se repiten hoy cada día, porque “la ignorancia es muy osada”.

martes, 27 de noviembre de 2018

Crítica y vigilancia al poder.

DIVORCIO ENTRE POLÍTICOS Y CIUDADANOS.
Nos sentimos avergonzados de la clase política, oprimidos por el desempleo, el avance de la pobreza, la desigualdad. El enchufismo, la arbitrariedad, el despilfarro público, el avance de la corrupción, el rechazo ciudadano a la clase política… y toda una lista de males capaces de arruinar la convivencia.
Tenemos un problema de líderes políticos. Algunos que son amantes de quedarse con parte del dinero público, demasiados ineptos o irresponsables y algunos están tocados e igualmente combinan estos defectos. Pero por si poco también tenemos un problema de seguidores y las democracias están siendo sacudidas por los votos de ciudadanos indolentes, desinformados o de una ingenuidad solo superada por su irresponsabilidad.
No cabe la menor duda de que hay que esforzarse en buscar mejores líderes y mejorar la calidad de los seguidores. Es indiscutible, que ciudadanos mal informados o políticamente apáticos los ha habido siempre y que no saben por quién están votando: lo cierto es que los votos de los indolentes, los desinformados y los confundidos nos amenazan a todos.
Muchos españoles nos sentimos avergonzados de la clase política, España es hoy un país mal gobernado y dominado por el desempleo, el avance de la pobreza, la desigualdad, el desprestigio, la desconfianza en el liderazgo, el divorcio entre políticos y ciudadanos, la degeneración de la democracia y otros muchos males que han un crecimiento de la inseguridad, enchufismo, arbitrariedad, despilfarro público, avance de la corrupción, rechazo ciudadano a la clase política y toda una lista de males y dramas capaces de arruinar la convivencia y de hundir a la nación
Las encuestas señalan, cada vez con más contundencia, a la clase política como el tercer gran problema de España y consideramos a los políticos como culpables de todos los males, lo que representa un rechazo insoportable que crea una situación insostenible en la política española. algunos medios cuestionan ya abiertamente la falta de preparación y de exigencias a los políticos para que ocupen cargos públicos de relevancia. La lucha por la regeneración exige plantar cara a los políticos y no permitir nunca más sus abusos, chanchullos y mentiras sociedad en su conjunto, pide limpieza y acierto a sus dirigentes políticos.
Si España estuviera poblada por ciudadanos responsables en lugar de borregos sometidos, la presencia de un político corrupto en cualquier espacio público debería provocar el abandono inmediato del local por parte de los ciudadanos presentes, un gesto de protesta democrática destinado a hacer ver al corrupto que su comportamiento merece el desprecio de la comunidad ciudadana.
El tradicional trato de respeto y consideración hacia los cargos públicos empieza a carecer de sentido y, a partir de ahora, debe ser selectivo y dispensarse solo a los que lo merezcan, pero nunca a los que intentan destruir nuestros intereses ciudadanos, a los que viven en la corrupción, a los que conviven con corruptos sin denunciarlos, a los que militan en partidos minados por la corrupción y con las cárceles llenas de dirigentes, a los que despilfarran, a los que disfrutan de privilegios inmerecidos y a los que causan dolor y sufrimiento a los ciudadanos, tras haber traicionado el concepto de servicio en la política y la obligada defensa del bien común.
La crítica y la vigilancia ciudadana al poder son actitudes propias de la democracia, mientras que el sometimiento a los que mandan es el más típico rasgo de las dictaduras. Oponerse a los desmanes honra a los que lo hacen y los convierten en vanguardia de la sociedad. En España, donde estamos padeciendo con dureza los errores, abusos y corrupciones de la clase dirigente, algún día se reconocerá a los que hoy se oponen al poder político con la crítica, el descrédito y otros recursos pacíficos, el mérito que hoy se les niega.
Permitir que una clase política tan inepta, arbitraria, injusta y arrogante como el actual desmonte servicios y derechos básicos, además de aplastar al ciudadano con los impuestos más altos y abusivos, sin que antes hayan cerrado una sola televisión pública o hayan suprimido las odiadas subvenciones a los partidos políticos y sindicatos es de una cobardía suprema y significaría bendecir la opresión y el derecho de la clase política a sojuzgar a sus ciudadanos.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Ante el pesimismo antropológico de los españoles

España, mejor país europeo en esperanza de vida.
El prestigioso periódico The Economist considera a nuestro País, el mejor del mundo para nacer, el más agradable para vivir y el más seguro para viajar sin peligro por todo su territorio, Que nuestro nivel democrático está muy por encima de países como Bélgica, Francia e Italia
Desde que España comenzó a interesar como objeto de atención más allá de nuestras fronteras. La “mirada del otro” ha sido muy variada. Así, encontramos un hispanismo leído, interesado por nuestro país a través de las lecturas de la literatura española y un hispanismo vivido que ha asimilado España a través de los viajes, las estancias y el contacto directo. No faltó tampoco el hispanismo imaginado, producto del puro imaginario o de los relatos de los exiliados españoles expatriados fuera del país.
Actualmente y pese al pesimismo antropológico de los españoles, que siempre hemos considerado que lo foráneo era mejor y España estaba a la cola de la Europa de primera velocidad. El prestigioso periódico The Economist, publicación semanal en lengua inglesa, con sede en Londres, que aborda la actualidad de las relaciones internacionales y de la economía desde un marco global. es similar al de una revista.  Este periódico ingles de proyección mundial, considera a nuestro País, España, el mejor del mundo para nacer, el más agradable para vivir y el más seguro para viajar sin peligro por todo su territorio, según Deloitte y Social Progress Imperative (SPI), que examina a 128 países, en base a 50 categorías.
Según The Economist, nuestro nivel democrático está muy por encima de países como Bélgica, Francia e Italia; es líder mundial en donación y trasplantes de órganos, en fecundación asistida, en sistemas de detección precoz del cáncer, en protección sanitaria universal gratuita. El mejor país europeo en esperanza de vida y líder mundial, detrás de Japón. También es de lo mejor del mundo en energía eólica, en producción editorial, en conservación marítima, en tratamiento de aguas, en energías limpias, en playas con bandera azul, en construcción de grandes infraestructuras ferroviarias de alta velocidad, líder mundial en la detección precoz del cáncer. Y encima tenemos la segunda mejor cocina del mundo.
Frente a la agresividad que rezuman los telediarios, España es el país de menor violencia de género en Europa, muy por detrás de las socialmente envidiadas Finlandia, Francia, Dinamarca o Suecia; el tercero con menos asesinatos por 100.000 habitantes, y junto con Italia el de menor tasa de suicidios. Dejando aparte la historia, el clima y el paisaje, las fiestas, el folklore y el arte cuya riqueza es evidente, España posee una de las lenguas más poderosas, más habladas y estudiadas del planeta y es el tercer país, según la Unesco, por patrimonio universal detrás de Italia y China.
España posee un clima y un paisaje diverso y envidiable, con zonas rurales únicas con folclore, fiestas y tradiciones muy variadas, y una historia muy antigua y rica. Además, es reconocida como uno de los pueblos más sociables. The Economist considera igualmente que España tiene uno de los sistemas de protección sanitaria gratuita más completos del mundo
El español es el segundo idioma más hablado del mundo, cuenta con más de 477 millones de personas, y el número asciende a 572 millones si se suman los hispanohablantes que utilizan el español como segunda lengua o extranjera. Seguirá creciendo para situarse, en 2050, en los 754 millones de personas, con distinto grado de dominio de la lengua. Además, se calcula que para 2060 Estados Unidos se convertirá en el segundo país hispanohablante del mundo, después de México, que contará con 119 millones de personas.

jueves, 12 de julio de 2018

Hay que morir, mientras vivimos.


Cuando se ha gastado, con mucho, la mayor parte de la vida.
He cumplido muchos años. Volveré a agradecer los cumplidos con deseos sinceros de quienes aspiran a convencerme de que lo mejor es cambiar de tema.
Al andar se hace el camino,y al volver la vista atrás
se ve la senda que nuncase ha de volver a pisar.
No faltan, los buenos amigos que recurren a asegurarme que  se han ampliado tanto las fronteras que, a mis años, se es mucho más joven que en el pasado y que, por lo tanto, la expectativa de vida es mayor, además soy un eterno enfermo con salud de hierro. Y todo ello sin dejar de agradecer a quienes, al conocer mi edad, no dudan decir que no la aparento, que son muchos los de mi generación que desearían encontrarse tan bien como yo me encuentro.
Aparento estar bien de salud, la alegría de vivir no me abandona, disfruto del amor y del cariño de mi familia e intento prodigarlo a manos llenas. Mi vocación utópica de la vida sigue intacta. Conozco la familia, la amistad, la docencia y mi entusiasmo por ambas no han languidecido. Leo, escribo e intento enterarme y estar en mi mundo, con más perseverancia que en el pasado. No sé vivir sin Esperanza, que cultivo cada día en todas las pequeñas cosas. La fortuna me ha bendecido con una magnifica familia, cuatro maravillosos hijos y además he hecho dos carreras, escrito tres libros y conozco la experiencia de ser abuelo… ¿qué más puedo pedir?
¿Me doy acaso por cumplido y, saciado, quiero partir? ¿Ya lo tengo todo y nada me queda por ganar? ¿Se ha quedado sin futuro mi deseo?... Nada de eso, obro y deseo con la intensidad de siempre. Lo que no quiero, lo que temo, justamente, es que la muerte se olvide de abrazarme cuando ya no pueda vivir como vivo. Con esta intensidad, con este entusiasmo, con este deseo. Cuando de mí no quede sino un saldo, las frías cenizas de un fuego que se apagó. Para que eso no suceda, lo mejor sería no abusar de los años.
No quiero dejarme engañar por la tentación de trescientos días más y luego otros trescientos y terminar perdiéndolo. ¿Pero qué hacer para remediarlo si se renuncia al suicidio? Hay gente afortunada y gente en manos del infortunio. La primera es arrancada a sus pasiones sin haberlas perdido. En el goce de su intensidad. La segunda se sobrevive, integra la extensa caravana de los que se han excedido durando más años de los que lograron vivir. Inexisten; son pura permanencia. O nostalgia sin más de lo sido.
Nací sin voluntad de hacerlo y moriré sin quererlo e igual que cuando nací no necesitare nada, todo lo que poseo se quedará aquí. Espero que sea para disfrute y recuerdo de los demás, para que la evocación perdure con mi obra, mi trabajo y fundamentalmente mi amor.
Deseo estar lejos de los tormentos que atribuye el deterioro del cuerpo y de la mente. Y si la muerte oportuna, tal como la entiendo, no llega cuando se aclama, sólo cabe implorar que sobrevenga.
Mi vida ha sido larga, larga en logros, emociones y revelaciones que reflejaron miserias y riquezas. El arte del bien morir no puede ser otro que el de morir estando bien.  Sabiéndonos protagonistas de lo que nos pasa. Morir mientras vivimos, porque la verdadera muerte se enmascara en ese después y cuando la mejor inquietud ya se ha perdido y se espera la recompensa del más allá.

viernes, 27 de abril de 2018

Los hechos describen una salvajada. Ninguna mujer puede sentirse bien


Un palo tremendo para las mujeres
La reciente sentencia dictada por el juez de Pamplona contra la “Manada” ha hecho que infinidad de personas, la mayoría mujeres, se hayan manifestado en ciudades de toda España en reprobación por la sentencia judicial.
Las protestas llegaron después de que la Audiencia de Navarra condenase a los cinco miembros de este grupo, juzgados en la capital navarra por la violación grupal de una joven en Pamplona durante los Sanfermines de 2016. Desde los poderes públicos no se puede "en ningún caso incitar a tomar la justicia al margen del Estado de derecho. Son los jueces los que visionaron los vídeos y los que dictan las sentencias".
Los acusados, que están en prisión preventiva desde julio de 2016, se enfrentaban a una petición fiscal de 22 años de prisión cada uno. Además uno de los magistrados ha emitido un voto particular en el que aboga por la absolución.
La sentencia de La Manada ha sido "un varapalo tremendo para las mujeres, el "dolor" y la "indignación" por lo que esta sentencia supone de "falta de respeto" hacia su libertad, su igualdad y su derecho a la sexualidad y a vivir la noche y la fiesta en las mismas condiciones que los hombres.
En el objetivo de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres hay omisiones manifiestas. Es notorio que falta legislativa contra todas las formas de violencia y no abordar las causas estructurales de discriminación y violencia contra las mujeres, Estamos en una sociedad injusta en la que la desigualdad entre uno y otro sexo es visible en múltiples aspectos  y siempre la mujer se queda con la peor parte.
Entendemos que los hechos fueron muy graves que la mujer fue violentada y las sergas son de violación, por eso esta sentencia constituye un mensaje de desesperanza para las mujeres al aceptarse nuevamente esa discriminación por razón de sexo con el argumento de que “España es así ”¿para qué vamos a cambiar nada si estamos muy bien así mandando los hombres?
Es un momento para hacer una reflexión" sobre el modo en que está tipificada la violencia sexual en España y muy posiblemente puede resultar urgente promover una reforma sobre el Código Penal.
La sentencia reconoce que se ha cometido un delito, que hay una víctima, sobre la que se ha atentado contra su integridad sexual.  Tal vez haya que pensarse cambiar las calificaciones de agresión sexual y abuso sexual, también qué se considera violación y qué no.




  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...