Un socialista, no debería estar de acuerdo con el pacto entre socialistas en Cataluña.

Cada persona mira a través de un cristal de diferente color. De este modo, lo que para uno es verdad, para otro puede ser mentira, y viceversa. 

Cada uno de nosotros construye su propia realidad a partir de los datos que recibimos y los filtros que aplicamos. Por ello, en Una democracia, la verdad se debe constituir a través del debate, donde la crítica y el disenso son elementos esenciales.

Siempre me he considerado socialista, socialista cristiano, no adscrito a partido alguno, que cree en una sociedad basada en la igualdad, donde todos tengamos las mismas oportunidades; no puedo admitir el acuerdo de Cataluña que plantea más beneficios por contribución económica que contradice el principio de igualdad que subyace en el socialismo.

El Estado, desde una perspectiva socialista, tiene un papel crucial en la redistribución de la riqueza y en la creación de condiciones de igualdad de oportunidades. Sin embargo, esto no implica necesariamente una nivelación absoluta de los resultados ya que el socialismo es un proceso constante de transformación social.

El socialismo enfatiza la importancia de la solidaridad. La demanda de un trato preferencial para Cataluña podría interpretarse como una falta de solidaridad con otras zonas menos favorecidas si se acepta que una región debe recibir más beneficios en función de su capacidad de pago. Reforzando las desigualdades existentes y dificultando la construcción de una sociedad europea más justa.

Es necesario encontrar un equilibrio entre los principios de igualdad, equidad y eficiencia. La búsqueda de soluciones a este tipo de conflictos debe basarse en el diálogo y el consenso, y no en la imposición de una visión unilateral. Por todo ello la postura de los partidos socialistas catalanes plantea interrogantes importantes sobre la compatibilidad entre los principios del socialismo y determinadas demandas políticas. Es necesario analizar cada caso de forma individual y tener en cuenta el contexto histórico, político y social en el que se produce.

El socialismo cristiano ofrece una perspectiva única que combina los principios cristianos de solidaridad, compasión y justicia con las aspiraciones de transformación social del socialismo. Por eso para mí es complicado comprender que dos partidos socialistas pacten un acuerdo diferenciador con el resto de la sociedad española fundamentándose en que ellos al aportar más dinero al conjunto de España deberían recibir mas también. “¿Se imaginan que admitamos que un ciudadano de Barcelona con alto poder adquisitivo reciba más, por pagar más, que otro de Sabadell? ¿O que la familia Botín reciba mejor educación y sanidad porque paga más? Eso es inasumible, es indefendible”, para un socialista