La nueva izquierda
Como alternativa
al neoliberalismo excluyente
La máquina del neoliberalismo
continúa interviniendo en todos los lugares marcados por sus intereses económicos,
sin dejar que ningún evento pudiera perturbar el negocio que controla y asiste.
Las izquierdas son la única alternativa conocida para abrir los aliviaderos por
donde la sociología discurra.
Este
rodillo inmutable sigue produciendo miedo a gran escala y, trunca la esperanza
que puede encontrar en los rincones más recónditos de la vida política y social
de las clases populares, la desmenuza, la procesa y la transforma en atolondramiento,
empleando para ello todos los mecanismos a su servicio como son la mayoría de
los medios de comunicación de masas.
La
nueva izquierda es la única alternativa que puede atajar ese aparatoso
engranaje abriendo los aliviaderos por donde la sociología de las emergencias discurre,
haciendo el trabajo, de formular y amplificar las tendencias, los “todavía no”,
que apuntan a un futuro digno para las grandes mayorías. Para que se pueda
lograr se hace imprescindible que los partidos de izquierdas sepan conocer la
realidad social y plantar cara a esta situación sin que se note el miedo escénico
de este enfrentamiento tan desigual y que se permita hincar semillas de
esperanza, injertar en terrenos fértiles donde cada vez más ciudadanos sientan
que pueden vivir bien, evitando la presencia de la trituradora neoliberal. Para
que esto pueda ser posible, la izquierda sociológica debe mantenerse firme,
conservando aquello que puede darla estabilidad, utilizando de manera eficaz
los resortes lícito del movimiento de masas como el 15 M para que permanezcan
firmes sus luchas fundamentales.
La
crisis financiera y política, sobre todo a partir de 2011, y el movimiento de
los indignados, fueron detonantes de nuevas emergencias políticas en las que
estuvo presente la nueva relación partido-movimiento y la articulación entre
democracia representativa y democracia participativa, la reforma constitucional
y, en el caso de España, las cuestiones de la plurinacionalidad. El partido PODEMOS
representa, mejor que cualquier otro, estos aprendizajes, incluso cuando sus
dirigentes fueron desde el principio conscientes de las diferencias
sustanciales entre los contextos político y geopolítico.
El
ciclo político que está emergiendo en Europa del sur es, una incógnita pero podría
ser la envolvente que precisa la parte de Europa que se encuentra en la peor situación
económica, incluyendo Italia y Francia. Diríase que las divergencias internas
en la familia de las izquierdas son parte de su código genético, tan constantes
como han sido a lo largo de los últimos doscientos años. Por razones obvias,
las discrepancias han sido más amplias o notorias en democracia. La
polarización llega a veces al punto de que una rama de la familia ni siquiera
reconoce que la otra pertenece a la misma familia. Por el contrario, en
períodos de dictadura los entendimientos han sido frecuentes, aunque terminen
una vez acabado el período dictatorial.
Ahora
teniendo una mayor pluralidad parlamentaria consigamos mayor democracia y
disfrutemos de leyes que nos han empobrecido y despojado nuestros derechos y recursos.
Esto es lo que nos gustaría aunque la realidad, dado los intereses partidistas
de los electos, nos vislumbra un futuro nada prometedor donde unas nuevas
elecciones están más cantadas que el sorteo del 22 de diciembre.
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