La acogida de menores migrantes en Tenerife y otras partes de Canarias
Enfrenta una serie de desafíos graves.
Actualmente, las islas están desbordadas, acogiendo a alrededor de 5.600 niños y adolescentes, aunque la capacidad máxima estimada es de solo 2.000. En algunos centros, los menores han denunciado situaciones de violencia y maltrato por parte de los educadores, incluyendo episodios de castigos severos y aislamiento en condiciones precarias.
Los Evangelios y las enseñanzas de Jesús ponen un gran énfasis en la compasión, la acogida y el cuidado de los más vulnerables. Jesús, en numerosas ocasiones, mostró su amor y preocupación por los necesitados, los extranjeros y los niños. En el Evangelio de Mateo 25:35-40, Jesús dice:
"Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me dieron alojamiento, necesité ropa y me vistieron, estuve enfermo y me atendieron, estuve en la cárcel y me visitaron."
Y luego añade:
"Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí."
Además, en Marcos 9:37, Jesús dice:
"El que recibe en mi nombre a uno de estos niños me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me envió."
Estos pasajes subrayan la importancia de la acogida y el cuidado de los vulnerables como una parte esencial del mensaje cristiano. Los menores emigrantes, muchas veces forzados a abandonar sus hogares debido a la violencia, la pobreza o la persecución, se encuentran entre los más vulnerables de la sociedad. Según las enseñanzas de Jesús, acoger y cuidar de estos niños sería una manifestación directa de los valores del Evangelio.
Sin embargo, es importante reconocer que las opiniones y acciones de las personas pueden ser influenciadas por una variedad de factores, incluidos los contextos culturales, sociales y políticos en los que viven. Esto puede llevar a que algunas personas que se identifican como cristianas tengan opiniones o actúen de maneras que parezcan contradecir los valores del Evangelio. En tales casos, puede ser útil promover el diálogo y la reflexión sobre las enseñanzas de Jesús y cómo pueden aplicarse de manera coherente en el mundo actual.
Es fundamental recordar y recordar a otros que la esencia del cristianismo es el amor y la compasión, y que las enseñanzas de Jesús nos llaman a tratar a todos, especialmente a los más vulnerables, con dignidad y respeto.
Este pasaje es un recordatorio claro de que el cuidado y la compasión hacia los más vulnerables es una parte central de la fe cristiana.
Además, la presencia y el éxito de jóvenes menores emigrantes en la final de la Copa Europea de fútbol subraya la riqueza y el valor que la diversidad y la inclusión aportan a una sociedad. Estos jóvenes no solo han encontrado una oportunidad para desarrollarse, sino que también están contribuyendo significativamente al éxito y al orgullo nacional.
En un contexto así, resulta especialmente contradictorio y decepcionante que algunos opten por una postura que no solo parece ignorar los principios fundamentales del cristianismo, sino que también desestima el potencial y la contribución de los emigrantes en la sociedad.
Es importante seguir promoviendo un diálogo basado en la compasión y la comprensión, y recordar las enseñanzas de Jesús sobre el amor al prójimo y la acogida de los extranjeros, ya que estos principios son esenciales para una sociedad justa y humana.
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