Las enseñanzas del cristianismo
Anticomunismo, argumento recurrente
Acaba
de reaparecer tras el acuerdo entre la izquierda sociológica para presentarse
juntos en las próximas elecciones generales del 26-J, el Partido Popular y
Ciudadanos se han lanzado contra Podemos por haber pactado con una IU que en su
seno alberga al Partido Comunista de España.
Siempre el comunismo supuso la
abolición de la propiedad privada sobre el trabajo y los medios de producción,
y la eliminación de las clases sociales, tomó cuerpo doctrinal cuando Marx
escribiera el Manifiesto Comunista que serviría para constituir un espacio
social en donde cada uno aportaría según su capacidad y recibiría o según su
necesidad. Algo parecido fue planteado con diferentes matices por los
utopistas, François Marie Charles Fourier, Pierre-Joseph Proudhon y el
mismísimo Santo Tomas Moro. Además hay una hipótesis teológica y política
basada en la opinión de que las enseñanzas del cristianismo llevarían a algunos
cristianos a apoyar el “comunismo” como el sistema social ideal para los que
sostienen que el Nuevo Testamento, muestra que los primeros cristianos,
incluidos los Apóstoles, crearon su propia sociedad “comunista” en los años
posteriores a la muerte y resurrección de Jesús.
El comunismo cristiano puede ser visto
como una estirpe del socialismo cristiano. Si bien los comunistas cristianos
pueden o no estar de acuerdo con las diversas partes del marxismo pero por lo
general no están de conforme con las opiniones antirreligiosas en manos de los
marxistas seculares, pero concuerdan con muchos de los aspectos económicos y
existenciales de la teoría marxista como la idea de que el capitalismo explota
a la clase obrera mediante la extracción de plusvalía de los trabajadores en la
forma de beneficios, y que el trabajo asalariado es una herramienta de la
alienación humana que promueve la autoridad arbitraria e injusta.
El comunismo cristiano, como el
marxismo, también sostiene que el capitalismo alienta los aspectos negativos de
la naturaleza humana, suplantando a valores como la bondad, la justicia y la
compasión en favor de la codicia, el egoísmo y la ambición. Como referencia bíblica,
el Evangelista Lucas describe la comunidad de bienes en la Iglesia primitiva
con estas palabras: “Todos los que habían
creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada
uno. Y perseveraban unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las
casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y
teniendo favor con todo el pueblo.” (Hch.
2:44-47a). …. “Y la multitud de los
que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio
nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. …. Así que no
había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o
casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de
los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.” (Hch. 4:32-35).
Por tal razón algunos teólogos de la
liberación sostienen que estos textos son una forma incipiente de comunismo
llevado a la práctica por los primeros cristianos y que tal experiencia fracasó
porque se produjo en una comunidad muy minoritaria rodeada por un gran mundo
capitalista que la absorbió. Pero si aquel intento se describe en el Nuevo
Testamento no es sólo para conocer la historia antigua de la Iglesia, sino para
que también hoy los creyentes procuren poner en práctica ese estilo de
comunismo cristiano.
Bueno, vamos a poner solo tres ejemplos y usted me hace la cuenta. Y ninguno es una guerra. En la guerra matas y te matan, y pelillos a la mar. Cuente solo la colectivización en la URSS en los años 30 incluyendo el Holomodor en Ucrania, el Gran Salto Adelante en China y la posterior Revolución Cultural en los 60 y el genocidio de Camboya en los 80. Nunca se sabrá el número de muertos pero los cálculos más moderados lo sitúan en torno a 34 millones en total. Y solo le estoy hablando de tres eventos en la brillante historia del comunismo.
ResponderEliminar