La regeneración en manos de nuevas generaciones
¿Hasta dónde puede la condescendencia con la corrupción?
Nos hemos hundido
en el fango de la corrupción, hemos hecho de ella un espectáculo grotesco,
hemos votado a políticos corruptos y somos cómplices del engaño. Vivimos en las
barricadas, pero la corrupción no es exclusiva solo del PP ya que casi
todos los partidos, que has ostentado el poder, han caído, más o menos en ella,
principalmente los Ayuntamientos.
Ahora vemos como la mayoría claman contra la
corrupción de forma interesada, porque está en juego el futuro Gobierno. Pero
siguen brotando corruptos y pocos se atreven a afirmar que lo que está
verdaderamente corrompido es el Sistema. Que todas las Administraciones
públicas: Hacienda, Sanidad, Educación, Vivienda, Comercio, etc.... funcionan
según estructuras de un poder contaminado. por el interés: enchufismo,
amiguismo con apropiación del dineros públicos. Sabemos lo que ocurre, por eso
aceptamos que la sociedad funcione así y sólo reaccionamos ante casos muy
llamativos o extremos, sin grandes esperanzas de que esto cambie.
Vivimos nuestra visión política como una religión. Por
eso se ven casos de políticos reelegidos una y otra vez, aunque se sepa que
están robando o repartiendo entre su clientela. Esto ha estado ocurriendo durante
años en mayor o menor medida, con el PP en Valencia, Madrid Galicia, etc., con
el PSOE en Andalucía, con Convergencia en Cataluña y con el PNV en el País
Vasco…. ¡Ojalá tuviésemos la conciencia de que podemos cambiar todo eso con
gente nueva!....Pero lamentablemente es necesaria una catarsis para modificar
conductas que no se consigue con la tibieza de quienes proclaman la
regeneración. Hacen falta muchos más argumentos, más seriedad para que ese
cambio sea auténtico y que obedezca a las verdaderas aspiraciones que el pueblo
alberga y a las auténticas necesidades del país.
Más allá de una variación que consista en un mero
cambio de gobierno, lo necesario, es un vuelco total de la situación que va
desde la modificación de la Constitución hasta las reglas que rigen la
información. Con normas respecto de la financiación de los partidos y el
cometido que deben tener estos. Tiene que haber cambios en la ley electoral y
en los modos de gestionar un gobierno, debe haber cambios en la manera controlar
a quienes tienen el poder. Leyes que marquén a los políticos y que a través
de ellas se les puedan exigir responsabilidades de manera inmediata.
Es necesario que un nuevo formato de campaña que comprometa a
los políticos y a sus sus promesas electorales. Pero cualquier cambio
debe tener como coordenadas principales el Estado de Bienestar: con políticas
de carácter social y la igualdad de oportunidades. Con una corrupción controlada
y con una justicia implacable para lograr un Estado de Derecho Universal que
disponga de jueces independientes que puedan realizar su trabajo sin
interferencias del poder.
Cabría una nueva transición política que permitiera
que la verdadera regeneración democrática pueda alcanzar cotas de efectividad y
de excelencia, que sea de calidad y que alcance consolidación en la sociedad
hasta el punto de sentirse motivada a participar dejando atrás la tremenda
desafección que a día de hoy yace en este pueblo.
Sinceramente creo que lo mejor para España sería
repetir los hechos de la Transición del 77 y, aprendido de los errores, crear
ahora un país mejor y más gobernable, más vivible y tolerante.
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