Levanto la copa de la vida
Querido Carlos: Alguna noche siento como si estuviera pasando un rato a tu lado, luego despierto y tú no estás…. Nada puedo hacer para revertir el pasado, te recuerdo sentado a la puerta de casa con aquel muñeco de goma negra, que los miembros estaban reforzados con alambre. Siendo adolescente, tú movías los brazos y las piernas de aquel monigote y lo vestías con todo trapo que considerabas oportuno. Tanto jugaste con él, que termino por romperse los alambres quedando con los brazos abiertos en forma de cruz. Aquella imagen, del muñeco y tú, estaba tan grabada en mi mente que me impulsó a un poema: a ese muñeco negro de goma y alambre y que paso a ser una premonición de tu vida. Muñeco negro, juguete roto, maniquí de juegos infantiles, reo mudo de ilusión temprana. Rompiste tus piernas quebraste tus brazos de goma y alambre. Juguete roto, ilusión quebrada a una edad temprana, maniquí de juegos infantiles, testigo callado de otras sensaciones. Rompiste tus piernas quebraste t