martes, 25 de diciembre de 2012

¿Tenemos la clase política que nos merecemos?




La clase política española no se ha constituido como un grupo de intereses particulares, sino que se ha conformado como una auténtica élite esquilmadora. Y ello, lo ha logrado a través de un sistema de captura rentista que permite, sin crear nueva riqueza, detraer rentas en su propio beneficio. Igualmente, ha adquirido un poder que le permite condicionar y bloquear el funcionamiento de una sociedad abierta y un capitalismo dinámico, es decir, anquilosa al propio sistema de economía de libre mercado.

La resignación de la clase política de España es vergonzosa y no explica cual ha sido su parte de culpa en el paro de seis millones de compatriotas, en la quiebra parcial del sistema financiero y en el mantenimiento de un sector público momificado que no puede hacer frente a sus compromisos de pago.
¿Cómo es posible que, tras cinco años de iniciada la crisis, ningún partido político tenga un diagnóstico coherente de lo que le está pasando a España? Y tampoco tenga una estrategia o un plan a largo plazo creíble para sacar a España de la crisis o sea incapaz de planificar una solución que permita despejar el horizonte ¿Cómo es posible que la clase política sea incapaz de ser ejemplar?
¿Cómo es posible que nadie haya pedido disculpas? Y que la estrategia de futuro más obvia para España la mejora de la educación, el fomento de la innovación, el desarrollo y el emprendimiento y el apoyo a la investigación sea no ya ignorado, sino masacrado con recortes por los políticos mayoritarios.
La crisis ha acentuado el conflicto entre los intereses particulares de la clase política española y el bien común de España. Las reformas estructurales para permanecer en el euro chocan frontalmente con los mecanismos de saqueo de la casta política. La infinita desgana con la que se está abordando el proceso de reformas nos muestra las consecuencias que el reformismo producirá a la clase política en su sistema de captura de rentas. Es decir, y siendo claro, la casta política está “mareando la perdiz” con la esperanza de que la tempestad amaine por sí misma para que al final no haya que cambiar nada esencial. Como este escenario parece poco probable, tarde o temprano, la CPE se enfrentará al dilema de aplicar las reformas o abandonar el euro.
La confusión inducida entre reformas y recortes tiene el efecto perverso de intoxicar a la población para crear el caldo de cultivo necesario para, cuando la coyuntura sea propicia, presentar una salida del euro como una defensa de la soberanía nacional frente a una intromisión exterior que impone recortes drásticos al Estado del Bienestar.

Ahora quiero extrapolar este problema a nuestro entorno más inmediato. ¿Cómo los votantes estafados por algo diferente como Pivalde?,  no pusimos el grito en el cielo al usarse nuestro voto para intereses espurios y personales, para salvar los problemas económicos de la mayoría de sus miembros. 
¿Cómo es posible que los militantes del PP no vieran una estratagema inmunda? ¿Cómo los concejales del PP tragan con este “momio” y callan?.

Estos cambalaches, no sólo afecta a la visión que el ciudadano tiene de la clase política, sino que además es un ultraje al estado de derecho. Comparemos programas previos a las elecciones y juzguemos, si lo vivido con este pacto es un ultraje al ciudadano de Valdemorillo. 
¿Cómo es que la concejala nº 3 de Pivalde, no ha abandonado aún esta nave cargada de intereses poco claros?

...¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!...

sábado, 22 de diciembre de 2012

Más pobres, desiguales y menos democráticos.


...y... a pesar de todo: !FELIZ NAVIDAD!


“Después de décadas de denunciar la desprotección de las poblaciones más vulnerables  de  América Latina ante la imposición de las medidas de ajuste y austeridad y de trabajar junto a ellas para erradicar el impacto de la pobreza y la desigualdad en sus vidas, vemos en España una situación similar. El modelo de austeridad centrado en la reducción del déficit y el saneamiento de la banca mediante la inyección de fondos públicos financiados a costa de una deuda desorbitada, no genera crecimiento  ni empleo, sino todo lo contrario”, afirma José María Vera, director general de Intermón Oxfam


Aunque el punto de partida de España con respecto a los países de América Latina y Este Asiático cuando comenzaron sus crisis es diferente, las medidas aplicadas hoy en nuestro país son las mismas que generaron grandes bolsas de pobreza y abismales niveles de desigualdad en aquellos países.

El informe destaca que la actual espiral de menos crecimiento, menos impuestos recaudados, elevada evasión fiscal, salida masiva de capitales, deuda cada vez más cara (que devora los presupuestos) y una reducción brutal de las políticas públicas esenciales, incrementa los niveles de pobreza y desigualdad. Tras cuatro años de crisis, España encabeza el nivel de desigualdad en la Unión Europea

Más pobres, desiguales y menos democráticos.

“Estamos volviendo a la España de ‘Cuéntame’. Una España dual, de ricos y pobres. Más pobre, más desigual, con menos derechos sociales, y que da la espalda a los más vulnerables al  castigar de forma desproporcionada la cooperación para el desarrollo y las políticas sociales”.

Según destaca el informe, esta situación se producirá en la medida en que los argumentos financieros sigan imperando sobre los argumentos sociales, permitiendo que la riqueza siga acumulándose lejos del alcance de las clases medias.
Los números son demoledores. De no rectificarse el rumbo, dentro de diez años dos de cada cinco españoles serán pobres y el 20% de personas más ricas en España ingresarán 15 veces más que el 20% más pobre”, afirma Teresa Cavero, del departamento de estudios de Intermón Oxfam y autora del informe.

También resalta que tanto en América Latina como en el Este Asiático sólo comenzaron una etapa de crecimiento económico continuado, cuando abandonaron las recetas impuestas por los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional. América Latina tardó 25 años en reducir sus niveles de pobreza a los existentes en 1981 cuando comenzó la crisis.

“Las respuestas a las crisis son opciones políticas  y España y la UE están tomando un camino equivocado, que de no rectificar, nos abocarán a un nuevo “contrato social” entre los poderes y la ciudadanía. En este nuevo equilibrio de fuerzas, la participación ciudadana en las políticas públicas se restringe aceleradamente y el poder del Estado cede espacio frente a los mercados”, afirma Vera.

Hay alternativas a los recortes

El informe incluye recomendaciones alternativas a los recortes para propiciar un cambio de rumbo en esta grave situación en la que nos encontramos. Las principales medidas propuestas se basan en tres grandes ámbitos que son recaudar con justicia, blindar los derechos sociales y fortalecer la democracia.
  1. Es necesario aumentar la recaudación y la justicia fiscal, luchando contra los paraísos y la evasión fiscal, estableciendo medidas de recaudación progresivas que incluyan una tasa a las transacciones financieras internacionales y que financien la lucha contra la pobreza doméstica y fuera de nuestras fronteras. 
  2. Asimismo, es imprescindible blindar las políticas sociales y la cooperación para el desarrollo ante los constantes ajustes fiscales que se realizan. 
  3. Adoptar medidas de mejora y regeneración democrática, impulsando la transparencia (con una ley específica de acceso a la información homologable a las del entorno europeo, mucho más allá del actual borrador en discusión en el Congreso), y apostando por una ciudadanía activa, algo que parece ignorar el actual borrador de nueva ley de educación.

Para el director general de Intermón Oxfam “la crisis es una oportunidad para reorientar las políticas y centrarlas en las personas, haciendo aquello que no fuimos capaces de hacer para reducir la vulnerabilidad cuando los indicadores macroeconómicos eran positivos” y añade que “es hora de poner los pies en el suelo y tomar medidas contundentes que nos definan como sociedad, poniendo a las personas primero. Debemos construir un modelo más austero, más justo y más equitativo

La destrucción de las políticas sociales es un drama que afecta de forma desproporcionada a las personas más vulnerables del planeta, independientemente de dónde vivan. “La cooperación al desarrollo es una parte esencial de esa política para luchar contra la desigualdad y la pobreza a nivel global. Un mundo dual, en el que unos pocos ricos sean cada vez más ricos y muchos pobres sean cada vez más pobres conformará un mundo cada vez más injusto”, manifiesta Vera

El informe resalta que, a pesar de la grave crisis que atraviesa, España sigue siendo hoy uno de los países con mayor nivel de desarrollo. Nuestra renta es 50 veces mayor que la de cualquier país de la región africana del Sahel. La cooperación española tiene una larga trayectoria de 32 años de éxito y de experiencia. Sería una tragedia desmontar esa capacidad, desperdiciar esa experiencia, frustrar ese compromiso y abandonar a su suerte a millones de familias

viernes, 21 de diciembre de 2012

A veteranos adultos en su aproximación a jóvenes




Cada etapa histórica y cada modelo de sociedad han elaborado su propia juventud, aunque existe una misma tendencia dentro de las naciones occidentales. Hay procesos comunes como ha sido el proceso de industrialización y la transformación de la familia o los cambios demográficos. Pero el reconocimiento de esta etapa de juventud, como colectividad social a proteger ha estado vinculado a los procesos de reconocimiento de sus derechos.
Hoy se suele estar de acuerdo en reconocer desde la perspectiva temporal que la infancia se acaba entre los 13 o 14 años. Se diferencia una segunda etapa de transición, la Adolescencia y Pubertad que se sitúa a caballo entre la infancia y el comienza de una juventud madura, y que estaría entre los 10 y dieciséis años. Podríamos decir que se tiende a reconocer como colectivo de jóvenes a los comprendidos entre los 13 a los 24 años.
La situación de precariedad del trabajo para jóvenes está alargando ficticiamente la etapa de juventud. Y es que un puesto de trabajo ha sido el último y definitivo peldaño del período de juventud que justificaba todo el tiempo de preparación de este ciclo de la vida.

 
Mientras el menor está protegido por el Estado, a través de las etapas de educación obligatoria, no sucede lo mismo con el joven que abandona los estudios a niveles tempranos. Ni tan siquiera con los que a mayor edad y con más formación intentan emanciparse. El trabajo impone sus reglas. La familia de origen no puede transmitir el status adquirido por los padres. Al tiempo asistimos a una demanda de formación mayor que hace necesario superar el nivel formativo de los padres para adquirir el mismo status, si no menor. Es por esto que entre las clases medias y medias-bajas se ha generalizado la creencia de que la mejor herencia que se puede dejar a los hijos es la formación.
Los jóvenes no acaban de ser redefinidos. La imagen de joven contestatario, rebelde de los años 60, habita en el imaginario colectivo pero dista mucho de ser viable en el espacio social que hoy se dispone para ellos. El joven de la protesta es hoy adulto y eso es equivalente a integración, por tanto, tiene intereses sobre todo en mantenerse en un modelo social que selecciona a los individuos que define o califica de interesantes, valiosos o competitivos. La selección social es excluyente porque aunque todos son los llamados pocos serán los escogidos.
La disponibilidad de tiempo libre es lo que tienen en común los que están fuera del mercado de trabajo y por tanto son susceptibles de consumir cultura de masas. En este universo mediático, los protagonistas son los propios consumidores. La manipulación consiste fundamentalmente en aprovechar la frustrada emancipación de los jóvenes y la sustitución que éstos hacen de su falta de protagonismo social a través de modas, conductas, valores y gustos, para hacer ver que esta forma de vida es natural, deseable o envidiable.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Con el control necesario la corrupción se hace casi imposible



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Nuestra crisis económica deriva de la corrupción, del manejo o trasgresión de las normas que rigen el sistema económico. Está siendo un cáncer social que amenaza nuestra estabilidad de vida que nos obliga a la busca de culpables dentro de nuestro entorno más próximo. Planteándonos, desde ahora, un nivel de tolerancia cero. 


Las creencias y reacciones emocionales sobre la corrupción están teniendo consecuencias sociales importantes de inestabilidad política o económica. Con la crisis se ha bloqueado el acceso al crédito y se ha reducido la remuneración al ahorro, Sin embargo el testimonio de austeridad de la clase política local brilla por su ausencia, fijándose que no se justifican el trabajo, además repartiendo tapabocas para los funcionarios cómplices que ejercen de testigo de cargo.

Se debe sensibilizar y educar a quienes operan en el sistema financiero sobre las consecuencias negativas que, a corto y largo plazo tiene la tolerancia de la corrupción. Es preciso transmitir a nuestros políticos locales la idea de que frente a la corrupción sólo cabe la prevención, eliminando aquellas situaciones que conllevan riesgos de irregularidades que se vuelven contra quien las tolera o contra todo el sistema en su conjunto.


Ante esta situación, hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía para implicarse más en el control de la gestión económica, de la administración local. Hay que preguntar a los políticos, asistir a los plenos del ayuntamiento, reclamar información para obligar a hacer públicas las facturas. Ya que la corrupción es el resultado de tres factores: OPORTUNIDAD, BENEFICIO Y RIESGO: 


1. La oportunidad viene dada habitualmente por la concentración de poder de decisión en una persona u organismo, sin el control suficiente.

2. El beneficio se deriva de los ingresos que puede obtener el corrupto, que estarán relacionados con los beneficios o costes que puede hacer recaer con su decisión sobre el que paga.

3.  El riesgo se refiere a la detección de la corrupción y a su castigo. 


La lucha contra la corrupción se orienta, pues, a la reducción de sus oportunidades y beneficios y al aumento de sus riesgos. Tal vez por eso, la sociedad, debe hacer un análisis crítico en profundidad, tomando conciencia que pagamos de manera directa la mala gestión y todo aquello que se pueda derivar de cualquier despilfarro. El dinero no nos llueve del cielo, sale de nuestros bolsillos en forma de impuestos directos o indirectos. Mientras los ciudadanos no tomemos conciencia social, percatándose que el sueldo de todos los políticos sale de nuestros bolsillos y de nuestro trabajo. Difícilmente llegaremos a plantear el nivel de exigencia necesario para que el político se sienta justamente controlado.


  U n socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña. Cada persona mira a través de un cristal de di...