Pensamiento y responsabilidad

viernes, 22 de julio de 2016

Un paseo de la memoria por el colegio INFANTA MARIA TERESA 2


Las cuarenta fanegas, el camino y sus docentes de bachiller.
Cuarenta fanegas de tierra que el duque de Ahumada regaló a la Guardia Civil para que se construyera el Cuartel, situado justamente enfrente del actual en la calle del Príncipe de Vergara, antes General Mola, El nombre del barrio ha desaparecido con el tiempo. El terreno donado por Ahumada, estaba comprendido aproximadamente entre las calles: Príncipe de Vergara, concha Espina Paseo de la Habana y Alberto Alcocer, una de las zonas más cotizadas de Madrid que ahora se llama barrio de Hispanoamérica.
¿Porque se denominó cuarenta fanegas?: La fanega es una unidad de medida tradicional española. Es tanto una unidad de volumen o capacidad, como de superficie. Se utilizaba para medir cereales. La fanega como unidad tradicional de capacidad equivale a 55,5 litros, aunque es variable según los lugares de uso. Una fanega de terreno seria aproximadamente la superficie precisa para sembrar una fanega de trigo, algo más de 4.000m2.
El colegio de huerfanos de las cuarenta fanegas
Cuando era niño la gente decía que yo iba al colegio de las Cuarenta Fanegas que estaba situado a unos veinte minutos caminando desde mi casa en la calle de Gabriel Lobo. Todos los días salía de mi domicilio acompañado de mi hermano pequeño que tenía una auténtica pasión por los animales y muy especialmente con los perros. Durante el trayecto, Carlos se entretenía con todos los perros de los rebaños que trashumaban por la zona, todavía no existía una parte de General Mola; por eso la continuidad de la calle en donde estaba el colegio, se la denominada, Prolongación del General Mola. A la altura del actual auditorio de música había un campo y algunas chabolas que se construyeron antes de la guerra civil y de manera clandestina. 
Nuestro paseo al colegio Infanta, el de mi hermano, estaba plagado de divertimento para Carlos que se entretenía con todos los animales que encontraba, por esa razón yo le dejaba en el camino para no ser sancionado en mi llegada a clase. Carlos, recibió algún castigo de D. Francisco Arquero por llegar tarde.
Entrabamos al colegio por la puerta principal en donde el Sr. Puertas, un hombre siempre mayor, afable que tenía algún gracejo para los chavales. 
El Sr. Puertas, toda una institución
Distinguía mi entrada en clase por un intenso olor a “borrega” ya que era así como se denominaban las chamarras que usaban los internos. La primera hora de clase, casi siempre ocupada por D. Mariano Abanades del Arpa, por aquel entonces director de bachiller y profesor de lengua y literatura, Don Mariano, era un profesor bajito y acomplejado, que no gozaba de las simpatías de los niños, pero yo no tengo mal recuerdo de él.. Otras veces la primera hora de clase la teníamos en el laboratorio y el profesor era todo un ejemplo de intolerancia, se llamaba Álvarez pero le llamábamos el Chiva, porque estaba como una cabra. No había una lección, siempre tocaba cualquier parte del libro que hubiéramos dado y en el momento que dejabas de contestar a una pregunta te sentaba con un cero. Su aspecto era un poco siniestro y cuando le mirabas decía…”Sr. Mendieta…..no me mire con esos ojos que me enamoran”. Era todo un personaje de la época, que conseguía ejercitar la memoria antes que la razón. Sigo recordando algunas cosas como un papagayo sin haber profundizad en su esencia; pero lo que se llevaba era saberse todo, por eso sacábamos en revalida las mejores notas en ciencias naturales, nos sabíamos el libro de Salustio Alvarado Fernández de “pe a pa”, como un loro. Al Profesor Álvarez, "El Chiva", le sustituía algunas veces un inspector que personalmente me gustaron mucho más sus condiciones didácticas. Era inspector y se llamaba Antonio Álvarez Blanco
Otro personaje destacado de las clases era D. Marcos, “El Fisiquillo” prototipo de persona poliomielítica acomplejada por su invalidez, un poema a la hora de caminar o de dar la clase; yo le tenía aprecio me daba respeto y pena. Su complejo le llevaba al enfrentamiento con algún alumno como Gago Miguel o Barroso Lanza que se reían de él. Volví a coincidir con D. Marcos, años después, en la Universidad dando clases de prácticas de química.
Continuaremos.



6 comentarios:

  1. M.Angel Barroso Lanza22 de julio de 2016, 19:12

    Bravo Jesu, he vuelto a Infanta leyéndote; me has metido en el laboratorio de quimica donde lo más interesante que recuerdo es un velero de sal en una vitrina y, al fondo, al mas puro estilo Torquemada el "Chiva", siniestro personaje que un dia nos contó ¡¡¡unchiste!!! Sobre la Fe y una lata de melocotones" y, alli estábamos nosotros descojonados de la NO gracia del mismo.
    También me he visto por el pasillo en fila de uno siguiendo al fisiquillo e imitando sus andares, golpeándose un pie contra otro.
    D. Manuel Alvarez Blanco, gallego de Orense, insoector y profesor eventual de Ciencias; voy a hacer 70 años y aun recuerdo el cuadro de la Zoologia con sus grupos, subgrupos, familias, etc. Se me pueden olvidar muy pocos.
    Espero mas entregas.
    Un abrazo, hermano.

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  2. Juan Jose Osma Maeso22 de julio de 2016, 19:20

    Felicidades, por un momento me he visto ante el Sr.Puertas y D. Mariano... Cuanto tiempo ya, cuantos recuerdos...

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  3. J.Rodriguez López22 de julio de 2016, 19:36

    Como se nota Jesús que también has sido profe. Tratas bien todos aquellos que durante años nos putearon de lo lindo. Los castigos que nos leían los sábados por la mañana, después de una semana de trabajo, caían como un jarro de agua fría. Los planes del fin de semana se frustraban en un momento y no existía el perdón.
    Había quedado con una chica que vivió en la calle Chile para ir al cine Roma, me estuvo esperando mientras que yo estaba castigado por Zarco después que me diera un par de torta de antología cuando hablaba con Campos en la fila.
    Teníamos la disciplina militar férrea cuando éranos unos niños con ganas de vivir después de haber pasado por el trance de quedarnos sin padres. Tengo un buen recuerdo de mis colegas del cole y de la edad en general pero malo de profes y inspectores, fundamentalmente de los últimos que eran unos auténticos cabrones.

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  4. A mi la persona que más me impactó durante mi estancia en Infanta fue el Sr. Puertas, increíblemente paternal, al menos conmigo y de los profesores D. Antonio Ramos (latín) con un gran comportamiento, pese a que en 4º me suspendió y no pude ir a reválida, repetí curso -aunque Carrascosa quiso impedirlo- después recuperé el año perdido haciendo 5º libre en Huelva en verano, y retornar con mis compañeros perdidos el año anterior, todos ellos unos fenómenos. Lo peor la soledad de la noche cuando te acordabas de tu madre y hermanos -yo tenía uno en Zafra-, y una hermana que mi madre no quiso que fuera interna, se quedaba sola y no quería sumar más soledad después de perder a mi padre cuando yo tenía tan solo 3 años. Bueno, olvidar la tristeza y recordados, Sr. Puertas y Sr. Ramos, lo que mejor me caían...

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  5. Yo no conocí al Chivas, pero si al que posiblemente fue su sucesor, no me acuerdo de su nombre, pero si de su apodo "El perchas", vaya elemento un desastre de profesor y un desastre de persona , lleno de complejos y frustraciones supongo, que pagábamos la mayoría de sus alumnos.

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  6. Abundando sobre el tema del profesor "el chivas", recuerdo que cuando cursé tercero y cuarto de bachiller ( años 1962-1964) tenía un compañero de clase que se apellidaba Cubillo, pues el castigo que le impuso este profesor tarado, era estar durante el desarrollo de la clase mirando una perdiz que había en una de las vitrinas del aula..... y el pobre Cubillo se pasaba toda la clase mirando la perdiz. Parece ser que el castigo se lo impuso cuando este cretino estaba explicando algo y el chico en aquel momento miraba la perdiz y le dijo ......"te gusta la perdiz, pues te vas a hartar"

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