Me siento afectado y muy indignado por la “arenga” del concejal de VOX en el plenario de hoy.

Cuando alguien en una posición de poder, utiliza su plataforma plenaria para distorsionar un tema tan delicado como la inmigración, no solo está haciendo daño a las personas inmigrantes en Valdemorillo que ya enfrentan dificultades, sino también al conjunto de la comunidad al promover la desconfianza y el resentimiento.

Es injusto que se ataque o se desprecie a personas que han llegado a nuestro pueblo buscando un refugio, huyendo de situaciones extremas de violencia, pobreza o persecución. Estas personas no solo no están haciendo mal a nadie, sino que, en muchos casos, contribuyen de forma valiosa a la sociedad, integrándose, trabajando y respetando las normas de convivencia.

Lo que hace este tipo de discurso es deshumanizar y crear una narrativa donde el inmigrante se convierte en chivo expiatorio para problemas que tienen causas mucho más profundas. Un enfoque simplista que alimenta divisiones y conflictos innecesarios, en lugar de fomentar la solidaridad y el apoyo mutuo que necesitamos como sociedad para enfrentar otros desafíos muchos más importantes para el pueblo de Valdemorillo que son de su responsabilidad.

La indignación que siento es también una respuesta moral, un llamado a resistir este tipo de manipulaciones que van en contra de los valores fundamentales de humanidad y justicia. Quienes compartimos una visión más amplia y compasiva del mundo, debemos hacer frente a este tipo de mensajes con empatía, respeto y una defensa firme de la dignidad de todas las personas, sin importar su origen.

Debo poner nuevamente de manifiesto la gran contradicción en la que caen muchos discursos políticos que, en lugar de promover la convivencia y la empatía, utilizan el miedo y el rechazo hacia los inmigrantes como estrategia para obtener apoyo. Es crucial recordar que la mayoría de las personas inmigrantes que viven en nuestros pueblos, como bien menciona, no están haciendo mal a nadie. Al contrario, muchas de ellas realizan trabajos que son esenciales para nuestra sociedad, como cuidar de nuestros mayores o desempeñar labores de limpieza, trabajos que muchas veces no queremos hacer nosotros mismos. Estas intervenciones no solo distorsionan la realidad, sino que contribuyen a una espiral de desconfianza y resentimiento, haciendo que los sectores más vulnerables de la población sufran aún más. La desinformación, como la que se ha basado en ejemplos falsos de lo que ocurre en Inglaterra, no solo ataca a la verdad, sino que también dificulta un debate público sano y basado en soluciones reales para la gestión de la migración.

Sres. Concejales de los otros grupos políticos, es fundamental que, como sociedad, aprendamos a levantar la voz ante estos discursos. Tenemos que contrarrestar la retórica del miedo con hechos, con solidaridad y con una visión más amplia y justa del mundo. La inmigración es un fenómeno global que refleja una realidad humana muy profunda: el deseo de buscar una vida mejor. Y, todos de alguna manera hemos experimentado la migración en nuestras propias vidas, ya sea mudándonos a un pueblo cercano o, en algunos casos, cruzando fronteras en busca de seguridad o mejores oportunidades. Sin olvidar que los valores de dignidad humana y justicia social deberían ser el centro de cualquier debate sobre inmigración. En lugar de fomentar divisiones artificiales, es necesario reconocer que la cooperación, el respeto por los derechos humanos y la construcción de políticas migratorias basadas en la realidad y la humanidad son las únicas formas de enfrentar de manera efectiva este reto global.

Después de realizar estas intervenciones, quienes promueven este tipo de discursos pueden volver a su vida diaria sin reflexionar sobre las consecuencias de sus palabras. Para muchos, los problemas como la inmigración son abstractos, no afectan su día a día;pero para quienes huyen de situaciones de violencia o pobreza, es una cuestión de vida o muerte. También refleja una desconexión profunda con los valores de solidaridad y compasión que deberían estar en el centro del debate público. A menudo, se invoca la defensa de ciertos "valores" o "tradiciones", pero esas mismas personas ignoran los principios básicos de dignidad humana y justicia social que deberían guiarnos a todos.

Comentarios

  1. No me extraña que el comentario del representante de vox que haya hecho daño Jesús sabiendo como eres y cuáles son tus sentimientos cristianos de la vida. No lo he escuchado pero voy a hacerlo esta noche en el momento que pueda y mañana intentaré hacer un comentario complementario al tuyo

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  2. Yo no creo que los votantes de VOX sean lo que les llaman los santos varones de esta izquierda tan buena, que se dice progresista que nos gobierna.Yo les oigo hablar de inmigración ilegal. Contra la que yo estoy de acuerdo. Estamos sufriendo una marcha verde inaceptable.
    Por otro lado, pienso que, muchos, de los que defienden que esto siga sin control alguno, no los veo acogiendo en su casa a ninguno de estos amigos que llegan buscando una vida mejor.
    Me enseñaron, de pequeño, qué la caridad bien entendida, empieza por uno mismo.
    Pasadlo bien. Andrés

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  3. Eso de que la caridad bien entendida empieza por uno mismo, es una frase que demuestra el egoísmo de una sociedad a la que le faltaba de todo. Ahora afortunadamente no estamos en este caso y debemos ser solidarios con todos aquellos que no recuerdan épocas pasadas durante las cuales nos faltaban muchas cosas para vivir correctamente

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